jueves, 17 de septiembre de 2015

Reencontrarse I.


Nerviosa, toqué la puerta de su habitación, esperando del otro lado, con mi mano sobre el picaporte.


- Pasa vieja. –Dijo desanimado y suspiré.-



Ingresé a la habitación y cerré sigilosamente la puerta, caminé algunos pasos hacia él, quien estaba de espaldas mirando por la ventana y con sus brazos apoyados allí.


- No soy tu vieja. ¿Puedo quedarme igual? –Pregunté temerosa.-

Él giró y tan solo me abrazó, yo también lo abracé y lo sentí desarmarse en mis brazos.

- Gracias por estar acá.
-Lo abracé con fuerza.- No me lo tenes que agradecer, sentía que necesitaba estar con vos. –Besé sentidamente su sien y lo abracé más fuerte.-

Lo sentía llorar, porque lo estaba haciendo en mi hombro, pero a su vez lo sentía llorar desde lo más profundo de su ser y me partía al medio. Entendía que lo que estaba pasando era espantoso, pero necesitaba sanarlo, al menos un poco. 

Después de excesivos minutos sin soltarlo, hice que nos sentáramos en su cama. Me senté contra la pared, con mis piernas estiradas y él se acostó, haciéndose un bollito y apoyando su cabeza en uno de mis brazos, el cual yacía sobre mis piernas. Pasé mi mano libre por su pecho y besé su frente.

- Ya sé que es una pregunta muy obvia, pero… ¿Cómo estás? –Acaricié su brazo lentamente.- Te va a hacer bien decirlo, aunque sea más que claro.
-Suspiró.- Te juro que no puedo hablar. –Dijo ahogado en lágrimas y lo abracé con fuerza.-
- Te va a aliviar al menos un poco Pepe.
- Es que… -Hizo una pausa.- Te juro que trato de hacerme el fuerte delante de mi vieja, pero ahora que estás vos siento que me estoy desarmando. No puedo dejar de llorar.
-Suspiré y sequé sus lágrimas.- Llora todo lo que necesites, yo me quedo acá con vos.
- Gracias Pau, de verdad.
- No, no me lo tenes que agradecer. –Volví a secar sus lágrimas.- No importa lo que pasó entre nosotros, vos seguís siendo igual de importante que siempre para mí y poder contenerte en este momento me hace bien. –Acaricié su nariz.- Y sé que te hace bien que esté con vos. 
- Por eso te lo agradezco.
- Sh… Llora que yo estoy acá con vos.

Sus ojos no dejaban de despedir lágrimas y no sabía qué hacer para contenerlo, aunque en realidad, no podía hacer más de lo que ya estaba haciendo. Estar con él y abrazarlo.

Y es eso, abrazarlo otra vez, lo que me estaba por desarmar a mí. Hacía exactamente tres meses que no nos veíamos a raíz de un viaje que tuve que hacer con mi familia y ese viaje fue el que había dado por terminado nuestro noviazgo. Tres meses en los que intenté olvidarlo y no pude. Tres meses en los que intenté sacarlo de mi corazón y fue imposible.

Cuando me enteré de lo que había pasado fue casi un impulso el hecho de volver y venir a su casa, no podía evitarlo… Lo había acompañado tanto durante este “proceso” (si es que así puede llamarse) que no estar ahora no me lo hubiese podido perdonar. 

Le hacía bien a él y me hacía bien a mí.

-

Sinceramente, me tomó por sorpresa el hecho de que estuviera acá, pero lo agradecí infinitamente. Su abrazo era el que más necesitaba, sentirme rodeado por sus brazos y contenido por su cuerpo me calmaba. Sentirla cerca de mí me aliviaba  un poco todo el  dolor que sentía

Mi corazón y mi cuerpo seguían enloquecidos con ella, pero sinceramente no podía detenerme a pensar en eso en un momento como este.

Solo sabía que tenerla conmigo era lo único que necesitaba.

-

Cuando estuvo un poco más calmado, se sentó a mi lado y yo sequé sus lágrimas suavemente con mis dedos.

- ¿Queres tomar un poco de agua? –Le pregunté.-
- Mmm… Sí.
- Te voy a buscar.
- Voy yo si no.
-Me levanté.- Voy yo y vengo así hablamos. ¿Queres?

Él asintió y yo sonreí, besé su frente y fui a la cocina. Ali no estaba allí, asique le serví un vaso de agua a él y otro para mí. Volví al cuarto.

- Toma. –Dije ofreciéndole un vaso y sentándome frente a él.-
- Gracias. –Respondió agarrando el vaso.-
- De nada. –Tomamos un poco y dejamos los vasos sobre el suelo.-

Mis manos tomaron la suya y sentía su mirada perdida.

- Yo sé, te juro que sé que es obvio como te sentís, pero si lo decís te va a hacer bien Pepe.
-Suspiró.- No sé cómo ponerlo en palabras.
- Intentalo…
- Dolor. –Respondió y bajó su mirada.- Dolor, el más inmenso que sentí en mi vida.
- ¿Y qué más?
- Bronca de no haber podido hacer nada, impotencia también. Dolor de saber que nunca más nada… -Suspiró.- Ganas de llorar hasta cuando estoy durmiendo. –Hizo una pausa.- Siento que me estoy desarmando, que nunca voy a poder salir de acá. 
-Solté una de mis manos y acaricié su cara.- Todo pasa.
- No Pau, esto no.
- Decirlo ahora sé que no tiene sentido, pero todo se transforma, incluso el dolor. Yo sé que ahora lo único que queres es llorar y está perfecto que lo hagas, porque es necesario que saques todo esto afuera. –Dije tocando su pecho.- Pero va a llegar un día en el que vas a dejar de llorar y ese dolor va a empezar a transformarse. 
- ¿Cuándo?
-Me encogí de hombros.- Te juro que si lo supiera, te lo diría. 
- Ojala sea así.
- ¿Confías en mí?
- Sí.
- Entonces creeme. –Besé su mano y suspiramos a la par.- Con el tiempo, va a estar todo bien. 

Se hizo un silencio.

- Tengo una idea… -Le dije.-
- ¿Cuál? –Preguntó sin ganas.-

Me senté a los pies de la cama, apoyando mi espalda contra la pared y con las piernas cruzadas.

- Acostate. –Le dije.-

Él me sonrió de costado y se acostó en la cama, con su cabeza en mis piernas y mirando al techo.

Mis manos hicieron que cierre los ojos y luego apagué la luz, estaba atardeciendo asique no entraba demasiada luz natural a la habitación.

Mis manos se ubicaron sobre su pecho.

- Respira hondo, mantenelo y larga todo el aire. Yo lo hago con vos.

Y así lo hicimos varias veces juntos, mis manos salieron de su pecho y él continuó respirando profundo mientras mis dedos masajearon su cara, su cabeza y sus sienes.

- Gracias. –Dijo.-
- Sh… Relajate. –Susurré.-

Y bajé con mis manos sobre su nuca y su cuello. Le hice masajes durante un largo rato y se había quedado dormido. Sonreí.

Cuando me quise levantar, me tomó de la mano.

- No, no te vayas.
-Me arrodillé a su lado.- Voy al baño y vengo.
- Apurate.
- Dale, me apuro.

Besé su frente y fui al baño. Cuando volví, eran casi las nueve de la noche.

- Pepe… -Susurré sentada a su lado.- Es tarde, tengo que irme.
- No, por favor. Quedate.
- Se me va a hacer tarde para volver y no va a haber trenes. –Dije y suspiré.- Yo también quiero quedarme, pero…
-Tomó mi mano.- Quedate a dormir.
- ¿Acá?
- Sí.
- ¿Seguro?
- ¿No queres?
- No, no es eso. Es que…
- Te juro que no tengo segundas intenciones, bah, no es que no las tenga. –Reí.- Pero no tengo fuerzas.
- No es por eso igual.
- ¿Y por qué es?
- ¿En carácter de qué me quedo?
- En carácter de que lo único que puede aliviarme es tu abrazo.
- Yo sé que todo lo que pasó entre nosotros es mi culpa, me siento un poco incómoda.
- ¿Incómoda conmigo?
- Con la situación.
- La situación es que te necesito cerca… -Besó mi mano.- Quedate, por favor. Te lo ruego.
-Sonreí y acaricié su frente.- Me compras eh.
- Por favor. –Repitió.-
- Bueno, está bien. Me quedo.
- Gracias. 
- Nada que agradecer…

Y nos quedamos algunos segundos en silencio.

- ¿Mi vieja?
- No sé, la vi solo cuando llegué. Creo que está en su habitación, no quise molestarla.
- Está peor que yo. –Suspiró.-
- ¿Queres ir con ella?
- No, porque me pongo peor y lo que necesito hoy es dormir en paz, ya sé que suena egoísta pero…
- ¿Hace cuántas noches no dormís?
- Tres. –Dijo.-
- ¿Queres dormir?
- Con vos.
-Sonreí.- Bueno, dale.

Sin decir más, nos sacamos las zapatillas y nos acostamos en su cama. Era verano, asique el aire estaba prendido y no necesitábamos taparnos.

Lo abracé por la espalda, sin que me importe el calor que hacía y besé su nuca.

- Descansa, que yo me quedo con vos.
-Besó mi mano.- No sé cómo agradecerte que estés acá.
- No me lo tenes que agradecer.
- No te vayas sin avisarme.
- Me quedo hasta mañana. ¿No quedamos en eso?
-Sonrió.- Es verdad.






13 comentarios:

  1. Justo eso iba a preguntar!! Gracias x pasarmelo!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  2. Que triste pero escribis tan bien que es lindo leerlo!
    Algo de lo que le pasa a Pedro creo imaginarlo...
    Quiero seguir leyendo (aunque sea corto).

    ResponderEliminar
  3. Me reporto nuevamente porque veo que tu blog me hace bullying y no quedo mi comentario. Me encanto el comienzo de este corto ♥ Quiero leer el proximo y me gustaria que hagas encuesta para saber que piensan sobre lo que le pasa a Pepe para ver si piensan lo que pense lo que te dije yo la primera vez que lo lei ajajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! Hoy (4 de octubre) descubrí que apareció el comentario en el blog, wiiiii

      Eliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. aaahiii q lindooo.. hoy m enganche con tu nuevo corto

    ResponderEliminar