Pedro se acercó a mí y me dio la mano, para que vuelva a sentarme. Ubicó mi pie
sobre los almohadones y se sentó a mi lado.
- Vos no vas a dejar que una lesión arruine todo esto.
- Pero me duele Pedro.
- Ya lo sé Pau… Pero es solo un simple esguince, sabes muy bien que con una
infiltración podes hacerlo perfecto.
- Me da bronca, no quiero cagarte a vos tampoco.
- No, vos no pienses en mí. Pensa en vos, en qué es lo que queres vos, en qué
deseas…
- Ganar.
- ¿Entonces?
- Voy a poder.
-Sonrió.- Así me gusta escucharte.
Se levantó y me dio la mano otra vez.
- Camina un poco más, mientras más te muevas mejor.
Asentí e hice lo que me dijo, hasta que volví a sentarme.
Me moría por besarlo, pero no me animaba. No terminaba de entender qué era lo
que había pasado hacia apenas unos minutos. No lo entendía a él, siempre me
había costado demasiado descifrarlo. Demasiado. Y esta no era la excepción.
Volvió del baño y me miró, yo no había quitado la vista de mi celular… Estuve a
punto de contarle a mi mamá lo de mi pie, pero prefería no preocuparla.
Se sentó a mi lado y lo miré de reojo. Bloqueé mi celular y mordí mi labio
inferior, nerviosa.
Él también me miró y cuando cruzamos miradas, nos reímos.
- Me muero por besarte.
Le dije sin importar las consecuencias. Era impulsiva y no podía evitarlo.
- ¿Está mal? –Le pregunté nerviosa.-
- ¿Te dije alguna vez que sos muy linda? –Reí y se acercó aún más a mí.- Hacelo
si es lo que queres…
- ¿Vos no queres?
-Sonrió.- Averigue señorita…
Sonreí y lo besé, tomándolo por la nuca.
- Tengo miedo de que me despierten y sea
un sueño. –Le dije con mi vista baja.-
-Acarició mis brazos y luego hizo que lo mire, tomándome por el mentón. Me besó.-
No pienses en esas cosas.
- No quiero ilusionarme con algo que no va a pasar, no sé si puedo soportarlo.
-Acarició mi espalda.- ¿Vos queres que te proponga casorio?
-Largué una carcajada.- ¡Sos un tarado!
-Me besó.- Deja de pensar y planificar un poco.
- Me cuesta… -Reí y apoyé mi cabeza en su pecho, sin pedirle permiso.-
Él me abrazó y yo cerré mis ojos.
- ¿Te duele el pie?
- Bastante. –Suspiré.- Tengo miedo.
- No, tranquila. Vas a ver que va a estar todo bien y ese premio va a ser tuyo.
-Suspiré.- Ya no sé si me importa tanto el premio, me importa poder participar.
- Vas a poder.
- ¿Te quedas conmigo? No quiero estar sola, me voy a maquinar demasiado.
- No tengo mejor plan que este.
-Sonreí.- Gracias.
- No me lo tenes que agradecer.
-Lo miré.- Quiero dormir y despertarme con el pie bien.
- Dormí…
- ¿Y lo otro?
- Mmm… No soy mago. –Dijo riendo y yo también reí.-
Me acomodé en la cama, mirándolo.
- Dormí si queres. –Acarició mi pelo.-
- ¿Me despertas para cenar?
- Dale, comemos y hacemos un poco de ejercicio con el pie.
- Bueno, dale.
- ¿Queres que me quede?
- Mmm… Si queres.
Besó mi frente y yo sonreí.
- Me quedo hasta que te duermas y después me voy a bañar.
- Gracias. –Lo miré.- De verdad.
- ¿Por qué?
- Porque si no estuvieras acá… Ya me hubiese deshidratado de tanto llorar.
–Reí.-
- Tenes que ser positiva.
- Lo sé, pero en este momento me duele demasiado.
- Pasaste lesiones peores.
- Pero no en estas circunstancias.
- Sí, eso ya lo sé. Pero, prefiero pensar en positivo.
- Yo ahora prefiero dormir.
- Entonces dormí…
-
Paula se quedó dormida y yo no podía dejar de mirarla. Era tan raro lo que me
pasaba con ella… La conozco desde que es una nena, siempre fue una de mis
mejores alumnas y cuando entró en la adolescencia, comencé a darle clases particulares
porque tenía demasiado futuro. Tiene talento y eso es innegable.
Pero… Me costaba verla como una mujer, por algunos momentos la sentía la misma
nena que patinaba de mi mano cuando recién comenzó… Y por otros, la mujer más
linda del planeta.
No entendía lo que me pasaba con ella, pero sabía que si había dejado a mi
mujer por lo que me pasaba con Paula, era algo real.
Acaricié su frente y ella se movió, sonreí y acomodé la manta que tenía sobre
su cuerpo.
- Descansa hermosa. –Besé sentidamente su frente.-
Y me levanté, para irme a mi cuarto. Allí me duché y luego salí al balcón a
sacar fotos, era increíble como la nieve cubría toda la vista.
Luego, entré a la habitación y me dejé caer en la cama. Me preocupaba demasiado
que Paula no pudiera competir, no tanto por el premio… Sino por ella, sabía lo
autoexigente que era consigo misma y no poder presentarse la haría mierda.
Suspiré, quería ser positivo… Sabía que ese esguince no era nada, pero a veces
el dolor corporal nos deja ciegos.
Se hizo la hora de la cena y fui hasta el cuarto de Paula, en donde ingresé
porque tenía la tarjeta de acceso. Pero, cuando entré, no estaba durmiendo.
Desde el hall de la habitación, le dije:
- Pau… ¿Estás? ¿Se puede pasar?
- Sí… -Dijo y vino caminando desde el baño.- Quería bañarme.
- ¿Podes caminar bien?
- Mmm… Más o menos, ya no me duele tanto.
- Eso es bueno.
- Sí. –Sonrió.-
- ¿Te espero y bajamos a comer?
- Dale.
Paula terminó de cambiarse y cenamos juntos en el restaurant del hotel,
volvimos a su habitación y ella inmediatamente se quitó su zapatilla y subió su
pie a la cama.
- Lo siento hecho una pelota. –Dijo.-
- A ver… -Me acerqué a su pie y lo masajeé un poco, algo tenía que saber por
ser entrenador.- No lo tenes tan hinchado igual.
- ¿Mañana puedo infiltrarme?
- Mañana no, mañana haces reposo otra vez.
- Quiero practicar.
- Pasado…
-Suspiró.- ¿Por qué?
- Porque tenes que esperar a que termine de deshincharse.
- ¡Ufa!
-Reí.- No seas caprichosa.
- Siento que no voy a llegar.
Me acerqué a ella y me senté al costado de la cama, frente a ella.
- Si que vas a llegar, confía en vos.
Se encogió de hombros e hizo pucherito con sus labios, yo reí.
- Me matas de ternura.
- ¿Soy muy nena todavía, no?
- ¿Por qué preguntas eso?
- Respondeme…
- Mmm… Sos una mujer muy linda.
- Pero con actitudes de pendejita.
- Todos tenemos actitudes inmaduras.
- Eso no me consuela.
-Reí y la besé.- ¿Esto te consuela?
- Mmm… Puede ser.
- ¿Sí?
- Sí.
Sonreímos y volvimos a besarnos.
-Acomodé el pelo detrás de su oreja y ella sonrió.- ¿No te molesta que sea más
chica?
- Si me molestara, no estaría chapándote ahora.
-Rio.- ¿Qué te pasa conmigo? Quiero que me seas sincero, aunque la respuesta no
sea la que espere.
Que le diga! Que le diga! Que le diga! Ah jajajajaja me encanto!!
ResponderEliminarjajajaa, gracias!
EliminarQue hableeee Que hableeee *cantito*
ResponderEliminaramo que te hagas la intrigada
EliminarChan! Que directa Pau! Igual el esta muerto de amor por ella, no hay dudas! ;)
ResponderEliminares impulsiva la pibita! jaja
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