domingo, 6 de marzo de 2016

Infinito III.

Sentía todo extraño a mi alrededor… Como si yo no fuera yo.

Intenté abrir mis ojos, pero no podía. No lograba entender nada, solo una cosa: estaba en un lugar que no era el mío.

Escuchaba a personas que iban y venían de un lado al otro, diálogos que no llegaba a comprender y mucho viento del otro lado de la ventana. Suponía que iba a llover.

No sé cuánto tiempo pasó hasta que mínimamente pude abrir los ojos y realmente no podía ni siquiera identificar el lugar en el que me encontraba. Todo era muy blanco, muy pulcro.

Por la ventana se podían ver los relámpagos y yo estaba en una cama. Quería levantarme pero el cuerpo me pesaba demasiado.

¿Dónde mierda estaba?

Levanté un poco mi mirada y pude ver que había un suero conectado en mi cuerpo. Genial. ¿Qué me estaban haciendo? Posiblemente eso fuera un sedante, pero demasiado fuerte.

Comencé a pestañear más fuerte para poder ver un poco más nítido y suspiré, no sabía muy bien de donde sacar fuerzas para abandonar aquella cama.

Podía ver que la hora pasaba en un reloj que había en la pared. Eran las cinco de la tarde y la primera vez que lo había visto fue a las tres.

Dos horas ahí, sin poder moverme.

Las horas continuaron pasando y ya era de noche. De a poco, muy de a poco sentía como las fuerzas volvían a mi cuerpo. Cuando pude levantar mi brazo, me quité el suero del otro brazo y después de eso, comencé a sentirme mucho mejor.

¿Qué tenía ese suero?

Pude sentarme en la cama y noté que estaba en pijama. Seguía sin saber dónde me encontraba.

Miré nuevamente a todo mi alrededor y más que tener un indicio de que fuera una clínica o algo por el estilo, no había.

Me miré los brazos y estaban llenos de pinchazos y moretones. Genial, cada vez entendía menos.

Dejé colgando mis piernas por un rato, sentía que si me ponía de pie iba a caerme.

Si bien estaba a oscuras, los relámpagos iluminaban aquella habitación.

Me animé a pararme y aunque me tambaleaba, podía mantenerme de pie. Agarrándome de la pared, pude caminar hasta la ventana y respirar un poco de aire fresco. Eso me hacia bien.

Me senté en el marco de la ventana (sin importar que me mojara bastante) e intenté mantener la calma.

No entendía ni sabía nada. En mi mente solo tenía una cara, no sabía de quién.

Pasó más de una hora en la que yo me mantuve allí, respirando profundo, tratando de recordar algo.

El agua de la lluvia mojaba mi cara y me ayudaba a no dormirme. Aún me sentía débil.

Cerré mis ojos tratando de tener alguna otra imagen que no fuera esa persona, necesitaba saber al menos mi nombre.

No enloquecer ya se estaba complicando.

De un momento al otro fue como si todo se aclarara, recordé mi nombre y recordé quien era esa persona que tenía todo el tiempo en mi mente. Sonreí, al menos un poco.

Aún no terminaba de entender en donde me encontraba, pero eso no me importaba demasiado. Lo único que sabía era que quería salir de allí.

La ventana no tenía rejas y eso era una ayuda, por lo visto daba a la calle.

Mi atuendo no era el indicado, pero poco importaba.

Ya sentía mi cuerpo mucho más fuerte, asique me animé a salir por la ventana y comencé a caminar lo más rápido que podía. Me costó ubicarme, pero por suerte estaba cerca de la casa de aquella persona.

No sabía cuánto tiempo había pasado, esperaba que siguiera allí.

Corrí lo más rápido que pude porque no sabía cuánto tiempo más iba a poder soportar en ese estado.

Corrí, corrí y corrí. Corrí muchas cuadras. (Demasiadas)

Sin nada en mis pies y en pijama. Divino para enfermarme, pero mucho más me habían enfermado en aquel lugar.

Tenía miedo de estar allí, pero aún así toqué timbre. Era muy tarde.

-

Tocaron timbre a las cuatro y media de la mañana y sinceramente eso me pareció demasiado extraño.

- ¿Quién es? –Pregunté desde adentro.-
- Yo mi amor.

Y no, no podía ser verdad.

- No, esto es un sueño. –Dije en medo de una confusión.-
- No mi amor, soy yo. –Repitió.-
- Me da miedo abrir la puerta.
- Abrila porque estoy a punto de desmayarme, por favor.

Abrí la puerta temblando y el que se iba a desmayar en ese momento, iba a ser yo.

- Hola mi amor. –Dijo con una sonrisa.-

Me quedé tildado, llorando como un nene.

- Amor, hola. ¡Soy yo! –Dijo también en medio de una emoción.-

Yo la abracé lo más fuerte que pude y volver a sentirla era todo lo que necesitaba.

- No, no podes ser vos mi amor. –Dije aún abrumado.-
- Soy yo, mirame, sentime, tocame. Soy yo.
- Pero… -Suspiré.- Te dieron por muerta, hace nueve meses.
- ¿Qué? –Preguntó separándose un poco de mí.-
- Pero, sos vos.

Y no dije más nada, tan solo la besé como nunca antes. Como la había necesitado todo ese tiempo.

- No entiendo nada. –Dijo.-
- Yo tampoco, pero sos vos y eso es todo lo que me importa. –Volví a besarla.- Te amo mi amor, te amo, te amo, te amo. –Le dije entre besos.-
-Sonrió.- Te amo mi amor. –Me besó.- Pero, explicame esto porque no lo entiendo… Además, me siento mal, tengo frío y estoy empapada.
-Reí.- Veni mi amor, pasa.

Entramos en mi casa y todavía no entendía nada.

- No puedo creerlo. –Dije temblando.-
- No tiembles mi amor. –Tomó mis manos.-
- Pasé nueve meses creyendo que estabas muerta.
- Creo que estaba en un Instituto psiquiátrico o algo así. –Dijo confundida.- Me tenían super sedada.
- ¿Me estás hablando en serio?
- Sí.

Y yo aún no podía dejar de llorar.

- No llores que soy yo, estoy viva y estoy acá, con vos. –Me besó.-
- No sabes lo horrible que fue.
- No puedo ni imaginarlo. –Secó mis lágrimas.- Pero estoy acá mi amor.

Yo volví a abrazarla y ella casi se desvanece.

- Me siento muy mal. –Dijo.-
- No sé qué hacer. ¿Llamo a un médico?
- No, solo quiero estar con vos.
- ¿Y qué hago? –Me separé un poco de ella y la besé.-
- Quiero darme una ducha pero tengo miedo de caerme, me siento muy débil. Tengo mucho frío y muchísima hambre.
- Date una ducha rápida y calentita, todas tus cosas acá están intactas, asique tengo ropa tuya.
- ¿Todo?
- Nunca pude soltarte. –Suspiré.-
- Menos mal que no lo hiciste, mira si venía y estabas con otra. –Rio.-
-Reí.- Ay, no puedo creer que seas vos.
- Soy yo, ya te lo dije.
- Fueron los peores nueve meses de mi vida.
- ¿Sabes qué era de lo único que me acordaba cuando me desperté?
- ¿De qué?
- De tu cara.

Yo sonreí y no pude evitar besarla otra vez.

Era Paula… Y estaba conmigo, otra vez.




-

Creo que no se lo esperaban... ¿No? POR FAVOR si comentan, no spoileen nada, quiero que sea sorpresa para todos. ;)

12 comentarios:

  1. Noooo.... Me quede en shock, ni me esperaba esto, lo leí como tres veces.. Jajajaj escribis increíble cami!

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  2. Huaaau!!! jajaj No me esperaba esto!!! yo tambien leí la preimera parte varias veces jajajajaj me sorprendiste!!!

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  3. Hay un temita con que siempre supongo que va a pasar algo y pasa jajaja . tan genia sos

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  4. Tuve que leerlo dos veces porque no entendia nada AJAJJA Seguí subiendo Cami, se pone buena..

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    1. Jajajaja, la idea era desconcertarlos... Muchas gracias!♥

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  5. Me quede en estado de shock. No podia creer lo que leia, que hdp los q le hicieron eso pobres. Me encanta este corto ❤

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  6. No lo puedo creer!!! No entendia nada!
    Ahora quiero saber que fue lo que paso con Paula! Xq tanto sufrimiento!!
    Siempre logras sorprendernos...

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