Había sonado el timbre para ir al recreo y mi curso había salido a las corridas del aula, yo me sentía algo mal (más precisamente estaba indispuesta), asique me quedé en el aula.
- Alumna. ¿Por qué no bajo al recreo?
Y sonreí internamente al escuchar su voz.
- Disculpe, me siento mal.
- ¿Quiere que llamemos a su casa?
- No, no hace falta. Solo me duele la panza.
- ¿Quiere un té?
- Mmm… Podría ser.
- Venga conmigo a la preceptoría. –Y comenzó a caminar, yo sonreí ampliamente y lo seguí.-
Entramos en la preceptoría del piso.
- Sientese que se te lo preparo.
- Gracias profe.
Él me preparaba el té y yo lo observaba muy minuciosamente, como siempre. Cuando lo tuvo listo, lo apoyó delante de mis manos y se sentó frente a mí.
- Gracias. –Dije y tomé un poco.-
- No es nada Paula.
Y cada vez que decía mi nombre, mi corazón enloquecía.
- ¿Segura no queres volver a tu casa?
- Sí, no pasa nada. Además, tenemos prueba en la hora que viene.
- ¿No serán nervios de eso?
-Reí y tomé un poco de té.- No, estoy bien. De verdad.
- Está un poco pálida, por eso pregunto.
- Ya se me va a pasar. –Tomé otro poco de té.-
- ¿Quiere comer algo?
- No, no se preocupe.
Tomé un poco de té y sentí su mano sobre la mía, solo por autocontrol no escupí todo.
Me hice la tarada y seguí tomando mi té, el contacto de su piel con la mía estaban por enloquecerme.
- ¿Pasa algo? –Pregunté, cuando ya no tuve más té.-
- No, no. Nada. –Me soltó.-
- Está raro profe. –Dije tirándome a la pileta.-
- Solo quiero que se sienta bien.
- Ya estoy mucho mejor, gracias por el té.
- De nada…
- Creo que mejor me vuelvo al aula.
No era que no quisiera quedarme con él, pero lo sentía incómodo y tampoco quería molestarlo.
- Gracias por el té, otra vez.
Me levanté con el vasito en la mano y lo tiré en el tacho de basura, él me siguió.
- No, no se vaya.
- ¿Qué pasa? –Me di vuelta, para mirarlo.-
- Me pasa que…
Y en ese momento sonó el timbre.
- ¿Qué? ¿Qué le pasa? –Dije tratando de olvidar que ahora subirían todos corriendo.-
- No puedo decirlo.
- ¿Por qué?
- Porque están subiendo todos.
- ¿Y qué tiene que ver?
- Paula, por favor.
- No entiendo.
- ¿Podemos vernos después? –Dijo y casi me desmayo.-
- ¿Para qué?
- Tenes razón, es cualquiera.
- ¿Para qué quiere verme después?
- Vaya al aula.
- ¡Digame profesor!
- Vaya al aula. –Repitió.-
- ¿Qué quiere usted comigo?
- Nada. ¿Qué dice?
-Suspiré.- Gracias por el té.
Y salí de la preceptoría con una bronca indescriptible. Cada vez estaba más segura de que algo le pasaba conmigo.
Volví al aula y concentrarme en aquella prueba era imposible, aunque lo intenté.
En el recreo siguiente, poco me importaba lo que pensara, lo iba a ir a buscar. ¡Necesitaba que me diga eso que tenía para decirme!
Me quedé otra vez en el aula y cuando lo vi pasar, lo seguí.
- Profesor. –Dije corriéndolo.-
- ¿Qué pasa? ¿Se siente mal otra vez?
- ¿Qué era lo que tenía para decirme?
- No podemos hablar acá.
- Vamos a otro lado. –Dije.-
- Paula, vaya al recreo.
- Quiero saber que era lo que tenía para decirme.
- No sea así.
- ¿Así cómo?
- Inmadura e irrespetuosa.
- Sabe muy bien que no lo soy.
- Entonces baje al recreo con sus compañeros.
- Yo sé que lo que tenía para decirme, es importante.
- Puede ser.
- Entonces quiero saberlo.
- No podemos acá.
- Vamos a otro lado, ya se lo dije.
- ¿A dónde?
- Venga conmigo.
Comencé a caminar entusiasmada y con una sonrisa de oreja a oreja, bajé las escaleras con él detrás de mí y lo llevé a un cuartito que había al lado de la biblioteca.
- ¿Qué es este lugar Paula?
- Se ve que no conoce la escuela por completo. –Reí.-
- ¿Por qué me trajo acá?
- Podes dejar de tutearme, digo. –Dije y le sonreí.-
- No entiendo.
- Yo tampoco. –Reímos.-
- ¿Qué es lo que queres?
- Que me digas lo que tenías para decirme…
- No podemos estar acá.
- Nadie va a venir a buscarnos.
- ¿Cómo que no?
- Casi nadie conoce este lugar.
- Pero…
- ¿Me vas a decir eso o no?
Y él no dijo nada, tan solo me tomó por las mejillas y me besó, apoyándome contra la pared. Mis manos buscaron su espalda e intensifiqué aquel beso que venía esperando hacía tantos años.
Sus labios enloquecían a los míos y su lengua entraba en mi boca sin permiso, sentía mi cuerpo temblar y el suyo hacer presión para que no me aflojara.
- Me encantas, eso es lo que me pasa. –Dijo con sus dedos enredados en mi colita de pelo.-
-Sonreí y lo besé.- Nunca creí que esto iba a pasar. –Y volví a besarlo.- Vos a mí también.
Sonreímos cual pelotudos y volvimos a besarnos, terminamos abrazados.
- Esto está muy mal. –Dijo.-
- No me importa. –Lo abracé más fuerte.-
- Sí que importa. –Se separó un poco de mí y me miró.-
- A mí no me importa. –Y volví a besarlo.-
- Acá es mi trabajo.
- Podemos vernos en donde quieras.
- Para un poco. –Me dijo.-
- Me gustas hace años, no puedo frenar. –Y volví a besarlo.-
Él no se negó, me tomó por la cintura e hizo que me sentara sobre una mesa que había allí. Mis piernas rodearon su cintura y nuestros labios seguían unidos.
- No podes ser tan hermosa. –Dijo bajando con besos por mi cuello y yo sonreí, abrazándolo por la espalda.-
- Vos sos hermoso. –Busqué su boca para volver a besarlo.-
- Me tengo que ir de acá.
-Reí.- Ya subieron eh.
- ¿Y entonces?
- Nos tenemos que quedar acá hasta el cambio de hora.
- ¿En serio?
- Y sí… Bah, no sé. A mí me gustaría. –Volví a besarlo.- ¿Vos ahora tenías que dar clases?
- No, en la última hora.
- Entonces quedate conmigo. –Lo abracé por el cuello y lo besé.-
- Esto está mal.
- ¡No me importa! –Sentencié.- Espero esto hace años.
- ¿Qué es esto?
- Besarte. –Y volví a besarlo, reímos.-
- No podes ser tan hermosa. –Sonreí y él corrió el pelo de mi cara, me había despeinado.-
- Vos sos hermoso.
Nuestros labios volvieron a unirse y terminamos abrazados, otra vez.
Mi mejilla estaba apoyada en su hombro y mis brazos rodeaban su cintura. Su mentón estaba en mi hombro y sus manos rodeaban mis omoplatos.
Respiré hondo, tranquila y con una sonrisa.
- Me gustas demasiado. –Dije muerta de vergüenza.- Desde la primera vez que te vi cuando entraste al aula. –Suspiré.- Siempre desee estar así con vos, todos los días de mi vida.
- Sos muy tierna.
-Me separé de él.- Muy pendeja e idealizadora, ya lo sé.
- No, no dije eso. ¡Dije tierna! –Sonreí y acarició mi mejilla.- Y muy linda.
- Siento que mis cachetes están rojo tomate. –Reímos y me besó.-
- Quiero besarte.
- No me voy a negar.
Sonreímos y volvimos a besarnos.
Sonó el timbre y suspiramos.
- Tengo que subir. –Dijo.-
- Subí… ¡Antes de que te secuestre! –Reímos y fuimos hasta la puerta del lugar besándonos.-
- De verdad, tengo que subir.
- Anda, dale. Yo subo en un ratito.
- Está bien. –Volvió a besarme.-
- Me encantó esto que pasó.
- A mí también. –Volvimos a besarnos.- Pero que quede entre nosotros.
- Nunca haría nada para perjudicarte. –Lo besé.- Subí. ¡Dale!
- ¡Sos hermosa!
Me dio un último beso y se fue, yo caminé hacia atrás hasta que quedé sentada en la mesa, con mis piernas colgando y mi corazón como loco.
¡No podía creerlo! ¡Estaba feliz!
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Hola a todos, muchas gracias por los comentarios que recibí y por la cantidad de visitas que tiene el blog. Me alegra que les guste.
Acá les dejo la segunda parte, que espero que también les guste.
En un ratito subo el adelanto del capítulo de mañana a https://instagram.com/fanficspyp/ (posta que ahora lo subo, ayer tuve un problemita técnico, jajaj)
Y acuérdense, si quieren que les pase los cortos de este blog, solo tienen que avisarme!
Gracias otra vez y comenten, por favor.☺
Me encanto! No deje de sonreir en todo el capitulo ♥
ResponderEliminarAyyyt!!! Que lindoss!! ❤❤ leí el capítulo con una sonrisa! Me encanta!
ResponderEliminarque lindo cap. mori d amor
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