miércoles, 7 de octubre de 2015

Patines VII.


Al día siguiente, estábamos a punto de volver a Buenos Aires. En la terminal de micros, La abracé por la cintura y la besé.

- No me voy a olvidar nunca de estos días. –Le dije.-
-Sonrió.- Yo tampoco y espero que cuando estemos allá las cosas sigan así.
- Vas a ver que sí. –Volví a besarla.- Es demasiado complicado dejarte ir.
-Volvió a sonreír y me besó.- A pesar de lo de mi pie, fue el viaje más lindo de toda mi vida.
- Vamos a vivir muchos más.
- Me tenes demasiada confianza.
- ¡Ganaste! ¿Cómo no voy a tenerte confianza?
-Rio.- No sé…

Nos dimos un último beso y nos dirigimos al micro, mediante el cual volvimos a Buenos Aires.

En la terminal de nuestra provincia, ya teníamos nuestros bolsos y estábamos sentados en el suelo. Tomados de la mano.

- No sé si quiero volver a mi casa. –Dijo y apoyó su cabeza en mi hombro.-
- ¿Por qué? –Pregunté y besé su frente.-
- Me acostumbré a tenerte cerquita todo el tiempo.
- Podemos vernos todas las veces que quieras.
- ¿De verdad?
- Obvio. ¿Hay algo que nos lo impida?
-Sonrió.- No…
- ¿Entonces?
-Me miró y me besó.- No sé… Tengo muchas inseguridades.
- ¿Por qué?
- Porque soy más chica.
- ¡Olvidate de eso! –La besé.- De verdad…
-Sonrió.- Gracias, me tratas hermoso.
- Te trato como te mereces. –La besé.- ¿Volvemos?
- Mmm… Bueno, dale.
- Podes venir a mi casa siempre que quieras.
-Sonrió.- Te tomo la palabra eh.
- Obvio Pau. –La besé.-

-

Pedro me acompañó hasta mi casa y luego siguió camino hasta la suya. Cuando entré, dejé mis bolsos en el suelo y mis viejos vinieron a saludarme y felicitarme.

Pasé un rato hablando con ellos, omitiendo los detalles de Pedro y luego subí hasta mi cuarto. Extrañaba demasiado mi cama, asique me tiré allí y busqué mi celular.
“Ya te extraño…”

“Tan linda sos.”

“¿O cargosa?”

“No, no. ¡Linda!”

“Bueno…. Gracias por el cumplido.”

“No es un cumplido. Es una realidad. Y cuando quieras, nos vemos.”

“Mmm… ¿Hoy a la noche?”

“¿Y tus viejos?”

“Se van… ¿Queres venir a mi casa?”

“Prefiero que vengas.”

“Sí, yo también prefiero ir.”

“Entonces te espero…”

“Y yo espero verte.”

“¿Ves que sos linda?”

“Jajajaja. ¡Vos sos lindo!”

“Muchos, muchos besos.”

“Millones para vos Pepe.”

Suspiré y dejé mi celular a un lado. Me daba miedo que todo lo que siempre había deseado, estuviese sucediendo.

Ordené un poco mis bolsos y luego me quedé dormida, no daba más.

-

Me sentía raro… Pero estaba tan contento que eso no me importaba.

Esos pocos días que habíamos pasado juntos me habían hecho notar que la quería mucho más de lo que creía.

Cuando llegué a mi casa, ordené las cosas que había llevado y me tiré a dormir porque no daba más.

Al despertar, me dí una ducha y preparé algo para comer. No me daba demasiada maña en la cocina, pero al menos había podido armar unas pizzas para esa noche.
“Venite cuando quieras hermosa.”

“Mmm… Dame un ratito y estoy ahí.”

“Te espero ansioso.”
-

- ¿A dónde vas? –Me preguntó mi mamá.-
- Salgo ma.
- ¿Pero a dónde?
- A una casa.
- ¿De quién?

Suspiré.

- Cosa mía mamá.
- Decime o no salís.
- ¿Qué? ¿No te parece que ya estoy grande?
- Quiero saber por dónde andas.
- Estuve semanas sola en Mendoza y sobreviví eh.
- Pero ahora estás de nuevo en mi casa.

Y por dentro pensé: por desgracia.

- ¿Por qué sos tan pesada mamá? ¡Acepta que crecí! –Grité.-
- ¡No le hables así a tu mamá! –Dijo mi papá.-
- ¡Pero ya no soy una nena! –Dije llena de bronca.-
- Pero seguís viviendo en esta casa. –Respondió mi mamá.-
- ¿Y? ¡Ustedes salen y yo no les pido explicaciones!
- No es lo mismo Paula. –Dijo mi papá.-
- Salgo con mi novio. –Dije ya vencida por la situación.-
- ¿Novio? ¿Quién es? –Preguntó desencajada mi mamá.-
-Suspiré.- Pedro.
- ¿Pedro tu entrenador? –Preguntó mi papá sorprendido.-
- Sí. –Respondí.- Estamos juntos.
- ¡Es muy grande para vos Paual! –Me gritó mi papá.-
- No me importa. –Lo desafié.-
- ¡Vas a tu cuarto y no salís de ahí! –Me dijo enojado.-
- ¡Vos no vas a controlar mi vida papá!
- ¡Dale Paula!

Y me obligó a caminar hasta mi cuarto, en dónde me encerró con llave.

- ¿Me estás jodiendo papá? ¡No soy más una nena! –Grité pateando la puerta.-

Pero obvio que no tuve respuesta, me dejé caer vencida y llorando en la cama, hasta que pensé en una locura… La cual iba a ejecutar.

Luego de lavarme la cara, salí por el balcón de mi habitación y me dirigí a la casa de Pedro.

Toqué timbre y cuando lo ví, lo abracé.

- ¿Qué pasa Pau? ¿Estás llorando?
- Mi viejo me encerró para que no nos veamos.
- Hey… ¿Por qué?
- Porque dice que sos muy grande para mí.
-Suspiró y besó mi mejilla.- Veni… Pasa.

Pedro cerró la puerta e ingresamos a su casa. Hizo que me sentara en el sillón y él se agachó frente a mí, tomando mis manos.

- No llores.
- Fue horrible Pepe.
- ¿Y cómo saliste?
- Por el balcón. –Reí.- Encima ahora me duele el pie.
- ¿Te lo doblaste?
- Un poco. –Suspiré.-
- Estás loca vos.
- No voy a dejar que me digite la vida.
-Se sentó a mi lado y me abrazó por el costado.- Tranquila, no llores más. –Y me abrazó.-
- Te juro que no voy a dejar que nadie nos separe.
- No me tenes que jurar nada. –Me besó.- No llores más. –Secó mis lágrimas.-

- Perdón…

- No me tenes que pedir perdón. –Me besó.- ¿Queres quedarte?

- Sí, por favor.

- Entonces anda al baño, lavate la cara, tranquilizate… -Me besó.- Que cociné y quiero que pasemos una linda noche.
- ¿Cocinaste para mí?
- Sí.
-Sonreí y lo besé.- Tenes razón, no tienen que arruinarnos la noche…
-Terminó de secar mis lágrimas con besos.- Te espero en la cocina.
- Dale. 

Lo besé y fui a lavarme la cara.



2 comentarios:

  1. Esta loca Pau ajaja, pero me encanta que desafie al padre. Eso habla del amor que siente por Pedro. Espero el final con ansias ♥

    ResponderEliminar