viernes, 27 de mayo de 2016

Sola I.



La gente que menos amor tuvo o recibe es la que más amor da, siempre. Esos que sentimos la carencia de amor, esos que sentimos que no le importamos a nadie, los que sentimos que si nos fuéramos de la vida de todos ellos estarían mejor.. Creo yo, somos los que más amor damos. Los que más pendientes estamos de todos, los que siempre queremos hacer sentir mejor al otro. ¿Por qué? Porque nos da pánico que la otra persona se sienta igual que nosotros, no queremos que el otro sienta eso que sentimos, no queremos que se sientan tan poco importantes y tan invisibles como nosotros.
Pero, llega un punto en el que te cansas. Te cansas de estar siempre atrás de alguien que no te devuelve nada. El tiempo y esa falta de amor, esa carencia de sentirse importante, te convierte en una persona fría. A veces es mejor callar, callar lo que sentimos. Simplemente aislarnos, aislarnos porque si nadie va a estar cuando lo necesitamos. ¿Para qué vamos a estar nosotros?


Ahora ya no sé si es que no se preocupan por mí o que yo intento escaparme, porque no, no quiero que sepan lo mal que me siento.

- ¿Te das cuenta que si te encerras no puedo ayudarte?
- ¡Bueno Pedro! ¡Soy así!
- ¡Vas a terminar quedándote sola!
- ¡Decime algo que no sepa por lo menos!
- Y vos hablame bien, nadie te está atacando eh.
- ¿No? ¡Me estás cagando a gritos nene! –Le dije con lágrimas en los ojos.-
- Estoy tratando de que reacciones Paula.
- Dejame mejor.
- No quiero dejarte.
- Me dijiste que voy a terminar sola.
- Yo no quiero dejarte, pero ya no sé más qué hacer.
- Dejame entonces.

Me encogí de hombros y le dí la espalda, cruzándome de brazos. Claro, comencé a llorar. Sentí sus manos en mis brazos y su mentón en mi hombro.

- No podes seguir así.
- No sé qué hacer ya.
- Dejar de encerrarte, acepta que no estás sola.
- Lo estoy.
- No lo estás.
- Así me siento. –Suspiré.-

Él me abrazó y me dio un beso en el cuello.

- Vos elegís estar sola.
- No.
- Sí Pau.
- Capaz no sirvo para establecer alguna relación.
- No digas boludeces.
- No son boludeces, es lo que siento.
- No me gusta lo que sentís.
- A mí tampoco, pero lo siento.
- ¿Te puedo dar un abrazo?
- Si queres…
- Obvio que quiero.

Hizo que me dé vuelta y me abrazó contra su pecho. No pude evitar quebrarme.

- Siempre voy a estar, no seas tonta. –Dijo acariciando mi espalda.-
- Es que nadie entiende como me siento.
- ¿Y no podemos hablar una vez de cómo te sentís en vez de pelear?
- Me da mucha vergüenza.
- Nunca me reiría de vos.
- Ya sé.
- ¿Y entonces?

Me encogí de hombros y me separé de él.

- No, no voy a dejar que te vayas. –Tomó mi mano.-
- Me voy a lavar la cara, esperame en mi cuarto.
- Está bien. –Me dio un beso.- Te espero ahí.
- Gracias, supongo.

Me dirigí al baño y lavé varias veces mi cara.

Sí, él era mi novio y en muchos puntos creía que era la persona que más me conocía… Pero, aún así, nadie me conocía por completo.

Siempre esquivaba este tipo de conversaciones (las esquivaba hacia más de un año) y ya no daba para más… O hablaba o me separaba, y en realidad no quería ninguna de las dos. Optaba por la menos dolorosa: hablar.

Me hice una colita en el pelo porque se me pegaba el pelo en la cara debido a las lágrimas. (No hay que negarlo, a todos nos pasa)

Caminé lentamente a mi habitación y Pedro estaba sentado en mi cama, con sus piernas cruzadas, esperándome, con una paz en su cara que muchas veces le envidiaba.

- Veni amor… -Dijo mirándome.-

Yo suspiré, cerré la puerta y me senté frente a él, en su misma posición. Tomó mis manos y sonreí de costado.

- No es fácil esto para mí.
- Tranquila. ¿Si?
- Eso intento. –Reí.-
- Veni más cerca.
- ¿Para?
- Vos veni.

Me acerqué aún más a él y me besó.

- Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte.
- Es que es eso, me siento sola.
- No es solo eso…
- Es que… -Bajé mi mirada.- No importa.
- Sí, importa. –Dijo tomándome por el mentón para que lo mire.-

Yo hice una pausa manteniendo mis ojos cerrados, tratando de encontrar las fuerzas para hablar y volví a mirarlo.

- Me pasa que siempre siento que yo quiero más que el otro a mí, siento que yo soy solo una parte en la vida de gente que para mí es mi vida entera… Me pasa con vos, sí. –Suspiré.- Pero, me pasa con todos, aunque no sean muchas las personas que están en mi vida. –Me encogí de hombros.- Y no es algo que sea culpa de los demás, es algo mío… Es mío porque me pasa por no aceptarme, ni quererme ni saber cuidarme. –Hice una pausa.- Siento que por más que pasen millones de personas en mi vida voy a seguir sintiéndome sola y eso es porque me entrego por completo. ¿Y sabes por qué es eso? Porque no soy lo suficiente para mí misma, entonces necesito gente que llene mi vida… Y no, tengo que aprender y aceptar que nadie va a llenar una vida que es mía y solo mía. –Y ya estaba llorando otra vez.- Pero soy tan poca cosa que necesito gente a mi alrededor que me haga sentir mejor, que me haga olvidar de que me siento una mierda.
- No sos poca cosa, ni sos una mierda.
- Me siento así, no puedo hacer nada contra eso.
- Para mí sos la persona más importante de todas.
- Ponele. –Me encogí de hombros.-
- Hey, no… Es la verdad.
- No sé.

Pedro hizo que me acostara hecha un bollito, puso un almohadón en sus piernas y yo apoyé mi cabeza allí.

- Tenes que aprender a quererte y mimarte… -Dijo jugando con mi pelo.-
- Como si eso fuese simple.
- No es simple… Aún así, sos hermosa mi amor.
- ¿Y eso a qué viene?
- A que sos hermosa conmigo y con los demás.
- Lo dudo.
- No lo dudes. -Besó mi sien.- ¿Qué es lo que no te gusta de vos?
- Nada. –Cerré mis ojos porque moría de vergüenza.-
- ¿Nada?
- No Pedro, nada.
- Así como siempre estás para los demás, tenes que aprender a estar para vos misma.
- No sé cómo.
- ¿Si te digo algo me escuchas?
- Sí…
- Sos una persona y una mujer muy hermosa, y no hablo solo de lo que vemos todos, hablo de lo que conocemos solo los que estamos cerca tuyo.
- ¿Qué tengo de hermosa? Y no me chamulles.
-Rio.- No te chamullo.
- Hablame en serio, por favor.
- Está bien. –Dijo acariciando mi cuello.-  Creo que una de tus mayores virtudes es que sos muy trasparente, se te nota todo y aunque sea algo lindo o algo feo lo que te pasa, me encanta que seas así… No tenes la capacidad de mentir.
- Nunca te había contado esto.
- Pero cuando estás mal se te nota en los ojos… Y cuando estás bien también. –Besó mi frente.- También me gusta mucho lo tierna que sos, que le decís todo lo que sentís a la otra persona sin filtro, a veces me gustaría ser como vos y no tener vergüenza con esas cosas.
-Reí.- Vos sos muy tierno conmigo.
- Bueno, pero muchas veces me gustaría poder tener esa capacidad que tenes vos… -Hizo una pausa.- También me gustan mucho los consejos que das, consejos que por cierto deberías seguir vos misma. –Volví a reír.- Me gusta ver como sos con tus viejos, con tus amigos y como sos conmigo… Sos hermosa con todos y cumpliendo todos tus roles.
- Mmm…
- En serio… Y así como sos hermosa con todos, deberías ser hermosa con vos misma.
- Quizás eso sea lo complicado.
- También me gusta mucho tu sonrisa, siento que cuando sonreís me haces feliz a mí también.
-Mordí mi labio, muerta de amor.- Sos muy lindo.
- Vos sos linda, y tenes que aprender a verlo.
- ¿Cómo?
- Quiero ayudarte, pero cuando te encerras me dan ganas de matarte.
- Perdón. –Reí.-
- ¿Vos sabes que podes confiar en mí, no?
- Sí, lo sé… Es que no quiero molestar.
- ¿Cómo vas a molestarme?
- No sé. –Suspiré.-
- Nunca me molestas, nunca mi amor.
- ¿Venís conmigo? Necesito que me abraces.

Pedro se acostó detrás de mí y me abrazó por la espalda.

- Te amo, siempre mi amor… -Besó mi nuca.-
- Te amo mucho más de lo que puedo explicarte.




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Buenas tardes ♥ Nuevo corto de 5 capítulos, espero que les guste y comenten ☺

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