sábado, 5 de septiembre de 2015

Ser uno mismo VIII.


- Primero… Deja de llorar. –Dijo sentado frente a mí en el sillón.-
- Perdón, pero no puedo.
-Secó mis lágrimas con sus dedos.- ¿No queres ir a lavarte la cara?
- No hagas que me arrepienta de que estés en mi casa.
- Está bien… Quiero contarte algo.
- Te escucho.

Pedro hizo una pausa y tomó aire.

- A mí me pasa algo parecido a lo que te pasa a vos.
- ¿A qué cosa?
- A todo… Te voy a contar mi historia. ¿Tenes ganas de escucharla?

Yo asentí, un poco extrañada.

- Para que veas que vos también me inspiras confianza, lo que voy a contarte solo lo sabe mi terapeuta y mis viejos… Yo, soy adoptado. Me adoptaron mis viejos cuando tenía dos años, antes de eso no sé absolutamente nada. No sé que pasó con mis padres biológicos, no sé si les pasó algo, si me abandonaron… No sé, no sé nada y tampoco creo estar preparado para saberlo. –Hizo una pausa y yo tomé sus manos porque noté que sus ojos se estaban llenando de lágrimas.- A mí también me da miedo mostrarme como soy, porque tengo miedo de que me abandonen otra vez. No puedo dejar de pensar en que me abandonaron porque algo no les gustaba de mí… A mí también me da miedo que me quieran y querer, si te tranquiliza, no sos la única.

Sequé sus lágrimas con mis dedos y volví a tomar sus manos.

- Seguí psicología con el fin de entenderme un poco más a mí y a mis supuestos padres, pero no sé si funciona demasiado… El miedo lo sigo teniendo y llevo mucho más años de terapia que vos.
-Suspiré.- No me esperaba todo esto.
- Perdón, pero necesitaba contártelo.
- No tenes que pedirme perdón. ¿Puedo darte un abrazo?
- Te lo agradecería mucho.

Yo me acerqué a él y lo abracé, él también me abrazó.

- Me cuesta mucho estar con alguien y bien, o sea, no me refiero solo a mujeres… Me refiero a cualquier tipo de vínculo.
- Veo que nos parecemos mucho más de lo que creía.
- Creo que por eso me interesas tanto.
-Me separé un poco de él.- Perdón, pero no sé qué decirte.
- Con que me digas que podemos seguir viéndonos…
-Suspiré.- Me cuesta esto.
- Aunque no parezca, a mí también… Incluso, si no eras vos la que me daba un beso creo que nunca me hubiese animado.
- Quizás ese beso fue un error.
- No, no pienses eso. –Me besó.-
- No sé qué pensar.
- No pienses, solo sentí lo que pasa entre nosotros.
- Eso también me da miedo, sentir tantas cosas.

Él me abrazó y nos quedamos un rato en silencio.

- Capaz estaría bueno que podamos enfrentar ese miedo juntos. ¿No te parece?
-Cerré mis ojos e inhalé, sintiendo su olor.- Tengo miedo de fracasar.
- Siempre está la posibilidad de fracasar Pau.
- Sí, es verdad…

Se separó un poco de mí y me besó.

- Deja que pase, te lo ruego.
- ¿Y qué hacemos con el miedo?
- Le damos batalla.
-Suspiré.- Me convences y no sé si es lo que quiero.
- Yo sé que es lo que queres…

Dijo y me abrazó para poder besar mi cuello suavemente.

- Tener miedo es una mierda. –Dije con bronca.-
- Lo sé Pau, lo sé.
- ¿Y entonces?
- No sé, pero no te alejes de mí.
- Me cuesta no alejarme de la gente.
- Por eso te lo estoy pidiendo.
- No sé Pedro…
- Dale, no te prives de sentir algo que te hace bien.

Me separé un poco de él.

- Me privo de hacerte y hacerme mal.
- ¿Por qué estás tan segura de eso?
- No lo sé.
- Confía un poco en vos.
- Eso es imposible.
- ¿Lo intentaste alguna vez?
- No.
- ¿Entonces cómo sabes que es imposible?
-Reí.- No sé.
- Dale… -Me besó.- Intentemos, no te puedo prometer nada ni tampoco te pido un noviazgo a partir de ahora mismo… -Reí.- Pero intentemos algo, al menos vernos… Nos hacemos bien.
- ¿Sabes lo qué pasa?
- ¿Qué?
- Que ahora te digo que sí y cuando te vayas voy a volver a paralizarme, no dormí en toda la noche del miedo que tengo.
- ¿Y si dormís ahora y te tranquilizas?
- Eso no va a solucionar nada.
- Pero estar más tranquilo siempre ayuda.

Sequé mis lágrimas e hice sonar mis dedos.

- Tengo miedo y no sé cómo hacerle frente. –Le dije.-
- De la mano. –Dijo y tomó mis manos.-
- Sos muy tierno… Pero casi ni nos conocemos.
- Vos crees eso, pero te vas a sorprender cuando te des cuenta que nos conocemos demasiado.
- No sé…
- ¡Deja de decir no sé!
-Reí.- Es que no sé.
- Es que no queres saber.
- Mmm… Puede ser.
- Te lo repito: escucha lo que te dicen ahí adentro. –Dijo acariciando mi sien.-
- Lo que está ahí adentro me odia, me hace la vida imposible.
- Porque dejas ganar a la parte mala.
- No sé cómo despertar a la parte buena.
- Quedándote conmigo, omitiendo el miedo.

Apoyé mi codo el respaldo del sillón y mi cabeza en mi mano.

- Lo decís como si fuese simple.
- Te repito esto también: nada es simple, todos son procesos… Pero, si la primera vez que intentas cambiar algo ya te negas, no vas a poder nunca terminar con dicho proceso.
- ¿Pero vos entendes que no puedo contra mi cabeza?
- Yo entiendo que vos no queres poder contra ella.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque me pasó lo mismo.
- ¿Y qué hiciste?
- Voy a terapia.

Reímos.

- Te pregunto en serio…
- Salí un poco a la vida, a conocer gente…
- ¿Y funcionó?
- No, hasta que te conocí. –Sonreí.- Me haces sentir bien de verdad.
- Y vos a mí…
- ¿Y entonces? ¿Por qué vamos a negarnos si nos hacemos bien?

Yo no respondí, tan solo me acerqué a él y lo besé.

- Quiero que nos animemos juntos.
- ¿Y si no funciona?
- Al menos sabemos que lo intentamos… ¿No te parece?
-Sonreí.- Sí.

Y nos besamos.

- No llores más y dormí, dale…
- ¿Y vos?
- No sé. –Rio.- Hoy no puedo safar de mis pacientes, tengo el primero en una hora y media. Pero… Puedo quedarme hasta que te duermas.
- ¿Harías eso por mí?
- Mmm… Sí. ¿Queres?
-Sonreí.- Sí. Vení conmigo…

Fuimos hasta mi cuarto y yo me metí en la cama, aún tenía la ropa del día anterior.

- Perdón el desorden. –Le dije.-
-Rio.- No hay problema… Acostate, dale.
- Es como tener un enfermero a domicilio. –Dije riendo y me metí en la cama.-
- No sé si enfermero, pero quiero que dejes de llorar.
- El miedo me hace llorar.
- Eso lo sé. –Reímos y besó mi frente.-

No dijimos más nada y él comenzó a desenredar mi pelo con sus dedos.

Después de un rato, comencé a hablarle sin abrir los ojos.

- Gracias, me haces sentir en paz. –Susurré.- Te juro que quiero enfrentar el miedo, pero a veces no sé cómo…
- Juntos vamos a encontrarle la vuelta y si no funciona lo que pasa entre nosotros, al menos nos va a servir para saber cómo enfrentarnos al miedo… O como no hacerlo. ¿No te parece?
-Sonreí.- Sí, igual prefiero pensar en que va a funcionar. ¿Vos no?
-Rio.- Me gustas demasiado como para querer que no funcione…
-Sonreí.- ¿Ya tenes que irte?
- No… En un ratito. –Besó mi mano.- Trata de dormir, dale…
- Gracias.
- Nada que agradecer.

Y bajo sus caricias, me quedé dormida.



10 comentarios:

  1. Me encanta!! Amo este corto ❤ Espero el final

    ResponderEliminar
  2. ame este cap, vamooos al fin pau se animo en poder sacar su miedo

    ResponderEliminar
  3. AME el capitulo. Amo a este Pedro, quiero abrazarlo cual muñeco de peluche y no soltarlo mas ♥

    ResponderEliminar
  4. Me encanta lo contenedor y comprensivo q es el!!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  5. Hermoso capítulo!! Lo que te pedía la otra vez x tw, aparece en este corto pero de otra manera! Que bueno que Pedro pudo confiar en ella!

    No quiero que termine...

    ResponderEliminar