Nos
quedamos dormidos y me despertó a besos. Terminamos haciendo el amor. Amaba
sentirme su mujer.
- ¿Tus viejos no vienen hasta mañana? –Me preguntó cuando yo venía del baño, ya vestida.-
- No.
- ¿Puedo quedarme?
- Si queres…
- ¿Cómo no voy a querer?
-Reí.- No sé.
- Obvio que quiero quedarme, veni.
Me senté en sus piernas y él me besó.
- Hagamos algo… -Dijo acomodando mi pelo.-
- ¿Algo como qué?
- ¿Vamos al super y compramos para hacer una picada con cerveza?
- Mmm… Dale, compro el plan.
- Hay que ir ahora porque va a cerrar.
- Me da un poco de paja salir con esta lluvia.
- ¿Queres que vaya yo?
- No, te acompaño.
- ¿Segura?
- Mmm… Sí.
- ¿Eso es estar segura?
-Reí.- Bueno eh. –Lo besé y me levanté.- Dale, vamos.
Fuimos a comprar y cuando volvimos no nos quedó otra que cambiarnos, estábamos empapados. Habíamos comprado snakcs, salchichitas, fiambres y cerveza. Preparamos la picada y nos sentamos en el sillón, con la comida en la mesita ratona. Pedro puso música de fondo y comimos.
Cuando terminamos, lavamos todo y me acosté en el sillón. Él estaba en el baño.
- ¿Te sentís bien? –Me preguntó sentándose a mi lado.-
- Sí. ¿Por?
- Como te acostaste.
- Me duele la cabeza.
- ¿La cerveza?
-Reí.- No sé.
- A ver… -Dijo comenzando a hacerme masajes.-
- Cuántas pagarían por tener un novio así. –Le dije riendo.-
- Pero, me tenes vos.
- Y no te merezco.
- ¿Cómo vas a decir eso?
- No sé. Es lo que siento.
- No digas esas cosas, nunca podría estar con una mujer más hermosa que vos.
- Mmm…
Pedro no dijo más nada y pasó un rato haciéndome masajes, luego hizo que me sentara y me besó.
- No pienses esas cosas, no quiero estar con nadie más que con vos y no creo que nadie me merezca tanto como vos.
- Perdón. –Dije encogiéndome de hombros.-
- Te amo… -Me besó.-
- Te amo, con locura. –Lo besé.-
Y sí, me quedé esperando a que me respondiera, pero él solo me besó y prendió la tele, abrazándome.
Me sentía una nena, una idiota. Pero, no soportaba sentir que lo amaba más que él a mí. Se supone que una relación tiene que ser mutua, equilibrada… No así.
O en realidad, nunca sé como son las cosas.
Me levanté sin decirle nada y me fui a mi habitación, allí me puse el pijama y me metí en la cama.
- Pau… ¿Qué pasa?
- Quiero dormir. –Dije sin mirarlo.-
- Podrías avisarme.
- No hace falta que vengas, hace lo que quieras.
- La idea es pasar la noche juntos.
- No sé cual es la idea.
- ¿Por qué decís eso?
- Dejame sola mejor.
- ¿Vamos a empezar otra vez con lo mismo?
- Capaz.
Pedro se sentó detrás de mí y me destapó un poco.
- No te entiendo Pau.
- Deja, yo tampoco me entiendo.
Me tomó del hombro e hizo que quede acostada boca arriba, mirándolo.
- ¿Qué pasa?
- Lo que te dije hoy.
- ¿Qué?
- No quiero que te rías de mí.
- No me voy a reír.
- Es que es una cosa de nena lo que me pasa.
- Pero te pasa y quiero saberlo.
- No sé si importa.
- A mí sí, me importa.
Me senté contra la pared, con mis piernas flexionadas y abrazándolas.
- Es lo que te dije hoy.
- ¿Qué de todo?
- No me gusta amarte más de lo que vos me amas, y no es un reproche… Bah, en realidad sí, pero para conmigo.
- ¿Por qué decís eso?
- ¿No me escuchaste hoy?
- Sí, pero quiero entenderte.
- Es lo que te dije. –Suspiré.- Estoy harta de amar desmedidamente para tapar mis propias falencias y saber que amo más de lo que me aman.
- Perdón si no te doy lo que necesitas.
- ¿Ves por qué prefiero estar sola? ¿No hablar? No quiero que vos te sientas mal por mis mambos.
- Quiero poder ayudarte.
- No sé si alguien puede ayudarme.
- ¿Vos queres que nos separemos?
- No.
- Entonces, dejame que te ayude.
- Yo tengo que aceptar que tengo algo que aleja a todos de mí, vos no tenes nada que ver en eso.
- No es así.
- Sé sincero. ¿Vos no sentís que todo el tiempo me alejo de vos?
- Sí. –Suspiró.-
- Y no es lo que quiero hacer, sin embargo lo hago.
-Acarició mi mejilla.- Yo te amo, como nunca amé a nadie y como no quiero amar a nadie más, quiero todo con vos… Y eso lo sabes. –Asentí.- No quiero estar lejos tuyo, pero no sé si esto te hace bien.
- Yo no estoy bien.
- ¿Por qué no te animas a hacer terapia?
- ¿Para qué?
- Para tratar de mejorar amor.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- ¿Y qué queres?
- Estar sola.
- ¿Por qué te encerras?
- Porque soy así.
Pedro me besó, pero yo lo separé de mí.
- No quiero contaminarte con mi mierda.
- ¿Por qué no me dejas ayudarte?
- Nadie puede ayudarme.
- No seas así de terca.
- Supongo que con todo el tiempo que llevamos juntos ya me conociste, sabes que soy terca.
- ¿Tan poco te interesa cambiar?
- ¿Para qué queres que cambie?
- Para estar mejor.
- Yo no puedo estar mejor.
- No podes porque no queres.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- ¿Te puedo abrazar?
Yo volví a encogerme de hombros y él me abrazó.
- No te escapes, por favor. –Besó mi hombro.-
- Perdón. –Dije escondiendo mi cara.-
- Te amo, muchísimo.
- Yo también te amo. –Suspiré.- Y odio que nunca me retruques los te amo, me siento una nena.
-Rio.- Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. –Dijo llenando de besos mi cuello.-
- ¿Es mucha molestia que me lo recuerdes más seguido?
- Me vas a matar de amor. –Dijo abrazándome más fuerte.-
- De verdad que lo necesito.
- Así va a ser entonces.
- Gracias y perdón por estos planteos idiotas.
- Nada de lo que te pase me parece una idiotez, nada.
-Sonreí.- Gracias.
- Sh, nada que agradecer…
Se separó un poco de mí y me besó, nos sonreímos y volvimos a besarnos.
- ¿Puedo quedarme o tengo que irme?
-Reí.- Quedate, por favor.
- ¿Tus viejos no vienen hasta mañana? –Me preguntó cuando yo venía del baño, ya vestida.-
- No.
- ¿Puedo quedarme?
- Si queres…
- ¿Cómo no voy a querer?
-Reí.- No sé.
- Obvio que quiero quedarme, veni.
Me senté en sus piernas y él me besó.
- Hagamos algo… -Dijo acomodando mi pelo.-
- ¿Algo como qué?
- ¿Vamos al super y compramos para hacer una picada con cerveza?
- Mmm… Dale, compro el plan.
- Hay que ir ahora porque va a cerrar.
- Me da un poco de paja salir con esta lluvia.
- ¿Queres que vaya yo?
- No, te acompaño.
- ¿Segura?
- Mmm… Sí.
- ¿Eso es estar segura?
-Reí.- Bueno eh. –Lo besé y me levanté.- Dale, vamos.
Fuimos a comprar y cuando volvimos no nos quedó otra que cambiarnos, estábamos empapados. Habíamos comprado snakcs, salchichitas, fiambres y cerveza. Preparamos la picada y nos sentamos en el sillón, con la comida en la mesita ratona. Pedro puso música de fondo y comimos.
Cuando terminamos, lavamos todo y me acosté en el sillón. Él estaba en el baño.
- ¿Te sentís bien? –Me preguntó sentándose a mi lado.-
- Sí. ¿Por?
- Como te acostaste.
- Me duele la cabeza.
- ¿La cerveza?
-Reí.- No sé.
- A ver… -Dijo comenzando a hacerme masajes.-
- Cuántas pagarían por tener un novio así. –Le dije riendo.-
- Pero, me tenes vos.
- Y no te merezco.
- ¿Cómo vas a decir eso?
- No sé. Es lo que siento.
- No digas esas cosas, nunca podría estar con una mujer más hermosa que vos.
- Mmm…
Pedro no dijo más nada y pasó un rato haciéndome masajes, luego hizo que me sentara y me besó.
- No pienses esas cosas, no quiero estar con nadie más que con vos y no creo que nadie me merezca tanto como vos.
- Perdón. –Dije encogiéndome de hombros.-
- Te amo… -Me besó.-
- Te amo, con locura. –Lo besé.-
Y sí, me quedé esperando a que me respondiera, pero él solo me besó y prendió la tele, abrazándome.
Me sentía una nena, una idiota. Pero, no soportaba sentir que lo amaba más que él a mí. Se supone que una relación tiene que ser mutua, equilibrada… No así.
O en realidad, nunca sé como son las cosas.
Me levanté sin decirle nada y me fui a mi habitación, allí me puse el pijama y me metí en la cama.
- Pau… ¿Qué pasa?
- Quiero dormir. –Dije sin mirarlo.-
- Podrías avisarme.
- No hace falta que vengas, hace lo que quieras.
- La idea es pasar la noche juntos.
- No sé cual es la idea.
- ¿Por qué decís eso?
- Dejame sola mejor.
- ¿Vamos a empezar otra vez con lo mismo?
- Capaz.
Pedro se sentó detrás de mí y me destapó un poco.
- No te entiendo Pau.
- Deja, yo tampoco me entiendo.
Me tomó del hombro e hizo que quede acostada boca arriba, mirándolo.
- ¿Qué pasa?
- Lo que te dije hoy.
- ¿Qué?
- No quiero que te rías de mí.
- No me voy a reír.
- Es que es una cosa de nena lo que me pasa.
- Pero te pasa y quiero saberlo.
- No sé si importa.
- A mí sí, me importa.
Me senté contra la pared, con mis piernas flexionadas y abrazándolas.
- Es lo que te dije hoy.
- ¿Qué de todo?
- No me gusta amarte más de lo que vos me amas, y no es un reproche… Bah, en realidad sí, pero para conmigo.
- ¿Por qué decís eso?
- ¿No me escuchaste hoy?
- Sí, pero quiero entenderte.
- Es lo que te dije. –Suspiré.- Estoy harta de amar desmedidamente para tapar mis propias falencias y saber que amo más de lo que me aman.
- Perdón si no te doy lo que necesitas.
- ¿Ves por qué prefiero estar sola? ¿No hablar? No quiero que vos te sientas mal por mis mambos.
- Quiero poder ayudarte.
- No sé si alguien puede ayudarme.
- ¿Vos queres que nos separemos?
- No.
- Entonces, dejame que te ayude.
- Yo tengo que aceptar que tengo algo que aleja a todos de mí, vos no tenes nada que ver en eso.
- No es así.
- Sé sincero. ¿Vos no sentís que todo el tiempo me alejo de vos?
- Sí. –Suspiró.-
- Y no es lo que quiero hacer, sin embargo lo hago.
-Acarició mi mejilla.- Yo te amo, como nunca amé a nadie y como no quiero amar a nadie más, quiero todo con vos… Y eso lo sabes. –Asentí.- No quiero estar lejos tuyo, pero no sé si esto te hace bien.
- Yo no estoy bien.
- ¿Por qué no te animas a hacer terapia?
- ¿Para qué?
- Para tratar de mejorar amor.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- ¿Y qué queres?
- Estar sola.
- ¿Por qué te encerras?
- Porque soy así.
Pedro me besó, pero yo lo separé de mí.
- No quiero contaminarte con mi mierda.
- ¿Por qué no me dejas ayudarte?
- Nadie puede ayudarme.
- No seas así de terca.
- Supongo que con todo el tiempo que llevamos juntos ya me conociste, sabes que soy terca.
- ¿Tan poco te interesa cambiar?
- ¿Para qué queres que cambie?
- Para estar mejor.
- Yo no puedo estar mejor.
- No podes porque no queres.
- No sé. –Me encogí de hombros.-
- ¿Te puedo abrazar?
Yo volví a encogerme de hombros y él me abrazó.
- No te escapes, por favor. –Besó mi hombro.-
- Perdón. –Dije escondiendo mi cara.-
- Te amo, muchísimo.
- Yo también te amo. –Suspiré.- Y odio que nunca me retruques los te amo, me siento una nena.
-Rio.- Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. –Dijo llenando de besos mi cuello.-
- ¿Es mucha molestia que me lo recuerdes más seguido?
- Me vas a matar de amor. –Dijo abrazándome más fuerte.-
- De verdad que lo necesito.
- Así va a ser entonces.
- Gracias y perdón por estos planteos idiotas.
- Nada de lo que te pase me parece una idiotez, nada.
-Sonreí.- Gracias.
- Sh, nada que agradecer…
Se separó un poco de mí y me besó, nos sonreímos y volvimos a besarnos.
- ¿Puedo quedarme o tengo que irme?
-Reí.- Quedate, por favor.
-
Dejo por aquí el segundo capítulo...
Ahhhiii q bueno, ya m enganche de nuevo con tu novela ... lei todas en 2 dias.. una locura, lo se ... @peturroalfonsoo
ResponderEliminarMuchas gracias ☺♥
EliminarQue lindo!!! jaajaj cuando no esa Pau vueltera jajaja
ResponderEliminarNo la quise hacer vueltera, pero capaz no me salió... Es otra cosa la que quería expresar, jaja!
Eliminar