sábado, 5 de marzo de 2016

Infinito II.

Nueve meses de ese día, el peor día de mi vida.

Estaba sentado en mi cama, escuchando el disco que ella me había regalado. (porque no, no había día en el que no lo escuchara) y busqué debajo de mi cama una caja que tenía.

Esa caja me la había regalado ella cuando cumplimos un año de novios repleta de golosinas y con la carta más linda que recibí en mi vida, una vez que las golosinas se terminaron comencé a utilizarla para guardar todos sus regalos. Aquella caja estaba pintada por ella a mano, en la tapa decía “te amo” y había una foto nuestra.

La abrí luego de colgarme mirando aquella foto y suspiré, abrir esa caja era igual a llorar por horas. Lo sabía muy bien.

Busqué aquella carta y comencé a leerla, otra vez.

“Mi amor, hola… Debo admitir que me cuesta un poco esto, porque a pesar de ser muy demostrativa, cuando tengo que meterme adentro mío me da un poco de vergüenza. Aún así, quiero hacerlo porque te mereces recibir esto de parte mía.

Hoy hace un año de esa noche tan linda y especial. Todavía recuerdo como te brillaban los ojitos cuando me preguntaste si quería ser tu novia y claro que también recuerdo la felicidad que sentí en aquel momento. Esa noche fue la más linda de todas, haber aceptado esa propuesta y haber estado juntos por primera vez sin duda fue la mejor decisión de mi vida.

Aunque parezca medio raro, ese día mi vida empezó a cambiar. Me regalas tantas cosas todos los días que a veces creo no merecerte. Sos el novio que toda mujer quisiera tener, o al menos el que yo necesito para mí. No entiendo cómo fue que hiciste, pero diste un giro de 360° en mi vida, para bien.

Hacia años no me despertaba con una sonrisa todas las mañanas. ¿Y sabes quién es el dueño de esa sonrisa? Vos mi amor.

La muerte de mi abuela me había destruido y vos me enseñaste que vale la pena seguir… Y si sigo, es por vos. Porque vos sos mi motivo, mi razón. Sin dudas creo que ella nos cruzó.

Me cuesta poner en palabras todo lo que siento por vos, porque es mucho más de lo que sentí por cualquier persona en toda mi vida. Te amo con todo mi alma, te amo con el corazón en la mano. Te amo con lo mucho o poco que soy… Quizás más poco que mucho, pero esto que soy te pertenece. Quiero ser tu mujer para siempre mi amor.

Deseo desde lo más profundo que este primer año sea el primero de muchos, de todos los de nuestras vidas. Quiero morir al lado tuyo Pedro.

Gracias por ser así, gracias por enseñarme a amar y a sentirme amada. Gracias por dejarme ser tu amor y dejarme que vos seas el mío, te juro que es lo más lindo del mundo sentirme así.

Ya sé que me pongo muy cursi, perdón, jajaja. Es que… Te amo y necesitaría muchas más palabras para poder expresártelo como de verdad lo siento.

Feliz primer año mi amor, ojala los que sigan sean igual de felices y hermosos. Quiero todo con vos, para siempre.

Te amo infinito.

Paula.”


Infinito… El símbolo del infinito me lo había tatuado hacia algunos meses en la muñeca. Era mi manera de tenerla conmigo, infinitamente.

Dejé la carta a un lado luego de secar mis lágrimas y continué mirando lo que tenía allí. Fotos, cartitas y demás.

Tomé en mis manos la última foto que nos habíamos sacado juntos, la última noche que se había quedado a dormir en mi casa. Ambos estábamos desnudos, ella envuelta en las sábanas.

Paula acomodada sobre mi pecho, con su mano sobre mi corazón. Yo la abrazaba por los hombros y ambos sonreíamos.

Daba cualquier cosa por volver a estar así con ella.


- Amo tenerte así, toda para mí y desnuda en mi cama. –Dije y besé su hombro.-
-Rio.- Pero que posesivo resultaste eh.
- ¿Ah qué? ¿No sos mía?
- Toda tuya. –Me besó.- ¿Y vos sos todo mío?
- Todo, todo. –Respondí besándola y quedando sobre su cuerpo.-

Me abrazó contra su pecho y comenzó a jugar con mi pelo.

- ¿Qué pasa amor? –Pregunté acariciando su brazo.-
- Nada. ¿Por?
- No sé, pregunto…
-Rio.- Solo quiero mimarte un poco. ¿Está mal? –Besó mi frente.-
- No, me encanta.
- Entonces relajate un poco… -Dijo masajeando mi nuca.-
- Mmm… No podes ser tan linda.
-Rio.- Te amo mi amor.
- Y yo te amo a vos. –Besé su cuello.-
- Quedate ahí che.
-Reí.- Me quedo, me quedo.

Y me quedé dormido con sus mimos.




Allí dentro también tenía el perfume que ella usaba, amaba llenar el osito con aquel perfume y dormirme abrazándolo… Era como sentirla acá.

Me acosté en mi cama, hecho un bollito y abrazando el osito. Cerré mis ojos y suspiré profundo, inundándome de aquel olor… Su olor.

Después de un rato, en el que al menos dejé de llorar, busqué mi celular y armé un collage con mis fotos preferidas de nosotros dos, lo subí a Facebook y comencé a escribir.


“Todavía no quiero ni puedo aceptar que no estás acá mi amor. No puedo entender cómo fue que pasó todo esto. ¿Cómo puede ser que de un momento al otro ya no estás más acá?

Te extraño y te necesito todos los días, te amo incluso más que el primer día. Te amo infinito, para siempre.

No puedo ni quiero soltarte. No puedo permitirme ni pensar en la idea de olvidarme de vos, porque vos sos el amor y la mujer de mi vida.

Todos los días espero tu mensaje de “Buenos días” y nunca llega… Ahí es cuando me doy cuenta que mi vida nunca va a ser más feliz. No puedo serlo sin vos a mi lado. No quiero serlo sin vos.

Me mantengo sobreviviendo solo porque te recuerdo… Pero, no sé cuánto más pueda así.”



Dejé el celular a un lado y continué mirando lo que había dentro de la caja. Las fotos de aquel viaje que habíamos hecho juntos.

- Amor… -Dijo entrando al cuarto.-
- ¿Qué pasa?
- Nada, que te extrañaba. –Me abrazó por la espalda y besó mi nuca.-
- Sos tan linda. –Tomé sus manos y le dí un beso en cada una.-
- ¿Por qué no salimos un rato?
- Yo tenía otros planes.
- ¿Cómo por ejemplo?

- Mmm… Podemos hacer muchas cosas entretenidas acá adentro.
-Rio.- Tenes la idea fija eh.
- Es que… -Hice que quede frente a mí.-
- ¿Es que qué?
-Reí.- Es que te amo. –La besé.-
- Yo también te amo mi amor. –Nos besamos y nos sonreímos.-

Fuimos besándonos hasta el cuarto y la hice caer en la cama. Ella me miró sonriendo y yo me tiré sobre ella pero, a hacerle cosquillas.

- ¡Basta Pedro! –Dijo llorando de risa.-
- ¿Sabes que es lo que más amo en el mundo?
- ¿Qué?
- Escucharte reír. –Dije intensificando las coquillas.-
- No podes ser más tierno, pero odio las cosquillas. –Dijo devolviéndomelas.-
-Reí.- ¿Segura?
- ¡Segura!

Continuamos haciéndonos cosquillas hasta que los dos no podíamos más y terminamos los dos boca arriba en la cama, sin poder dejar de reír.

- Ay, me duele la panza de la risa. –Dijo tocando su abdomen.-
- Reírse hace bien.
- Vos me haces bien mi amor.

Yo sonreí y me acerqué a besarla.

- Igualmente, creí que veníamos a otra cosa. –Dijo sonriendo pícaramente.-
- Amo que tengamos las mismas ideas.
-Rio.- Sos muy predecible igual.
- ¿Y eso es bueno o malo?
- Simplemente es.
-Reí.- Vos sos… Hermosa. –La besé.-
- Y vos hermoso.


Nos sonreímos y nos besamos para hacer el amor una vez más.


Era imposible seguir sin ella. No podía ni siquiera respirar tranquilo.
“Un alma sola dividida en dos.”



-


¡Muchísimas gracias por todos los comentarios! Ya sé que es triste, pero bueno... Y me olvidé de decir ayer, tiene siete capítulos.




5 comentarios: