jueves, 8 de octubre de 2015

Patines VIII.


Estacioné en la puerta del club y bajé del auto, lo cerré e ingresé al lugar. Subí las escaleras que me separaban del salón de patín y cuando estuve allí, me quedé espiando por la ventana.

Emma estaba haciendo una rutina y él la supervisaba, sonreía demasiado cuando los veía juntos.

Cuando terminó la canción no pude evitar entrar y ni bien Emma me vio, se acercó a mí patinando.

- Hola mami. –Dijo abrazándome por la cintura.-
-Sonreí.- Hola mi amor. –La abracé y besé su cabeza.- ¿Cómo estás?
- Mal, no me sale un salto.
-Reí.- Mmm… No te creo.
- ¿Cómo no me crees?
- Vos sos la más grosa, seguro te sale hermoso.
-Me miró.- No, vos sos la más grosa.
-Negué con mi cabeza, riendo.- Vos sos mi versión mejorada. –Volví a abrazarla.- Quiero verte… ¿Me mostras la rutina?
-Sí. –Sonrió y camino hasta el centro del salón.-

Yo caminé hasta estar detrás de Pedro y lo abracé por la espalda.

- Hola amor. –Besé su cuello.-
- Hola mi amor. –Tomó una de mis manos y la besó.- ¿Pero por qué atrás? ¡Quiero un beso!

Reí y lo dí vuelta, para besarlo.

- ¿Estás cansada? Tenes unos ojitos.
- Me cuesta dormir en la clínica. –Suspiré.-

Y en ese momento, Emma se acercó a nosotros.

- ¿Van a verme?
-Reí.- Sí hija… ¿Queres que ponga la música?
- Sí mami, dale.

Puse la música y me senté en las piernas de Pedro, para mirarla.

Emma hizo toda su rutina y la mirábamos con una sonrisa, amábamos viéndola hacer con tanto amor aquello que nosotros tanto amábamos y que nos había unido.

- ¡Te sale hermoso hija!
- Mmm… -Me dijo sentándose en el piso.-
-Reí.- De verdad…
- Hay cosas que me no me gustan.
- Pero falta un mes para la competencia. –Le dijo Pepe.-
- Sí, ya sé. –Respondió Emma.- ¿Podemos patinar un rato los tres? ¡Por favor!

Con Pedro sonreímos y asentimos. Nos pusimos nuestros patines, los cuales estaban en el vestuario y pusimos música.

Pasamos varias horas patinando juntos y ya no dábamos más.

Pedro y yo nos sentamos en el suelo y Emma nos miró riendo.

- ¿Ya se cansaron?

Pepe y yo reímos.

- Seguí vos hija… -Le dijo Pepe.-
- ¡Ufa! –Se sentó frente a nosotros.-
- Estamos patinando hace dos horas Emma. –Le dije.-
- ¿Tanto? –Rio.-
- Sí, tanto… -Dije quitando mis patines.- Mamá ya no patina tanto como antes, me canso rápido.
- ¿Por qué?
- Porque cuando supe que estaba embarazada de vos, dejé de patinar para competir… Ahora solo doy clases, entonces no patino tanto.
- ¿Y por qué no dan clases juntos?
- Porque papá entrena para competencias, como me entrenaba a mí y ahora a vos… Yo doy clases a grupos, más grandes.
- Ah… -Dijo rascando su cabeza.- ¿Nos vamos a casa?
- Dale Emmi. –Dijo Pepe.-

Un rato más tarde, estábamos en casa.

- ¡A bañarse hija!
- ¿Me ayudas mami?
-Reí.- ¡Tenes ocho años Emma!
- Pero quiero estar con vos.
-Sonreí, muerta de amor.- Bañate que después hacemos algo juntas…
- Bueno, está bien. –Dijo bufando y yo reí.-

Emma se fue a bañar y Pedro me sorprendió, abrazándome por la espalda.

- Ay, hola. –Dije y tomé sus manos.-
-Besó mi cuello.- Hola hermosa. –Sonreí y cerré mis ojos.-
- Me encanta que me abraces así.
- Por eso lo hago Pau.
- Me sigue pareciendo muy loco que estemos juntos.
- Pasaron quince años.
-Reí.- Ya sé, pero igual… Todo lo que tuvimos que pasar.
- ¿Pero no valió la pena?
-Sonreí.- Sí, soy muy feliz con ustedes.
- Y yo con ustedes. –Me abrazó más fuerte.- Te amo mi amor.
-Giré mi cabeza hasta poder besarlo.- Yo también te amo Pepe.

- ¡Mamá! –Me gritó desde el baño y reí.-
- Creo que te requieren… -Me dijo Pepe.-
-Me solté de él y lo miré.- Me dijo que quería pasar un rato conmigo. –Suspiré.-
- ¿Y qué tiene de malo?
- Que siento que estoy poco presente.
- No digas boludeces.
-Me encogí de hombros.- Estuve muchas noches fuera de casa.
- Bueno, pero fue por tu mamá.
- Sí, ya sé.
- No te maquines y anda con ella.

Asentí y le dí un beso, para luego ir a buscar a Emma.

- ¿Qué pasa hija?
- Ya estoy lista. –Tomó mi mano.- ¿Qué vamos a hacer?
- ¿Qué queres hacer?
- Cualquier cosa con vos, te extraño. –Y me abrazó.-
- Yo también te extraño princesa.
- ¿La abuela ya está mejor?
- Sí Emma.
- ¿Entonces te quedas en casa?
-Sonreí.- Sí…

Caminamos abrazadas hasta mi cuarto y nos acostamos en la cama. Estábamos charlando un poco, hasta que nos quedamos en silencio y no pude evitar, tirarme sobre ella y llenarla de cosquillas.

- ¡No mamá! ¡No!
-Reí.- Me encanta que te rías hija.

Y en ese momento, ella me devolvió las cosquillas. Yo reía, ella también reía. Amaba estar así con mi hija.

La abracé, dejando que se quede sobre mi cuerpo y besé su cabeza.

- No quiero que te vayas más mami.
-La abracé más fuerte.- Me voy a quedar toda la vida con ustedes.
- Por favor.
-Besé su cabeza.- ¿Queres dormir conmigo hoy?
- Sí ma.

Mi mamá estaba enferma y recién ahora había vuelto a acercarme a ella. Nunca habían terminado de aceptar mi relación con Pedro, pero cuando supe lo que le pasaba dejé el orgullo de lado y me acerqué a ella. Quizás era tarde, pero prefería que sea tarde antes que nunca.

- ¿Cenamos? –Preguntó Pepe en la puerta de la habitación.-
- Mmm… Sí. –Respondí, me estaba quedando dormida.-
- ¿Te desperté?
-Bostecé.- Sí, pero no pasa nada. ¿Comemos Emmi?
- Sí. –Dijo y se sentó.- Yo también estaba durmiendo. –Rio.-
- Comemos y después dormimos todos. ¿Quieren? –Preguntó Pepe.-
- ¡Juntos! –Gritó Emma y nosotros reímos.-

Cenamos los tres juntos y luego, nos cambiamos y nos metimos en la cama. Emma estaba en medio nuestro y no se quedaba quieta.

-Reí.- Quedate quieta hija.
- Perdón. –Dijo riendo.- ¿Me abrazan?

Con Pedro nos miramos sonriendo y la abrazamos, cada uno a un costado y unimos nuestras manos en su espalda.

- Descansa hija. –Susurró Pepe en su oído.-
- Me encanta estar así con ustedes.
-Sonreí.- A nosotros también. –Besé su mejilla.- Hasta mañana Emmi.

Nos quedamos en silencio y abrazándola, hasta que se quedó dormida y yo me levanté al baño.

- Amor… ¿Estás bien? –Preguntó Pepe del otro lado de la puerta.-
- Sí. –Respondí tratando de que no se notara mi llanto.-
- ¿Puedo pasar?
- Mmm… Sí.

Pedro entró y ni bien lo vi, lo abracé.

- No doy más Pepe.
- Tranquila, ya va a pasar todo.
- Me siento horrible por no haberme acercado a mis viejos antes.
- No podes volver el tiempo atrás, además… Te hicieron mucho mal, es entendible que puedas recién ahora.
- ¿Pero si le pasa algo a mi mamá?
- No pienses en eso.
- No puedo…
-Se separó un poco de mí, secó mis lágrimas y me besó.- Lo peor ya pasó…
- Ya sé.
- ¿Entonces? Tenes que estar contenta de que tu mamá está mucho mejor y de que tenes a tus papás otra vez.
-Me encogí de hombros.- Perdón, pero a veces no puedo evitar llorar.
- No tenes que pedir perdón tonta.
-Sonreí y lo abracé.- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por no haberme dejado caer nunca, por cuidarnos tanto a las dos.
- Siempre mi amor. –Besó mi cuello.- Siempre vamos a estar los tres juntos.
- Siempre pienso que habernos animado a estar juntos fue nuestra mejor decisión… -Lo miré.- Y que lo mejor que hicimos juntos fue nuestra hija.
-Sonrió y me besó.- Pienso exactamente lo mismo. –Nos besamos.- Dale, no llores más.
-Reí.- Me lavo la cara y voy.
- Te espero…

Sonreí y me lavé la cara, volvimos juntos a la cama y nos dormimos, los tres abrazados.








7 comentarios:

  1. Me encanto el corto!!! Muy lindo!! Me encanta como escribís...

    ResponderEliminar
  2. Gracias por la dedicatoria Adoracion Cebada! Me encanto el final ♥ Me encanto leer este corto dos veces ajajaja. Y del corto ese no me acuerdo. Subilo en menos partes copate :) jajaja

    ResponderEliminar
  3. Muy lindo!!! Me encanto!!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  4. Ahora siii! Terminé este corto (no lo pude leer en el momento y después me costó un montón). Me gustó!
    No recuerdo el otro corto que decis, subilo y lo leemos o releemos ja. ;)

    ResponderEliminar