viernes, 2 de octubre de 2015

Patines I.



Meses eternos preparándome para esta competencia. Infinitas horas de entrenamiento, sacrificar salidas con amigas y eventos familiares. Dormir poco, controlar a raja tabla mi alimentación y ahorrar, ahorrar demasiado.


Había costado demasiado, pero estaba acá… A días de la final.



Acababa de cambiarme y estaba sentada en el suelo, poniéndome mis patines…

- ¡Con todo hoy eh! –Me dijo.-
-Reí.- ¿Empezamos a armar la rutina para la final? ¡Por favor!
- Obviamente, no podes esperar más.
-Sonreí.- ¿Tenes la música?
- Sí, en el pendrive.
- ¿La pones? Quiero escucharla una vez… ¿Es la que te dieron los del concurso, no?
- Sí, dale… Ahora la pongo.

Pedro se paró a poner la música mientras yo terminaba de ajustar mis patines.

Era una competencia nacional y no podía creer estar allí… Tan lejos de casa y tan cerca del triunfo.

Comencé a patinar un poco por el salón, mientras escuchaba la música, para calentar un poco mis músculos.

- Es muy movida. –Dije luego de frenarme contra la pared.-
- Un poco más de confianza che.
-Reí.- Me tiembla todo de solo pensarlo.

Pedro se acercó a mí y me hizo girar.

- Seguridad, confianza y conocimiento.
- Uy, si habré escuchado eso… -Reí.-
- ¿Tan mal te entrené?
-Reí.- Sos el mejor del mundo, lo sabes.
- Confía en vos, sé que podes…
- Que podemos.
-Sonrió.- ¿Empezamos?
- Dale. 

Pasamos un rato probando cosas, él también tenía sus patines y me marcaba algunas cosas. 

Después de varias horas, habíamos terminado la rutina y estábamos en el suelo, tomando agua.

- No doy más. –Dije riendo.-
- ¿Y la resistencia?
- No es físico, es emocional… Me siento toda tensionada.
- Tenes que confiar un poco más en vos Pau.
-Suspiré.- Ya sé… ¿Pero te diste cuenta que tengo 17 años, no? ¡Las otras tienen como 30! Me da pánico.
- La edad no determina nada, te lo dice alguien mucho más grande que vos.
- Tampoco te quieras hacer el anciano.

Reímos y nos quedamos mirándonos, durante algunos segundos…

Sus labios y los míos estaban unidos, como si fuesen un imán. Me sentía increíble, era el mejor beso que me habían dado en toda mi vida. Sus manos descansaban en mi cintura y los míos en sus brazos. Mis ojos estaban cerrados y tan solo lo disfrutaba, pero de repente se alejó de mí.

- Esto es cualquiera Paula.
-Suspiré y me acerqué a él, estaba sobre mis patines.- ¿Por qué?
- Porque sos una nena, porque yo tengo a mi mujer.
-Suspiré.- No niegues que algo pasa.
- ¡Sos una nena para mí!
- ¿Por qué no me dejas demostrarte que puedo ser una mujer?
- Paula, por favor…
- Por favor vos. ¡Me buscas todo el tiempo y vos me gustas!
- Perdón, no lo hago adrede.
-Me encogí de hombros.- Esto no sé si puede seguir.
- A mí me encanta entrenarte.
- No sé Pedro…

Y me fui, dejándolo sin reacción.

- Además… ¿Ahora te acordas que no soy una nena? –Pregunté sin mirarlo, acomodando mis cordones.-
- Hey… ¿Por qué caes con eso?
- No sé, voy a hacer una pasada más.

Me levanté sin prestarle atención y puse la música, para comenzar a practicar la rutina… Pero, estaba tan enojada y nerviosa que caí mal de un salto y me doblé el pie. ¡La puta madre!

Pedro corrió hacia mí, ya que él estaba ya sin patines y quitó mi patín y mi media, sin decirme nada.

- ¿Te duele?
-Suspiré, tratando de no llorar.- Sí… 

Pedro tomó mi pie entre sus manos y comenzó a moverlo con cuidado.

- ¡Me duele! –Me quejé.-
-Suspiró.- Vamos que te tiene que ver el médico.
- No, no jodas. Me pongo un poco de hielo y ya está Pedro.
- Esto no se discute.

Quitó la media y el patín de mi otro pie y me ayudó a levantarme.

- No apoyes el pie.
- ¿Qué tengo Pedro? –Pregunté asustada.-
- No sé, prefiero que te vean.

No pude evitar dejar caer algunas lágrimas, él hizo que pase mi brazo por sus hombros y salté apoyándome en él, hasta que llegamos a la enfermería del lugar.

Me revisaron y me diagnosticaron un esguince… Okei. ¿Tanta mala suerte iba a tener? ¡La puta madre que me parió!

Estaba acostada en mi cuarto del hotel, mi pie estaba sobre varios almohadones y lleno de hielo. 

No podía dejar de llorar ni de sentirme llena de bronca. Pedro ingresó al cuarto y sin decirme nada, se sentó a mi lado y me ofreció un chocolate.

-Sonreí en medio de las lágrimas.- Gracias. –Lo agarré.-
- No llores más. –Secó mis lágrimas.-
- No puedo creer que me pase ahora. 
- Eso te pasa por polvorita.
-Reí.- No me digas eso que me llenas de culpa.
- No, no tenes que tener culpa… Vas a llegar a participar.
- De eso estoy segura. –Le dije.- ¿Pero a ensayar?
- Vos no te preocupes, falta una semana…
- Te juro que me muero del dolor.
- ¿Y si te hago unos masajitos?
- Mmm…
- ¡Sé sobre Kinesiología che!
-Reí.- Ya sé…
- Dale. ¿Me dejas?
- Bueno…
- Pero con una condición.
- ¿Cuál?
- Dejas de llorar.
-Reí y sequé mis lágrimas.- La bronca que tengo la expreso llorando.

Pedro se sentó a los pies de la cama y quitó el hielo de mi pie.

- ¡Encima hace muchísimo frío!
- Hay calefacción acá Pau…
- Ya sé, pero no me acostumbro al clima de acá. ¿Está nevando, no?
- Sí… -Y comenzó a masajear mi pie.- ¿Te duele?

Asentí y abrí el chocolate. Lo partí y le ofrecí un pedazo.

- Es para vos.
- Dale, come un pedacito.
- Pero…
- ¡Dale!

Pedro rio y agarró ese pedazo, para luego comerlo.

Yo me comí lo que restaba del chocolate y hacia rato que estábamos en silencio.

- ¿Por qué saltaste con eso? –Preguntó sin dejar de masajear mi pie.-
- Prefiero no hablar…
- Dale Pau.
- No, en serio. Menos ahora.
- ¿Por qué?
- Porque por estar distraída me pasó esto.
- Yo tampoco pude olvidarme igual.
- No quiero hablar de esto ahora.

Pedro volvió a poner las bolsas de hielo sobre mi pie y se sentó a mi lado.

- Yo la dejé a mi mujer por vos.
- ¿Qué?
- Sí y nunca me animé a decírtelo.
-Suspiré y cerré mis ojos.- No quiero hablar de esto, te lo pido por favor.
-Tomó mi mano y la besó.- Está bien… Intenta dormir.
- Me duele mucho el pie.
- ¿Tomaste analgésico?
- Sí, recién.
- Entonces dale un tiempo.
-Suspiré.- No sé qué hacer con la bronca que tengo.
- Tranquila… -Sentí que acarició mi frente y no pude evitar sonreí.- ¿Me puedo quedar con vos?
- Por favor Pepe.







8 comentarios:

  1. Me encanto el capitulo. Me imagino a Pepe todo protector y me mato de amor. Mas le vale a las guachinas que comenten eh ajaja. Si no gusta que me tiren la mala onda a mi ya que es un pedido mio ajaja :P

    ResponderEliminar
  2. Muy buena pinta la historia!! Ya quiero el siguiente!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  3. Siempre me gustaron las pelis de patinadores y con historia de amor (será un tema pendiente mío jaja) así que ya quiero leer mas!
    Ahora Pepe se dio cuenta que no es una nena!
    Espero el próximo! ;)

    ResponderEliminar
  4. Ya quiero seguir leyendo mas capítulos!!

    ResponderEliminar