domingo, 4 de octubre de 2015

Patines IV.


- ¿Es necesario hablarlo ahora?
- Necesito saberlo. –Respondí.-
-Suspiró.- No sé muy bien como decírtelo.
- Como te salga.

Pedro hizo una pausa y bajó su mirada.

- Es que no lo sé muy bien. –Dijo sin mirarme.-
- ¿Tengo que preguntarte?
- No, no.

Y ahora me miró, rascando su cabeza.

- Es raro lo que me pasa… Lo pensaba hoy mientras te miraba dormir. –Hizo una pausa.- Te conozco desde que sos una nena, siempre te quise mucho porque era imposible no quererte. –Sonreí.- Te vi crecer, vi como te transformaste de nena a mujer, de una nena hermosa a una mujer hermosa. –Volví a sonreí.- Y sí, sos chica todavía… Eso no lo voy a negar, pero algo me pasa con vos.
- ¿Qué te pasa? –Pregunté incisiva.-
- Que me gustas, mucho. –Hizo una pausa y sentía que se me iba a salir el corazón por la boca.- Si me animé a dejar a Carla, es porque de verdad me pasa algo con vos.
- ¿De verdad la dejaste por mí?
- Sí…

Y aunque quise evitarlo, no pude no sonreír.

- ¿Y entonces? –Le pregunté porque estaba bastante confundida.-
- Y entonces… -Tomó mi mano.- Me gustas… En realidad, me encantas. –Hizo una pausa.- No, perdón. Me corrijo: me enamoras.

Y sonreí, a punto de morirme.

- Vos también me enamoras a mí. –Suspiré.- Pero, a veces tengo miedo de ser muy pendeja para vos y que te canses. –Hice una pausa.- No es que pretendo el casorio. –Reímos.- Es que… Me importas de verdad, te quiero de verdad y tengo miedo de hacer algo que te desilusione. ¿Me entendes?
- Sí, te entiendo… Pero, vos tenes que ser como sos, porque eso es lo que más me enamora de vos. Tus impulsos y tu espontaneidad.
-Sonreí y lo besé.- Gracias…
- ¿Por qué?
- Por animarte.
-Sonrió.- No iba a poder aguantar mucho más.
-Lo besé.- No te vayas…
- ¿A dónde pensas que me voy a ir?
-Reí.- No sé…
- Me quedo con vos, hasta que me eches.
- Me dijiste que íbamos a hacer ejercicios.
- Yo prefería darte besos.
-Reí y lo besé.- Después…
- Bueno, está bien. –Reímos y nos dimos otro beso.-

Hice varios ejercicios con mi pie esguinzado y luego, volví a ponerme hielo. Él estaba a mi lado, besándome, abrazándome por la cintura.

- Pepe… -Le dije posando mis manos sobre su pecho.-
- ¿Qué? –Se separó un poco de mí.-
- Tengo que tomar el analgésico.
- ¿Te lo traigo?
- Sino lo busco yo.
- Te lo traigo yo y también busco algo para comer…
- ¡Dulce!
-Rio.- Dale… ¿Y miramos una peli?

- Dale. –Sonreí.-



Así pasaron varios días y ya era viernes, mi pie estaba mucho mejor y ya entrenaba a la normalidad… En realidad, no tenía mucha opción porque la final era mañana.


- ¡Increíble! –Dijo cuando la música terminó.-

Suspiré y me senté en el suelo.

- ¿Seguro? Me siento un poco inestable.
- Te salió hermoso Pau.
- Me da miedo que el esguince me juegue una mala pasada.
- No pienses así. –Dijo y se sentó frente a mí.- Además, te vas a infiltrar antes de competir.
- Sí, ya sé.

Suspiré y Pedro comenzó a quitar mis patines.

- Por hoy, ya está…
- No, quiero seguir.
-Rio.- No… Tengo otros planes.
- ¿Cuáles?
- Sorpresa.
- Pero para eso tenemos tiempo, ahora quiero seguir entrenando.
- No sobreexijas tu pie, te sale hermoso y te lo sabes perfecto.
- ¿Me lo decís de verdad?
- Sí mujer. –Reí y me besó.- Dale…

Terminó de quitar mis patines y me dio la mano para que me levante.

- Ahora cada uno se va a ir a su cuarto, nos vamos a bañar y después vamos a salir.
- ¿En serio? –Le pregunté entusiasmada.-
- En serio, es nuestra primera cita.
-Sonreí.- Ay, qué lindo suena. –Nos dimos un beso y caminamos hasta dentro del hotel.-

Después de una hora y media, habíamos salido del hotel y estábamos caminando tomados de la mano hacia un lugar que no sabía qué era.

Frenó y me hizo frenar… Estábamos frente a un restaurant estilo cabaña, sonreí al verlo.

- ¿Es acá? –Pregunté.-
- Sí, es acá… -Me respondió y me dio un beso.- ¿Entramos? Tengo mucho frío.
-Sonreí.- Sí, dale.

Entramos al lugar y era completamente hermoso. Todo de madera, con hogares a leña y mesas en el suelo, con almohadones. Nos sentamos en la mesa que Pedro tenía reservada y comenzamos a leer la carta.

- Invito yo eh. –Me dijo y yo reí.- Elegí lo que quieras…

Al rato, ya teníamos la comida servida…

- Es muy hermoso este lugar. –Dije.- Y es más hermoso porque estamos juntos.
-Sonrió y besó mi mano.- Quiero que pasemos una linda noche, tratando de olvidarnos de los nervios.
-Reí.- Eso es un poco complicado.
- Yo estoy tan seguro de que la vas a romper que no estoy nervioso.
- ¡Dale Pedro! No te creo.
- Te lo juro.
- Mmm…
- ¡En serio!
-Reí.- Bueno, gracias.
- Entreno a la mejor patinadora de todas.
-Sonreí.- Es mucho me parece.
- Para mí no. –Y se acercó a darme un beso.-
- Para mí es que tengo al mejor entrenador del mundo entero.

Reímos y nos dimos un beso.

Terminamos de cenar y salimos de aquel lugar tan lindo… Hacia demasiado frío, pero no podía evitar amar aquel lugar. Nunca había visto la nieve.

Estábamos en una plaza, y aunque era de noche, estaba todo completamente alumbrado. Habíamos sacado algunas fotos y no pude evitar la tentación de tomar una bola de nieve con mis manos y tirársela, riendo.

- ¡Ah, no! –Dijo y me la devolvió, reímos.-
- ¡Eso es violencia! –Dije y formé una mucho más grande, la cual también le tiré.-

Se acercó a mí riendo y me tomó por la cintura, para besarme. Yo lo tomé por el cuello y después de besarnos por un largo rato, nos abrazamos.

- Hace mucho frío. –Dije riendo.-
- Mmm… ¿Queres volver? –Preguntó frotando mi espalda.-
- No, no. –Lo abracé más fuerte, pero me separé de él para volver a tirarle una bola de nieve.-
- Me parece que te estás pasando. –Y me la devolvió.-

Y así estuvimos durante un largo rato, tirándonos bolas de nieve como si fuésemos dos nenes. Terminamos acostados en el suelo, haciendo al clásico angelito en la nieve y para terminar, hicimos diversas formas, incluso un muñeco de nieve, con el que nos sacamos mil fotos.

- Ahora sí me congelo. –Dije acercándome a él.-
- ¿Volvemos al hotel?
- Sí, por favor.

Abrazados, caminamos hasta el hotel y nos metimos en el restaurant, para tomar café. La realidad es que hacia demasiado frío.

- Entre los nervios y el café, dudo poder dormir.
-Rio.- ¿Cómo estás del pie?
- Mejor, ahora no me duele.
- ¿Igual mañana vas a infiltrarte, no?
- Sí, por las dudas. –Suspiré.- Te juro que soy una bola de nervios.
- Puedo hacerte compañía hasta que te duermas…
-Sonreí.- No das más de tierno.

Y nos dimos un beso.








2 comentarios:

  1. Me imagine cada escena y me encanto ♥ Me los imagino y son muy lindos juntos ♥

    ResponderEliminar
  2. Muy tierno el capitulo❤ me encanto!

    ResponderEliminar