Estaba nerviosa, pero segura. Muy segura. Siempre había querido que sea con él y no quería esperar. ¿Qué sentido tenía?
Busqué mi mejor conjunto de ropa interior y un uniforme limpio, para cumplir su fantasía y me fui a bañar. Lo hice con cuidado, lentamente, tratando de tranquilizarme. Me depilé y me envolví en un toallón. Sonreí al mirarme al espejo. Era momento de crecer.
Me puse la ropa interior y luego mi uniforme, dejando algunos botones de la camisa desabrochados. Sequé mi pelo y lo acomodé con una colita y una vinchita. Me maquillé, tan solo un poco y ordené el baño tratando de distraerme.
“Estoy abajo.”
Suspiré con una sonrisa y le abrí con el portero eléctrico, cuando escuché el ascensor abrí la puerta del departamento y lo esperé.
- Hola. –Dije con una sonrisa.-
- Hola. –Me devolvió la sonrisa y me abrazó por el cuello, para besarme y claro que yo lo dejé. Cerré la puerta y lo abracé por la cintura.- ¿Cómo estás?
- Estaba ansiosa porque llegaras.
- ¿Sí?
- Sí. –Reí y volví a besarlo.-
- Estás muy linda.
- Gracias, vos también estás muy lindo. –Sonreímos y nos besamos.-
Su cuerpo empujó al mío contra la pared y me besó, apoyándome contra aquella superficie con algo de fuerza. Yo lo abracé y escondí mi cara en su hombro, mientras él besaba mi cuello.
- Me equivoqué.
- ¿Con qué? –Pregunté extrañada.-
- No es que estás muy linda, es que sos muy linda.
-Sonreí.- Vos sos lo más tierno del mundo. –Dije separándome un poco de él y corrió un mechón de pelo que caía sobre mi cara. Me besó.-
- ¿Estás segura?
- Sí… Siempre quise que sea con vos. –Le sonreí.- Pero estoy nerviosa.
-Me besó.- Tranquila… -Volvió a abrazarme.-
- Me haces sentir bastante segura igualmente.
-Me abrazó más fuerte.- No vamos a hacer nada que no quieras. –Besó mi mejilla.- Y te voy a cuidar.
- No puede ser con nadie más, nadie va a tratarme mejor y nunca hubo un hombre que haya deseado tanto.
Sin decir nada, sus manos se deslizaron hasta mi cola y sonreí.
- Mmm… -Dije en su oído y suspiré.- ¿No estás yendo un poco rápido? –Reí.-
- ¿Queres que vaya más lento?
-Reí.- No, me encanta.
- ¿Segura?
- Sí.
Busqué sus labios con los míos y lo besé, dejando que mi lengua y la suya se encuentren en el camino.
- No puedo creerlo. –Dije y me separé un poco de él.-
- Sos muy hermosa. –Dijo tomando entre sus dientes mi labio inferior y tironeó lentamente, mientras sus manos seguían en mi cola. Cerré mis ojos y lo dejé.-
Sus manos buscaron las mías mientras volvía a besarme y se separó un poco de mí.
- Quiero hacerlo. –Dije.-
- Yo también. –Respondió con un brillo en sus ojos que me volvió loca.-
Lo tomé de sus manos, sin pensarlo demasiado y lo llevé hasta mi cuarto.
- Acá vamos a estar más cómodos. –Dije.-
Él soltó mis manos y volvió a tomarme por la cola, haciendo que mi cuerpo quede pegado al suyo y que comience a sentirlo. Sus labios recorrieron mi cuello y cerré mis ojos, sus besos eran adictivos. Sus dedos se deslizaron lentamente por debajo de mi pollera y supe que ya no había vuelta atrás, mi ingle comenzaba a hacerse eco de sus suaves caricias. Un suave gemido se escapó de mis labios y lo sentí sonreír.
- ¿Te gusta? –Preguntó susurrando.-
- Me encanta. –Dije aún con mis ojos cerrados, dejándome llevar.- No frenes.
Sus dedos se deslizaron por mis muslos y sus labios hacia mi hombro.
- Sos muy hermosa. –Susurró y sonreí.-
- Suena muy bien en tus labios.
- Hermosa. –Susurró más cerca de mi oído y me estremecí.-
Me empujó lentamente hacia la cama y me dejó caer. Se acercó a la ventana y bajó la persiana.
Yo temblaba como una hoja, finalmente después de tanto desearlo, estaba por hacerlo y con él. Caminó, sin dejar de mirarme hacia los pies de la cama y quitó mis zapatillas, luego mis medias. Sus manos tomaron mis pies y los acariciaron de tal manera que a mi cuerpo le fascinaba. Subió con besos en mis piernas y quedó sobre mí, para besarme otra vez.
- Si queres que frene… -Dijo.-
-Posé mi dedo índice en sus labios.- Sh… No, no quiero que frenes. –Lo abracé por la cintura y sus labios se unieron a los míos.-
Sentía mi sangre hervir y bombearse con locura a todo mi cuerpo. Me miró fijo a los ojos y sonrió. Era perfectamente hermoso.
- Quiero que disfrutes. –Dijo besando mi cara y sonreí.-
Sus manos comenzaron a desprender con lentitud los broches de mi camisa hasta que la abrió por completo. Cerré mis ojos, con algo de vergüenza y solo me dispuse a sentirlo. Sus manos se unieron a las mías, entrelazando nuestros dedos y sus besos recorrieron mi panza hasta posicionarse alrededor de mi ombligo y rodearlo con su lengua. Volví a gemir y sentía mis piernas tensas, aquel punto clave se estaba despertando.
Subió con sus labios por el centro de mi cuerpo y besó mi barbilla, mi mentón y mi garganta, mientras sus manos presionaban las mías y yo tan solo lo disfrutaba.
Sus manos subieron por mis brazos y se enredaron en mi pelo, desacomodando mi peinado. Sus labios buscaron los míos. Sus besos eran suaves y húmedos.
Volvió a bajar sus manos y estas se posicionan sobre mi sostén de color negro. Las puntas de sus dedos acariciaron lentamente la piel de mis pechos y yo ya me sentía a punto de explotar.
- ¿Puedo?
- Hacelo. –Respondí sintiendo como mis piernas y mi ingle se tensaban cada vez más.-
Sus manos se deslizaron por debajo de mi espalda y lo ayudé levantándome un poco, para que pueda desabrochar mi corpiño. Cuando lo hizo, volví a acostarme y lo quitó lentamente. Mantuve mis ojos cerrados.
Sentí como soplaba mis pechos y eso fue suficiente para que terminen de endurecerse.
Sentía mi piel en llamas, el cuerpo caliente y frío a la vez. Sostuve con fuerza las sábanas que están debajo de mi cuerpo.
- Esto es muy lindo. –Susurró y volvió a soplar, gemí.-
Sus dedos tomaron entre ellos cada uno de mis pezones y los giraron, para luego estirarlos con cuidado. Gemí más fuerte, mi femineidad ya estaba empapada. Sus dedos me apretaron cada uno de mis puntos débiles y luego soltó uno, para tomarlo entre sus labios y succionar. Tomé más fuerte las sábanas cuando tiró lentamente sosteniéndolo entre sus dientes.
- Wow. –Dije y arquee mi espalda, lo sentí sonreír y sus besos húmedos recorrieron mis pechos completos.-
Sin escala, volvió a mis labios y quise desabrochar su camisa. Pero no me dejó.
- Tranquila señorita.
-Reí.- No seas malo. –Dije y desabroché el primer botón.- Dejame… -Dije y continué, hasta que se la quité y lo tiré sobre mí.-
Quería sentir tu piel sobre la mía.
Lo besé, recorriendo con mis manos su espalda. Sus labios volvieron a mi cuello y podrían quedarse toda la vida allí.
- ¿Puedo seguir? –Preguntó y yo asentí.-
Se corrió de encima de mi cuerpo y quitó sus zapatillas y sus medias. Sonreí y sus labios volvieron a recorrer mis piernas con sus besos mientras sus dedos volvieron a presionar mis pezones. Volvía a sentirme húmeda. Sus manos bajaron lentamente hacia mi pollera y la bajaron con extrema lentitud. Su barbilla acarició la unión entre mi abdomen y mi zona íntima, gemí y me posé sobre mis brazos, para mirar lo que hacía. Cambió su barbilla por sus labios y suspiré con fuerza.
Se deslizó con su nariz hacia el centro y me desplomé en la cama otra vez, sentía como mi sangre se concentraba en aquella terminación nerviosa tan predilecta por la mujer.
- Tu olor es exquisito. –Susurró y deposito un besó allí.-
Sus dedos acariciaron mi cintura y bajaron lentamente mi tanga negra, haciendo que mis piernas se suban mientras lo hacía. Mantuvo mis piernas allí, para abrirlas con suaves besos y que mi zona femenina quede expuesta ante su mirada. No quería pensar en eso, solo quería disfrutar de lo que estaba haciendo.
Se arrodilló delante de mí y sus dedos me recorrieron con una lentitud que estaba a punto de asesinarme, sentía como mi humedad se impregnaba en sus dedos.
Sus dedos calentaron mi sangre durante un largo rato, hasta que frenó y su nariz me recorrió entera.
- Me vas a hacer explotar. –Dije con la respiración entre cortada.-
- Tranquila. –Dijo acariciando mis brazos.- Esto recién empieza.
- Es increíble. –Suspiré.-
Y sin previo aviso, su lengua me recorrió de arriba hacia abajo varias veces. No solo que gemía, sino que gritaba mientras mis manos sostenían con fuerza las suyas. Era demasiado increíble la sensación que estaba recorriendo mi cuerpo en aquel entonces. Ahora sabía de qué se trataba.
Continuó durante largos minutos, y cuando creía que mi cuerpo no podía subir más la temperatura, sus dedos me estimularon a una velocidad que no creía posible.
Me hizo llegar al éxtasis y caí rendida en la cama. Temblaba y no podía abrir mis ojos, lo escuché quitarse su pantalón, pero aún así no podía mirarlo. Se acostó a mi lado y me abrazó por la espalda, haciendo fuerza con su cuerpo sobre el mío, generando que sienta su caliente erección. Sus manos volvieron a tomar mis pezones y gemí con fuerza.
- Vas a matarme Pedro.
- ¿Cómo lo sentís?
- Increíble. –Suspiré.- No doy más.
- ¿No queres que siga?
- Sí, hacelo por favor.
Me di vuelta y mi mano se deslizó por sobre su boxer.
- Quiero sentirte dentro. –Dije en su oído.- Mmm… -Quité su boxer y lo miré, estaba realmente bien. Era la primera vez que veía un hombre desnudo ante mis ojos y eso me excitaba. Él me ayudó y terminó de desnudarse.-
Sin decir nada, busco un preservativo y se lo puso. Ya el placer me había abandonado y estaba tensa. Muy tensa.
Se acostó nuevamente detrás de mí, apoyando su parte masculina en mi cola y haciendo que lo sienta. Sonreí y sus labios recorrieron mi cuello, mi nuca, mi espalda y mis hombros.
- Estás muy tensa.
-Reí.- Perdón.
- Tranquila. –Dijo bajando con besos hasta mi cintura.-
Se acostó sobre mi cuerpo, dejando que su zona más caliente esté sobre la mía. Suspiré, dejándome llevar y cerré mis ojos. Sus labios se unieron a los míos y se lo agradecí internamente, me sentía húmeda otra vez y lo sentía crecer a él. Mis manos lo abrazaron por la espalda y gemí en su boca.
- Sos tan hermosa. –Susurró y yo sonreí. Lo abracé, necesitaba sentirme segura. Él se acomodó sobre mí y suspiró.- Hermosa. –Repitió y besó mi cuello. Sonreí.-
- Vos sos hermoso. –Lo abracé más fuerte.- Me da seguridad estar así con vos.
- Entonces podes abrazarme todo lo que quieras. –Lo abracé más fuerte y besé su hombro.-
Luego de algunos minutos, estaba un poco más tranquila y él bajó con besos por todo mi cuerpo. Acarició su masculinidad con mi femineidad y asentí.
- Ay. –Dije sintiendo un pinchazo. Él se quedó quieto, mirándome fijo, dándome seguridad con sus ojos.-
- ¿Estás bien? –Preguntó.-
- Creo.
- ¿Puedo seguir?
Asentí temerosa y volvió a hacerlo, varias veces, hasta que el dolor cesó y el placer comenzó a invadirme otra vez.
Se tiró sobre la cama, apoyándose con su codo y haciendo que su cuerpo pese sobre el mío. Gemí con fuerza y él también lo hizo.
Comenzó lento y aceleró. Agarró mi cabeza entre sus manos y unió sus labios a los míos, ambos estábamos en medio de un placer infinito. Nuestros ojos lo decían. Sus dientes volvieron a tomar mi labio inferior y a tirar, grité y él sonrió.
Aceleró aún más y sentí mi cuerpo ponerse rígido, mi cuerpo se estremeció y explotó mientras mi espalda se arqueaba y mi piel transpiraba de una manera que nunca hubiese podido imaginar. Él lo hizo una vez más y lo sentí correrse dentro mío. Sonreí y ambos terminamos de desarmarnos sobre el colchón.
Mi cuerpo temblaba y sentia una molestia, cerré mis piernas y suspiré.
- ¿Estás bien? –Preguntó.-
- Sí. –Respondí y suspiré otra vez. Cerré mis ojos y sentía algo extraño, definitivamente ya no era una nena.-
Pedro dejó la protección a un lado y me abrazó por la espalda.
- ¿Segura?
- Sí, solo abrazame. –Cerré mis ojos.-
- ¿Te gustó?
-Sonreí.- ¿A vos?
- Me encantó.
- Que seas mi primer hombre fue la mejor elección que hice en mi vida, pero no digas nada ahora.
Se quedó abrazándome durante un largo rato hasta que me levanté al baño, me ardía un poco, pero aún así me sentía bien. Me puse una bata y volví al cuarto, él estaba con su camisa y su boxer. Me senté en la cama y él me besó.
- ¿Segura estás bien?
-Sonreí.- Sí.
- ¿Y qué te pasa?
- Me siento rara. –Suspiré.- Pero estoy bien, no te preocupes.
- ¿No te hice mal?
-Reí.- Me molesta un poco, pero dicen que es normal. –Me dejé caer en la cama.- Quedate conmigo, no te vayas.
- No te dejaría nunca sola.
-Sonreí.- Te quiero Pepe.
-Besó mi cuello.- Yo te quiero a vos Pau. –Nos besamos.- Pero necesito algo…
- ¿Qué cosa?
- Que esto que pasa entre nosotros, siga solo entre nosotros.
- No me importa gritarlo, solo me importa sentirlo.
-Me besó.- Quiero que sea un amor en clave.
-Sonreí.- Suena bien. –Lo besé.- Hago cualquier cosa con tal de no dejar de verte.
Se tiró sobre mí y me besó, haciendo que giremos varias veces sobre el colchón en medio de besos y risas.