lunes, 9 de mayo de 2016

El poder del amor IV.

Mi embarazo transitaba la semana 16 cuando tuve un pico de presión debido a un acoso de malditos periodistas en la puerta de mi casa y me indicaron reposo, al menos por algunas semanas.

Me desperté y sonreí al ver a Pedro durmiendo a mi lado con su mano en mi panza. Acaricié su pelo y me acurruqué en él.

- Amor. ¿Necesitas algo? –Preguntó.-
- No, no te preocupes… No quería despertarte.
- ¿Qué hora es?
- Las ocho.
- Dormí un rato más. –Dijo riendo.-
- Voy al baño y vuelvo.
- ¿Te sentís bien?
- Solo quiero hacer pis. ¿Puedo? –Reí.-
-Rio.- Anda dale.
- Esperame despierto.
- Como me conoces. –Rio.-

Yo reí y fui al baño, volví y me acurruqué en él.

- ¿Dormimos un rato más gorda?
- Sí, por favor.
-Besó mi frente.- Veni para acá.
- ¿Dónde?
- Más cerca.

Sonreí y me acerqué aún más a él. Su mano acarició mi panza y yo suspiré.

- ¿Se porta bien?
- Sí, es solo que estoy desvelada.
- ¿Y con unos mimos te relajas y dormís?
- Capaz.

Pedro con su mano libre, comenzó a jugar con mi pelo y al rato volví a quedarme dormida.

- Buen día mi amor. –Dijo llenando de besos mi cuello.-
- Buen día. –Dije abriendo mis ojos.-
- ¿Dormiste?
-Reí.- Sí, bastante. ¿Qué hora es?
- Las doce.
- Dormí de verdad. –Reí.-
- Te dejé porque estabas muy relajada.
- Gracias.
- ¿Te sentís bien?
- Sí amor.
- ¿Queres comer algo?
- Mmm… Sí, muero de hambre.
- ¿Almorzamos en la cama?
- Sí, por favor.
- Ahora pido que nos preparen algo. ¿Algún pedido en especial?
- Helado de postre.
-Rio.- Dale.

Luego de comer.

- ¿Qué estás haciendo? –Pregunté al verlo armar una pila de ropa cuando salí del baño.-
- Hoy viajo gorda.
- ¿Qué? ¿A dónde?
- Por la gira.
- ¿Ahora? –Pregunté dejándome caer en la cama.-
- Sí amor, el show de mañana, viajamos hoy a la noche y volvemos el jueves.
- ¿Vos me estás jodiendo?
- No gorda.
- Está bien, hace lo que se te canté.

Me levanté y quise salir del cuarto, pero él me lo impidió.

- ¿Me podes explicar qué carajo te pasa?
- Me dijiste que ibas a estar con nosotros y que nos ibas a cuidar.
- ¡Es mi laburo Paula!
- ¿Tanto tiempo tenes qué irte?
- Sabes como es esto.
- Sí, lo sé. ¡Nos dejas solos todo el tiempo! Dejame ir.
- No, tenes que estar en reposo.
- ¿Ahora te acordas?
- En lo único que pienso es en ustedes.
- ¿Y por eso te vas?
- Me voy porque es mi laburo.
- Ya conozco ese verso Pedro.
- ¿Qué queres? ¿Qué suspenda el show?
- ¿Por qué tenes que volver el jueves?
- Porque los productores decidieron las cosas así.
- ¿Entonces me dejas sola cinco días?
- ¿Te podes tranquilizar un poco?
- ¡Vos me pones nerviosa!
- Para un poco gorda, te estás enojando por una boludes.
- No es una boludes, nos estás dejando solos.
- ¿Queres que trate de volver antes?
- Quiero que pienses antes en estas cosas.
- No es algo que decida yo gorda.
- ¿Me dejas sola?
- No, no quiero que vuelva a subirte la presión.
- Me pone nerviosa que estés cerca de mí y tan tranquilo.

Pedro suspiró y me abrazó por los hombros.

- Veni conmigo.

Me llevó a la cama y me senté allí. Se sentó detrás de mí y llevó nuestras manos a su panza.

- Trata de respirar tranquila gorda.
- No puedo creer que nunca entiendas nada.
- Ahora llamo a Willy y le pregunto a ver qué podemos hacer.
- No te vayas tantos días, te necesito cerca.
-Besó mi cuello.- ¿Podes tranquilizarte?
- Tengo miedo.
- ¿De qué?
- De estar sola y que vuelva a pasarme.
- Ahora estás conmigo y estás nerviosa.
- Ya sé.
- Dale gorda, tenes la panza dura.
- No me lo digas que me pongo peor.
- Cerra los ojos y respira profundo, dale.

Pasamos un rato más allí, hasta que estuve más tranquila y me largué a llorar.

- No llores mi amor.
- A veces odio tu laburo. –Hice una pausa.- Preferiría que tengas una verdulería, vivamos con dos mangos, pero que estemos juntos.
- Esta es nuestra realidad.
- Lo sé. –Suspiré.-
- Yo te prometo que después de estos shows, voy a pensar mucho más los viajes de gira y cuando ir, cuando volver… Sobre todo cuando haya nacido, pero tenes que saber que esto va a ser así siempre, siempre voy a tener que viajar.
- Sí, ya sé.
- Siempre fue así.

Yo asentí y sequé mis lágrimas.

- Es que entre el embarazo y lo que pasó no sé ni como reacciono. –Dije.-
-Besó mi nuca.- ¿Te tranquilizas un poquito? –Preguntó abrazándome por el cuello.-
- ¿A qué hora te vas?
- A las seis.
- ¿Podemos hacer algo?
- ¿Qué?
- ¿Nos podemos poner la malla y nos metemos en el jacuzzi?
-Sonrió.- Dale. Vos anda que yo llamo a Willy y voy.
- Bueno.

Me cambié mientras el jacuzzi comenzaba a llenarse y me metí allí. Pedro se acercó a mí ya cambiado y se sentó frente a mí.

- Si no te relajas con esto. –Dijo acariciando mi panza.-
-Reí.- Perdón.
- No pasa nada. –Me dio un beso.-
- A veces no me aguanto ni yo.
- Te hubiese gritado un poco más si no estuvieras embarazada.
-Reí.- No sé cómo me estás soportando.
- Porque te amo, y los amo. –Me besó.-
- ¿De verdad tenes que irte tantos días?
- Arreglé con Willy para volver después del show, me banco yo el pasaje pero no pasa nada.
- ¿En serio? –Pregunté con una sonrisa.-
- En serio.
- Ay, gracias.
- Nada que agradecer.

Nos besamos y nos sonreímos.

- Ahora termina de relajarte, dale.
- ¿Soy muy molesta si te pido unos masajes?
-Rio.- No, date vuelta-

Yo sonreí y me senté de espaldas a él, sentí sus manos masajeando mi espalda y sonreí.

Esa panza lo estaba cambiando mucho, antes nunca hubiese cedido.





-

Sinceramente lo escribí hace tanto que me sorprendo cuando lo re-leo, jaja! Espero que les guste♥

8 comentarios: