jueves, 10 de marzo de 2016

Infinito VII.


Ingresé en el cuarto y allí había un sobre, supuse que era para mí, asique me senté en la cama y comencé a leerlo.

“Hola mi amor, si soy yo… Esta vez elijo escribirte porque necesito ser claro y no olvidarme de nada, asique leeme y cuando termines anda a buscarme, estoy en la playa.

Después de todo lo que pasó somos marido y mujer… Cada vez que miro nuestros anillos una sonrisa enorme no solo se dibuja en mi cara, sino también en mi corazón.

Esos nueve meses fueron el calvario más oscuro de todos. Cada noche soñaba que volvías y cada mañana me despertaba esperando un mensaje tuyo, el cual me indicara que seguías ahí, que nunca te habías ido… Fue lo peor del mundo, tan horrible que aún no puedo creer que haya pasado.

Ese día que volviste fue como si el alma me volviera al cuerpo. Ese día sentí que nuestro infinito cobró un sentido completamente distinto y mucho más profundo. Comprendí que ese infinito era realmente infinito. Entendí que el hecho de no haberte podido olvidar había tenido mucho más sentido del que yo creía. Supe que esperarte fue lo mejor que hice en mi vida, a pesar de haber ido contra la corriente… ¿Qué me importaba? Ya sé que nunca voy a poder dejar de amarte. Sos una parte de mí, sos mi infinito.

Cada vez que me detengo a pensar en todo lo que nos pasó se me eriza la piel, se me hiela la sangre e incluso siento que se me para el corazón. Aún no puedo creerlo.

Pero, intento sacar algo positivo de todo eso y me doy cuenta que aprendí a vivir el presente con una intensidad que de otra manera no hubiese podido lograr.

Es real que agradezco y disfruto con el corazón cada momento que pasamos juntos, cada beso que nos damos, cada abrazo y cada caricia… Cada “Te amo” y cada “Infinito”… Cada vez que te miro sonreír, cada vez que escucho hablar, que te veo caminar y dormir… Cada vez que hacemos el amor, cada vez que nos reímos juntos o que lloramos.

Agradezco incluso, cada gesto.

Cada vez que sonrío es real y cada vez que lloro… También.

Todo es mucho más real y más intenso desde que volviste.

Haberte perdido durante tanto tiempo me hizo ver la vida desde otra manera.

Hay que disfrutar, disfrutar de todo, de cada momento… Tenemos que sonreír y amar todo lo que se pueda. ¿Sabes por qué? Porque nadie tiene la vida comprada, nadie sabe cuántos días le quedan… ¿Y si hoy es el último y no lo disfrutamos como merecíamos?

Comprendí que lo único que tenemos es el HOY y que ese HOY hay que vivirlo con toda la intensidad que se pueda.

HOY te tengo y ese HOY es nuestro infinito.

Te amo infinito mi amor…

Y veni, dale que ya te extraño y me muero por besarte.”

Reí al leer aquel final y sequé mis lágrimas, porque si, estaba llorando.

Dejé la carta sobre mi mesita de luz y salí hacia la playa, él estaba en la orilla, mirando el mar que estaba demasiado calmo para ser de noche.

Caminé lento hacia él y lo abracé por la espalda, posando mis manos en su pecho y llenando de besos su cuello.

- Te amo infinito. –Dije y besé su nuca.-

Pedro tomó mis manos y las besó. Yo posé mi mentón en su hombro y pasamos algunos segundos mirando el mar, hasta que él giró y quedamos frente a frente.

- Es tan real lo que escribiste… -Dije suspirando.-
- Es simplemente lo que siento.
- ¿Sabes qué siento yo?
- ¿Qué?

Llevé mis manos a su cuello y lo rodeé con mis brazos.

- A mí lo que pasó también me cambió mucho la manera de vivir… Si bien no estuve muerta, fue como estarlo… Son nueve meses que no recuerdo, que no sé que pasó, que me drogaron y me tuvieron dormida… Como si estuviera muerta. –Y cada vez que lo recordaba comenzaba a temblar.- Esa noche que me escapé tuve miedo como nunca en mi vida, no terminaba de entender en donde estaba ni sabía cuanto tiempo había pasado… Tenía miedo de nunca llegar, de caerme en la calle y de nunca más encontrarte. –Suspiré.- Me sentía muerta, de verdad. Tenía miedo de llegar y que no estés ahí, o peor… De llegar y que ya no estuvieras para mí. –Y sentí que algunas lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.- El miedo que tuve esa noche no se lo deseo a nadie, a nadie… -Suspiré.-
- No llores. –Dijo secando mis lágrimas.-
- ¿Me dejas terminar?
-Rio.- Sí. –Y volvió a abrazarme por la cintura.-
- Fue como revivir, renacer… No sé, pero lo siento así. Lo que pasó a mí también me enseñó mucho, sobre todo a disfrutar, a disfrutar de todo, de cada momento… A disfrutar, disfrutarte y disfrutarnos. –Sonreímos y nos besamos.- Vos hoy sos mi infinito.

Nos besamos y nos abrazamos, el viento que había en la playa pegaba con fuerza en nuestros cuerpos pero no nos importaba.

Solo nos importaba sentirnos y disfrutarnos.

Comenzamos a caminar abrazados por la orilla del mar y luego de un rato, nos sentamos contra un tamarisco, mirando el mar y el cielo.

Busqué su pecho con mi mano y apoyé mi cabeza en su hombro.

- ¿Estás bien? –Me preguntó y besó mi cabeza.-
- Sí, solo me siento un poco mareada.
- ¿Mareada?
- Sí, no sé. –Suspiré y me acomodé sobre él.-
- Amor, hace días te sentís así.
- Sí… ¿Y?
- Nada, no me des bola.
- Dale. ¿Qué queres decirme?
- ¿Vos no estarás embarazada, no?

Y me quedé algunos segundos en silencio…

- Amor, hey…
- Para que ahora no sé. –Reí y lo miré.-
- ¿Por qué?
- Tengo un atraso de un par de días, pero no sé… -Y volví a reír.-
- Capaz flasheé mal… O serán las ganas.
- O capaz no flasheas.
- Sería hermoso.
-Sonreí.- Muy lindo.

Pedro me besó y acarició mis mejillas.

- Ahora me pusiste nerviosa. –Dije riendo.-
- ¿Nerviosa?
- Sí, no sé. –Volví a reír.-
- Tranquila…
- El atraso es de pocos días, capaz de verdad sea cualquiera.
- Capaz no debería haberte dicho nada…
- Mejor volvamos.
- ¿Por?
- De alguna manera vamos a conseguir un test y me lo voy a hacer.
-Rio.- Dale…

“Qué lindo que era verlos caminando un alma sola dividida en dos, la orilla de ese mar los encantaba quedaba todo quieto alrededor.”

Y ahora nuestro infinito era incluso más grande…

Esas dos rayitas en el test habían re-significado aún más nuestro infinito…

Todavía no lo podía creer, nos mirábamos los dos y reíamos llorando. Parecíamos dos nenes.

Mis manos estaban sobre mi panza y Pedro dormía. No entendía como se había dormido, yo estaba que caminaba por las paredes de la felicidad.

Más que nunca entendía el por qué de nuestra unión tan fuerte, para darle vida a alguien… Lo pensaba y me largaba a llorar otra vez.

Mi presente era lo más hermoso del mundo… No podía pedir más.

- Amor, veni… Dormí.
-Reí.- No puedo.
- Tenes que descansar.
- ¿Vas a estar muy sobreprotector? –Pregunté riendo.-
- Más que nunca, veni, dale…

Yo me acosté a su lado y él besó mi frente.

- Los amo infinito… -Dijo sonriendo.-
- Nosotros te amamos a vos infinito.

Nos besamos y nos sonreímos, nos acomodamos para dormir y me quedé dormida sintiendo sus mimos.

Más que nunca nuestro HOY era INFINITO.





-

Y fin.... Gracias por todos los comentarios sobre este corto, espero que el final esté a la altura de las circunstancias, jaja! Comenten por favor ♥

16 comentarios:

  1. Fue sencillamente hermoso Cami, una de las mejores! Nunca dejes de escribir y compartirlo...

    ResponderEliminar
  2. Hermoso corto,la verdad que me sorprendi mucho con este corto, me encantó.
    @BelnConti

    ResponderEliminar
  3. Me encanto el corto! Y el final fue hermoso!❤ me encanta como escribis!

    ResponderEliminar
  4. Me llore de principio a fin con este corto LITERAL. Es hermosa la historia, gracias por compartir tus ideas ❤ espero ansiosa el siguiente!

    ResponderEliminar
  5. Me encanto el corto!!!! hermoso el final!

    ResponderEliminar
  6. Pude leerlo, eso si, emocionandome y llorando! La carta de él fue muy linda, tiene mucha razón! Hay que disfrutar el HOY xq no sabemos que puede pasar mañana.
    Siempre superandote en cada final!! Me encanto 😍😍

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De verdad que me parece loquísimo e irreal que alguien pueda emocionarse o llorar con algo que escribo. Muchas gracias Lau ♥

      Eliminar
  7. Que lindo final! Siempre con ideas nuevas y sobre todo bien contadas. Felicidades x este corto, fue uno de los q más me gustó.

    ResponderEliminar