- Hola Pau. –Dijo en mi oído y besó mi mejilla.-
-Suspiré.- Hola. –Lo abracé más fuerte.-
- ¿Cómo estás?
- No sé. –Reí.- Veni, pasa.
Nos separamos y cerré la puerta, él dejó la bolsa que había dejado en el piso sobre la mesada y comimos hablando de boludeces, riéndonos como dos nenes… Realmente, hacia mucho que no pasaba eso.
- Hacia mucho no estábamos así… Los últimos meses nos las pasamos peleando, llorando. –Dije un poco dudosa de decírselo.-
- Es verdad…
- ¿No crees que la relación está muy rota ya?
- Capaz un poco, pero también creo que si queremos, podemos arreglarla.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- Estos 20 días sin verte fueron demasiado negros.
- En eso coincido. –Sonreímos.-
- ¿Venís?
- ¿A dónde?
- Un poco más cerca.
Yo reí y me senté frente a él, sin la mesa ratona de por medio. Pedro me tomó por las mejillas y besó sentidamente mi frente.
- Para Pepe…
- Tranquila. –Tomó mis manos.-
- ¿Y si nunca se me pasa lo que me pasa?
- ¿Y si confías un poco en vos?
- ¿Y si no puedo?
- ¿Te puedo abrazar?
Yo no respondí y él lo tomó como un “sí”
- No quiero llorar. –Dije refugiada en él.-
- Hacelo si lo necesitas.
- No quiero lastimarte. –Le dije con un hilo de voz.- Si te pedí que nos separáramos fue por eso, porque no quiero lastimarte, no te lo mereces.
- Me lastima estar lejos tuyo.
Me separé un poco de él y quedamos muy cerca.
- No sé si puedo seguir soportando lo que me pasa.
- ¿Por qué no empezas terapia? Te lo digo de verdad.
- Me da miedo.
- ¿Qué te da miedo?
- Terminar peor.
- Necesitas tocar fondo, para poder empezar otra vez.
- ¿Puedo estar más abajo que ahora?
- No lo sé.
-Suspiré.- Tengo miedo de que te canses.
- ¿De qué me voy a cansar?
- De mí.
- ¿Qué? ¿Vos estás loca?
- Te hablo en serio.
- Yo también… -Besó mi nariz.- Jamás me cansaría de vos mi amor.
- ¿Y podes hacer algo por mí ahora?
- Lo que quieras.
- Besame, te lo suplico.
Pedro sonrió y me tomó suavemente por las mejillas, me besó muy dulce, pero apasionado a la vez.
De alguna manera podía notar en ese beso que me había extrañado de verdad.
- No puedo volver a pasar tanto tiempo sin chaparte.
-Reí.- No digas nada y seguí.
- Ay, sos tan hermosa. –Me besó.-
- Vos sos hermoso. –Dije tomándolo por la nuca con mis manos.-
Me subió al sillón tomándome por la cintura, ya que estábamos en el suelo e hizo que me acueste allí. Él quedó sobre mí.
- Ni se te ocurra volver a dejarme, otra vez no voy a dejar que pase. –Dijo mirándome a los ojos.-
- Veni… -Dije abrazándolo por el cuello.-
Pedro posó su mejilla en mi pecho y los dos suspiramos a la par.
- Yo sé que soy una boluda, te juro que lo sé… También sé que es una mierda lo que me pasa, y sé que evito a la gente que me quiere, que la alejo de mí… Sé que está mal lo que me pasa, sé que no está bien querer que el resto llene mi vida y también sé que está mal alejarlos… Encima es demasiado contradictorio. –Suspiré.- Pero, aún así, vos me haces bien y quiero estar bien con vos. Necesito estar bien con vos, necesito aprender a amarte sanamente porque sé que nunca nadie me va a amar como me amas vos.
-Besó mi pecho.- Te amo y lo único que quiero es llenarte de amor todos los días de mi vida. –Se levantó un poco para poder mirarme.- Y yo sé que si te lo propones, vas a poder amar de otra manera.
- ¿Me ayudas?
- Toda la vida mi amor.
Sonreí y volvimos a besarnos.
- Te amo con una locura hermosa que no puedo explicarte… -Me besó.-
- Te amo y quiero amarte toda mi vida.
Pedro posó sus manos a los costados de mi cintura y sonreí. Volvimos a besarnos y busqué con mis manos sus omoplatos.
Sus labios capturaban a los míos y juraba poder vivir así. Besándolo.
Mis manos quitaron su remera y sus manos quitaron mi camisa. Quedamos sentados, él en el sillón y yo frente a él, encima de él y con mis piernas a los costados de su cuerpo.
- Aunque queramos, hay algo que nos une. ¿Te das cuenta?
- ¿Me perdonas?
- Te amo demasiado como para ser tan boludo de dejarte ir.
-Sonreí.- Te amo mi amor.
Volvimos a besarnos y sus manos subieron por mi piel, quitando mi remera. Sus manos subieron por mi espalda y desabrocharon mi corpiño. Sonreí y volví a besarlo mientras él terminaba de quitar mi ropa interior.
- ¿Vos estás segura que tus papás no van a venir, no? –Me preguntó riendo.- Estamos en el living.
- Demasiado segura, no frenes…
- Bueno señorita… -Dijo recorriendo mi espalda con su mano.-
Un rato después, estábamos en mi cama, aún desnudos y frente a frente. Tapados por una manta.
Pedro buscó mi mano y entrelazamos nuestros dedos.
- ¿Estás mejor?
- Sí, me haces muy bien.
Él me sonrió y besó mi frente.
- ¿Y si ahora descansas un rato?
- ¿Por qué me decís eso?
- Te conozco y supongo que en estos días no dormiste demasiado.
-Reí.- Me conoces demasiado vos.
- Ya te dije que sí.
Yo volví a reír y cerré mis ojos.
- Descansa, dale. –Besó mi cuello.-
- Bueno, pero vos también.
- Sí amor, tranquila.
- Veni cerquita.
Lo sentí sonreír y se acercó aún más a mí. Acomodó las mantas y apretó mi mano.
- Te amo mi amor…
- Yo también te amo amor. –Le respondí.-
Nos sonreímos con los ojos cerrados… Sabíamos que nos estábamos sonriendo.
Esos 20 días de verdad habían sido demasiado… Demasiado para estar lejos de él.
Volver a sentirme su mujer, volver a sentirme como siempre. Volver a sentir el amor que nos unía.
Era real… Yo intentaba de mil maneras escapar, estar sola… Me sentía sola, pero también me buscaba eso. Era consciente de que me aislaba… Y ahora notaba como, a pesar de aislarme, la vida siempre volvía a unirme con ciertas personas.
Ahora quizás quedaba la parte más tediosa. Aprender a amar y a amarme a mí misma. Aprender que nadie puede transformarse en mi vida entera y aprender que el hecho de amar es de a dos, no de a uno.
Que si nos amamos… Nos amamos los dos, no uno solo, sino las cosas no funcionan. Y no hablo solo del amor en pareja, hablo de cualquier tipo de amor. Las cosas siempre son de a dos y muchas veces no está mal reclamar.
-
Fin... Espero que les guste y comenten ☺☺
-Suspiré.- Hola. –Lo abracé más fuerte.-
- ¿Cómo estás?
- No sé. –Reí.- Veni, pasa.
Nos separamos y cerré la puerta, él dejó la bolsa que había dejado en el piso sobre la mesada y comimos hablando de boludeces, riéndonos como dos nenes… Realmente, hacia mucho que no pasaba eso.
- Hacia mucho no estábamos así… Los últimos meses nos las pasamos peleando, llorando. –Dije un poco dudosa de decírselo.-
- Es verdad…
- ¿No crees que la relación está muy rota ya?
- Capaz un poco, pero también creo que si queremos, podemos arreglarla.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- Estos 20 días sin verte fueron demasiado negros.
- En eso coincido. –Sonreímos.-
- ¿Venís?
- ¿A dónde?
- Un poco más cerca.
Yo reí y me senté frente a él, sin la mesa ratona de por medio. Pedro me tomó por las mejillas y besó sentidamente mi frente.
- Para Pepe…
- Tranquila. –Tomó mis manos.-
- ¿Y si nunca se me pasa lo que me pasa?
- ¿Y si confías un poco en vos?
- ¿Y si no puedo?
- ¿Te puedo abrazar?
Yo no respondí y él lo tomó como un “sí”
- No quiero llorar. –Dije refugiada en él.-
- Hacelo si lo necesitas.
- No quiero lastimarte. –Le dije con un hilo de voz.- Si te pedí que nos separáramos fue por eso, porque no quiero lastimarte, no te lo mereces.
- Me lastima estar lejos tuyo.
Me separé un poco de él y quedamos muy cerca.
- No sé si puedo seguir soportando lo que me pasa.
- ¿Por qué no empezas terapia? Te lo digo de verdad.
- Me da miedo.
- ¿Qué te da miedo?
- Terminar peor.
- Necesitas tocar fondo, para poder empezar otra vez.
- ¿Puedo estar más abajo que ahora?
- No lo sé.
-Suspiré.- Tengo miedo de que te canses.
- ¿De qué me voy a cansar?
- De mí.
- ¿Qué? ¿Vos estás loca?
- Te hablo en serio.
- Yo también… -Besó mi nariz.- Jamás me cansaría de vos mi amor.
- ¿Y podes hacer algo por mí ahora?
- Lo que quieras.
- Besame, te lo suplico.
Pedro sonrió y me tomó suavemente por las mejillas, me besó muy dulce, pero apasionado a la vez.
De alguna manera podía notar en ese beso que me había extrañado de verdad.
- No puedo volver a pasar tanto tiempo sin chaparte.
-Reí.- No digas nada y seguí.
- Ay, sos tan hermosa. –Me besó.-
- Vos sos hermoso. –Dije tomándolo por la nuca con mis manos.-
Me subió al sillón tomándome por la cintura, ya que estábamos en el suelo e hizo que me acueste allí. Él quedó sobre mí.
- Ni se te ocurra volver a dejarme, otra vez no voy a dejar que pase. –Dijo mirándome a los ojos.-
- Veni… -Dije abrazándolo por el cuello.-
Pedro posó su mejilla en mi pecho y los dos suspiramos a la par.
- Yo sé que soy una boluda, te juro que lo sé… También sé que es una mierda lo que me pasa, y sé que evito a la gente que me quiere, que la alejo de mí… Sé que está mal lo que me pasa, sé que no está bien querer que el resto llene mi vida y también sé que está mal alejarlos… Encima es demasiado contradictorio. –Suspiré.- Pero, aún así, vos me haces bien y quiero estar bien con vos. Necesito estar bien con vos, necesito aprender a amarte sanamente porque sé que nunca nadie me va a amar como me amas vos.
-Besó mi pecho.- Te amo y lo único que quiero es llenarte de amor todos los días de mi vida. –Se levantó un poco para poder mirarme.- Y yo sé que si te lo propones, vas a poder amar de otra manera.
- ¿Me ayudas?
- Toda la vida mi amor.
Sonreí y volvimos a besarnos.
- Te amo con una locura hermosa que no puedo explicarte… -Me besó.-
- Te amo y quiero amarte toda mi vida.
Pedro posó sus manos a los costados de mi cintura y sonreí. Volvimos a besarnos y busqué con mis manos sus omoplatos.
Sus labios capturaban a los míos y juraba poder vivir así. Besándolo.
Mis manos quitaron su remera y sus manos quitaron mi camisa. Quedamos sentados, él en el sillón y yo frente a él, encima de él y con mis piernas a los costados de su cuerpo.
- Aunque queramos, hay algo que nos une. ¿Te das cuenta?
- ¿Me perdonas?
- Te amo demasiado como para ser tan boludo de dejarte ir.
-Sonreí.- Te amo mi amor.
Volvimos a besarnos y sus manos subieron por mi piel, quitando mi remera. Sus manos subieron por mi espalda y desabrocharon mi corpiño. Sonreí y volví a besarlo mientras él terminaba de quitar mi ropa interior.
- ¿Vos estás segura que tus papás no van a venir, no? –Me preguntó riendo.- Estamos en el living.
- Demasiado segura, no frenes…
- Bueno señorita… -Dijo recorriendo mi espalda con su mano.-
Un rato después, estábamos en mi cama, aún desnudos y frente a frente. Tapados por una manta.
Pedro buscó mi mano y entrelazamos nuestros dedos.
- ¿Estás mejor?
- Sí, me haces muy bien.
Él me sonrió y besó mi frente.
- ¿Y si ahora descansas un rato?
- ¿Por qué me decís eso?
- Te conozco y supongo que en estos días no dormiste demasiado.
-Reí.- Me conoces demasiado vos.
- Ya te dije que sí.
Yo volví a reír y cerré mis ojos.
- Descansa, dale. –Besó mi cuello.-
- Bueno, pero vos también.
- Sí amor, tranquila.
- Veni cerquita.
Lo sentí sonreír y se acercó aún más a mí. Acomodó las mantas y apretó mi mano.
- Te amo mi amor…
- Yo también te amo amor. –Le respondí.-
Nos sonreímos con los ojos cerrados… Sabíamos que nos estábamos sonriendo.
Esos 20 días de verdad habían sido demasiado… Demasiado para estar lejos de él.
Volver a sentirme su mujer, volver a sentirme como siempre. Volver a sentir el amor que nos unía.
Era real… Yo intentaba de mil maneras escapar, estar sola… Me sentía sola, pero también me buscaba eso. Era consciente de que me aislaba… Y ahora notaba como, a pesar de aislarme, la vida siempre volvía a unirme con ciertas personas.
Ahora quizás quedaba la parte más tediosa. Aprender a amar y a amarme a mí misma. Aprender que nadie puede transformarse en mi vida entera y aprender que el hecho de amar es de a dos, no de a uno.
Que si nos amamos… Nos amamos los dos, no uno solo, sino las cosas no funcionan. Y no hablo solo del amor en pareja, hablo de cualquier tipo de amor. Las cosas siempre son de a dos y muchas veces no está mal reclamar.
-
Fin... Espero que les guste y comenten ☺☺
Me encantó! Una ternura inexplicable este cap ♡
ResponderEliminarGracias ♥♥
EliminarBuenísimo! !! Me encantó!!! mimiroxb
ResponderEliminarGracias!☺
EliminarQue lindo!!! me gusto mucho!
ResponderEliminarGracias ♥
EliminarUn lind♥ final.. ame esta historia @peturroalfonsoo
ResponderEliminarMuchas gracias!
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