Pasaron
algunos días más y ahora debíamos viajar para dirigirnos a la nueva locación.
La última del corto, pasaríamos alrededor de una semana allí.
Pedro me invitó a viajar con él y acepté.
Era muy temprano y yo me moría de sueño.
- ¿Dormiste algo? –Me preguntó riendo.-
-Reí.- Un poco.
- ¿Te quedaste llorando?
-Suspiré.- Sí, un poco. –Hice una pausa.- Y ahora se me parte la cabeza.
- ¿Queres una aspirina?
- ¿Tenes?
- Sí, tengo acá. –Dijo agarrando su mochila.-
-Sonreí.- Si puede ser, el viaje me va a matar sino.
- Sí, es largo.
Buscó una aspirina y me la dio.
- Gracias. –Dije y busqué la botella de agua que tenía en mi mochila.-
Tomé la pastilla y acomodé mi pelo con un rodete. Apoyé mi cabeza en el
posa-cabezas del asiento y suspiré profundo.
- ¿Por qué no intentas dormir?
- No, me va a hacer peor. –Lo miré.-
- ¿Sí?
- Sí, cuando me despierte me voy a querer matar del dolor de cabeza.
- Entonces voy pensando temas de charla. –Reí.- Salvo que no quieras…
- Yo no dije eso che.
- Bueno, mejor. –Reímos.-
Metí las manos dentro del bolsillo de mi buzo y cerré mis ojos.
- Quiero saber de vos. –Le dije.-
- ¿Qué queres saber?
- ¿Por qué estás tan cerca mío?
- Me caes bien.
- Pedro, dale.
- ¿Qué?
Yo suspiré y lo miré.
- No soy boluda.
- Lo sé, no te estoy subestimando.
Tragué saliva, un poco nerviosa.
- Todos los pibes que se me acercan es porque quieren algo más.
- ¿Y por qué crees que yo soy así?
- Los hombres son de manual y lo terminé de confirmar con mi ex.
- Mmm… No estoy tan seguro.
- Quiero que seas sincero.
Pedro suspiró y tomó mi mano, quitándola del bolsillo.
- Sí, me pareces hermosa. –Dio un beso en mi mano.- Pero, si no queres que estemos
cerca…
- Yo no dije eso.
- ¿A qué queres llegar con esta charla?
- No sé. –Suspiré.- A que no quiero que me usen.
Subí mis piernas al asiento y las abracé, apoyé mi mejilla en mis rodillas y
mirándolo.
- No lo soporto otra vez.
- ¿De verdad sentís eso conmigo?
- Con vos no sé, lo pienso con todas mis relaciones.
- Yo no quiero que te sientas usada por mí.
-Cerré mis ojos.- Me haces sentir bien cuando estás cerca mío.
Sentí que acarició mi mejilla suavemente y yo lo miré.
- Si lo que queres saber es si solo te quiero para llevarte a la cama… No es
así. –Hizo una pausa.- Ya lo habría hecho.
Yo escondí mi cara en mis rodillas, incómoda. Sentí su mano en mi espalda y
suspiré.
- En serio Pau.
- Perdón.
- ¿Por qué pedís perdón?
- Porque capaz te salgo con cualquiera.
- No es cualquiera.
- Vos también me gustas a mí. –Confesé, sin mirarlo.- Pero también sé que no
nos conocemos demasiado y además, yo estoy hecha mierda.
Me quise cambiar de asiento, pero Pedro me lo impidió tomando mi mano.
- Quedate. –Me dijo.-
Yo suspiré. Nos conocíamos hace menos de una semana y no entendía nada.
- ¿Para qué?
- ¿La pasamos mal cuando estamos juntos?
- No.
- ¿Entonces?
Me senté de nuevo a su lado y esquivé su mirada. Pedro me hizo cosquillas en el
brazo y yo reí.
- Creo que prefiero dormir.
- ¿No es que te hace mal?
- Sí.
- No te escapes.
- No me escapo.
- No, claro… -Rio y me contagió la risa.-
Pedro buscó algo dentro de su mochila y sacó una bolsa llena de gomitas.
- ¿Queres?
-Sonreí.- Dale.
- Si cambias la cara.
-Reí.- Perdón, no quiero incomodarte.
- No me incomodas.
- ¿Seguro?
- Seguro.
Comimos algunas gomitas y él volvió a hablarme.
- Dejemos de lado la charla de recién.
- Eso voy a intentar.
- Dale che.
-Reí.- Hagamos algo para distraernos.
- Tengo cartas. ¿Queres?
- ¿Truco?
- Dale.
Reímos e hicimos un partido de truco.
- ¡Gané! –Le dije festejando.-
- Me cagaste eh.
-Reí.- Soy buena. –Dije levantando una de mis cejas.-
- ¿Revancha?
- Tengo hambre.
- ¿Arrugas?
- ¡No!
- Entonces hacemos la revancha antes de la parada para comer.
- Okei, okei. Pero, apostamos lo que comamos. ¿Te va?
- Dale, dale. Me va.
Reímos e hicimos otro partido. Volví a ganar.
Paramos en una estación de servicio y nos pedimos dos café con leche con
facturas.
Invitó él, o fue obligado por la apuesta. No sé.
Cuando terminamos.
- Falta media hora para que volvamos a salir. –Me dijo.-
- ¿Y?
- ¿Salimos?
- Mmm… Dale.
Salimos del bar y caminamos hasta la banquina, nos sentamos allí frente a
algunas sierras que había enfrente. Me puse la capucha.
- Hace frío. –Dije abrazando mis piernas.-
Sentí la mano de Pedro en mi espalda y sonreí.
- ¿Te puedo abrazar?
Yo asentí tímidamente con una sonrisa y Pedro me abrazó contra su pecho. Yo
cerré mis ojos y suspiré, sintiendo su perfume.
- Nos conocemos hace muy poco… Lo sé, pero aún así no quisiera que nos
alejemos. –Sentí que apoyó su mentón en mi cabeza.- Me gusta estar con vos.
- Creo que yo tampoco quiero que pase eso.
- Pero… Tampoco quiero que te sientas usada por mí.
-Suspiré.- A veces me maquino mucho, soy mina.
- Sos muy linda. ¿Sabías?
-Sonreí.- Vos también sos muy lindo.
Lo abracé por la cintura y sentí que besó mi frente.
Que lindosss!! Que dejen que fluya y que sea lo que tenga que ser!!!
ResponderEliminarGracias☺♥
EliminarMe re gusta este corto��!!!me enganche al toque jajaj...escribís muy lindo��
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarQuiero un Pepe asi de tierno y fotografo ♡
ResponderEliminarQuiero un Pepe asi de tierno y fotografo ♡
ResponderEliminar