Todos estamos un poco rotos y sí, eso es cierto. Solo diferimos en que a
algunos se les nota más y a otros menos… Pero, si nos detenemos a conocer a
cualquiera vamos a darnos cuenta de que todos un poco rotos, estamos.
- Gorda. ¿Estás?
- Sí amor, ya voy. –Dije acomodándome el pelo.-
- No llegamos eh.
- ¡Ya voy!
- Mujer tenías que ser.
-Reí.- ¿Vas a dejar de bardearme o pensas seguir?
Él rio y entró al cuarto para besarme.
- No llegamos.
- Ya salgo.
- Te espero en el auto.
- Dale.
Me dio otro beso y se fue. Yo terminé de prepararme y fui hasta el auto.
Mientras él manejaba no podía dejar de pensar en eso que venía pensando hace años…
Todos estamos un poco rotos, pero a su vez todos tenemos a alguien que nos cure (al menos un poco) esas heridas.
Pedro frenó en un semáforo y posó su mano en mi pierna.
- ¿Estás bien gorda?
- Sí amor. –Dije mirándolo.-
- Estás muy callada.
-Reí.- Solo estoy pensativa.
- ¿Segura? –Preguntó arrancando.-
- Sí, segura.
Hacia algunos meses que había dejado de tomar pastillas y eso sinceramente me hacia sentir bastante mejor, sentía como mi cuerpo y mi mente se estaban limpiando.
Pedro estaba pasando por el mismo proceso. De a poco, los dos estábamos comenzando a sanar.
Mi marido estacionó el auto y bajamos. Me tomó de la mano e ingresamos.
- Estás re nerviosa.
-Reí.- Es que… Siempre soñé con estos momentos.
-Besó mi mejilla.- Entonces disfruta.
- Lo estoy disfrutando.
- Te amo. –Me besó.-
-Sonreí.- Te amo. –Nos besamos y nos abrazamos.-
Al ratito, ya estábamos en el salón de actos del jardín de nuestro hijo: Salvador.
Salva tenía 3 años y lo habíamos adoptado cuando apenas tenía 6 meses, llevaba con nosotros 2 años y medio. A decir verdad, había sido el tiempo más feliz de toda mi vida.
Como indicaba su nombre (que no se lo pusimos nosotros) llegó para salvarnos y sanarnos.
Verlo actuar junto a sus compañeros realmente me emocionaba… Y no, no me sentía diferente al resto de las mamás. Él era mi hijo, como el de cualquiera.
Ese nene me desarmaba de amor todos los días y era real que haría cualquier cosa por él.
Cuando el acto terminó, Pedro secó mis lágrimas y reímos.
- No llores gorda. –Me besó.-
- Es que… Es todo tan lindo que no lo puedo creer.
-Sonrió.- ¿Vamos a buscarlo?
- Por favor.
De la mano fuimos a buscar a nuestro hijo quien estaba con su maestra.
- Mira quien vino Salva. –Dijo su maestra haciendo que mi hijo me mire.-
Salvador sonrió y corrió hacia mí, yo lo tomé en brazos y lo abracé lo más fuerte que pude.
- Te amo mi amor, te amo. –Dije en su oído y lo llené de besos.- Sos el más lindo del mundo. ¿Sabías?
-Rio.- Te amo mamá. –Dijo abrazándome con fuerza.-
Y cada vez que me decía así, mamá mi vida cobraba un poco más de sentido.
Pedro nos abrazó a los dos y le dio un beso a Salva en su mejilla.
- No llores ma.
-Reí.- Es que me emocionas mucho.
- ¿Qué les parece si nos vamos a tomar un helado así dejamos de llorar un poco? –Propuso Pedro.-
- ¡Sí! ¡Helado! –Dijo Salvador festejando.-
Nosotros reímos y luego de despedirnos de su maestra, fuimos hasta el auto. Tomamos helado en una plaza y volvimos a nuestra casa.
Lo bañé y le puse su bata para llevarlo a su habitación, lo acosté en la cama y comencé a hacerle cosquillas con mis labios en su pancita. Él solo reía y no había nada que amara más que eso, escucharlo reír.
Luego lo cambié y fuimos hasta la cocina, en donde Pedro estaba preparando la cena. Comimos fideos con tuco y nos quedamos un rato jugando con él, eso hacíamos todas las noches.
Cerca de las diez iba con Pedro a prepararse para dormir y yo los esperaba en el cuarto, lo acostábamos y nos quedábamos con él hasta que se quedaba dormido.
Salvador estaba acostado en su cama, abrazando su muñeco preferido y Pedro y yo a sus costados, arrodillados en el suelo. Lo mimamos hasta que se quedó dormido y eran en esos momentos cuando me daba cuenta de que podía pasarme la vida mirándolo.
Sentí la mano de Pedro acariciar mi mejilla y lo miré.
- ¿Vamos gorda?
- Dale.
Nos levantamos y fuimos a cambiarnos para dormir, nos acostamos en la cama y él se tiró sobre mí, besándome.
- Te juro que me desarmas de amor. –Me dijo mientras me besaba.-
-Sonreí.- Es que no puedo amarlos más.
- Y nosotros a vos tampoco. –Dijo besando mi cuello.-
-Suspiré.- ¿No sentís como de a poco todo duele un poquito menos?
- Es exactamente lo que me pasa.
- Siempre hablábamos de que estábamos un poco rotos, y lo estamos, nunca vamos a dejar de estarlo, pero con ustedes todos cuesta menos, incluso lo disfruto.
- No podes ser más hermosa.
-Lo abracé por el cuello y reí.- ¿Cerraste la puerta?
- Ajam… -Dijo acariciando mi panza.-
- ¿Seguro?
- Muy seguro.
- Mejor así entonces.
Giré para quedar sobre su cuerpo y lo besé.
- Amo cuando te pones así. –Dijo acariciando los costados de mi cuerpo.-
-Reí.- Me hablas como si te tuviese a pan y agua nene.
-Largó una carcajada.- Te amo tanto que no te das una idea.
- Arreglala ahora, dale.
-Rio.- Sos una tarada.
- Seguí sumando, dale.
- ¿Para qué estoy sumando?
- Mmm… -Dije acercándome a él y mordí su cuello.- Cuidado como te portas.
-Rio y me abrazó por la cintura.- Vos también cuidadito eh.
- ¿Con qué?
- Con todo… -Dijo sacándome la remera del pijama.-
- No te tengo miedo eh.
Reímos y nos besamos, sus manos subieron por mi espalda llenándome de caricias que me enloquecían.
- Ahora si me gusta por un rato sentirme tu putita. –Dije en sus labios.-
-Sonrió.- Todavía no entiendo como te bancaste tanto.
- Por amor uno hace muchas locuras.
- Vos hiciste demasiadas.
- ¿Pero sabes qué?
- ¿Qué?
- Hoy no me arrepiento de nada.
Sonreímos y nos besamos, terminamos de desnudarnos sin dejar de besarnos porque realmente no podíamos hacerlo.
Quedé encima suyo y una vez más me sentí su mujer.
Salí de encima de su cuerpo agitada y me tapé con la sábana, cerré mis ojos y suspiré.
- No sabes lo que amo salir de encima tuyo y no sentirme rara ni incómoda.
-Me besó.- Te amo mi amor.
- Y yo te amo a vos.
- Gracias, de verdad.
- A vos, por hacer que me sienta menos rota.
-
Particularmente amo mucho como quedó este final, asique espero que les guste a ustedes también.
Si leyeron este corto, me gustaría que me dejen un comentario, por favor ♥
- Gorda. ¿Estás?
- Sí amor, ya voy. –Dije acomodándome el pelo.-
- No llegamos eh.
- ¡Ya voy!
- Mujer tenías que ser.
-Reí.- ¿Vas a dejar de bardearme o pensas seguir?
Él rio y entró al cuarto para besarme.
- No llegamos.
- Ya salgo.
- Te espero en el auto.
- Dale.
Me dio otro beso y se fue. Yo terminé de prepararme y fui hasta el auto.
Mientras él manejaba no podía dejar de pensar en eso que venía pensando hace años…
Todos estamos un poco rotos, pero a su vez todos tenemos a alguien que nos cure (al menos un poco) esas heridas.
Pedro frenó en un semáforo y posó su mano en mi pierna.
- ¿Estás bien gorda?
- Sí amor. –Dije mirándolo.-
- Estás muy callada.
-Reí.- Solo estoy pensativa.
- ¿Segura? –Preguntó arrancando.-
- Sí, segura.
Hacia algunos meses que había dejado de tomar pastillas y eso sinceramente me hacia sentir bastante mejor, sentía como mi cuerpo y mi mente se estaban limpiando.
Pedro estaba pasando por el mismo proceso. De a poco, los dos estábamos comenzando a sanar.
Mi marido estacionó el auto y bajamos. Me tomó de la mano e ingresamos.
- Estás re nerviosa.
-Reí.- Es que… Siempre soñé con estos momentos.
-Besó mi mejilla.- Entonces disfruta.
- Lo estoy disfrutando.
- Te amo. –Me besó.-
-Sonreí.- Te amo. –Nos besamos y nos abrazamos.-
Al ratito, ya estábamos en el salón de actos del jardín de nuestro hijo: Salvador.
Salva tenía 3 años y lo habíamos adoptado cuando apenas tenía 6 meses, llevaba con nosotros 2 años y medio. A decir verdad, había sido el tiempo más feliz de toda mi vida.
Como indicaba su nombre (que no se lo pusimos nosotros) llegó para salvarnos y sanarnos.
Verlo actuar junto a sus compañeros realmente me emocionaba… Y no, no me sentía diferente al resto de las mamás. Él era mi hijo, como el de cualquiera.
Ese nene me desarmaba de amor todos los días y era real que haría cualquier cosa por él.
Cuando el acto terminó, Pedro secó mis lágrimas y reímos.
- No llores gorda. –Me besó.-
- Es que… Es todo tan lindo que no lo puedo creer.
-Sonrió.- ¿Vamos a buscarlo?
- Por favor.
De la mano fuimos a buscar a nuestro hijo quien estaba con su maestra.
- Mira quien vino Salva. –Dijo su maestra haciendo que mi hijo me mire.-
Salvador sonrió y corrió hacia mí, yo lo tomé en brazos y lo abracé lo más fuerte que pude.
- Te amo mi amor, te amo. –Dije en su oído y lo llené de besos.- Sos el más lindo del mundo. ¿Sabías?
-Rio.- Te amo mamá. –Dijo abrazándome con fuerza.-
Y cada vez que me decía así, mamá mi vida cobraba un poco más de sentido.
Pedro nos abrazó a los dos y le dio un beso a Salva en su mejilla.
- No llores ma.
-Reí.- Es que me emocionas mucho.
- ¿Qué les parece si nos vamos a tomar un helado así dejamos de llorar un poco? –Propuso Pedro.-
- ¡Sí! ¡Helado! –Dijo Salvador festejando.-
Nosotros reímos y luego de despedirnos de su maestra, fuimos hasta el auto. Tomamos helado en una plaza y volvimos a nuestra casa.
Lo bañé y le puse su bata para llevarlo a su habitación, lo acosté en la cama y comencé a hacerle cosquillas con mis labios en su pancita. Él solo reía y no había nada que amara más que eso, escucharlo reír.
Luego lo cambié y fuimos hasta la cocina, en donde Pedro estaba preparando la cena. Comimos fideos con tuco y nos quedamos un rato jugando con él, eso hacíamos todas las noches.
Cerca de las diez iba con Pedro a prepararse para dormir y yo los esperaba en el cuarto, lo acostábamos y nos quedábamos con él hasta que se quedaba dormido.
Salvador estaba acostado en su cama, abrazando su muñeco preferido y Pedro y yo a sus costados, arrodillados en el suelo. Lo mimamos hasta que se quedó dormido y eran en esos momentos cuando me daba cuenta de que podía pasarme la vida mirándolo.
Sentí la mano de Pedro acariciar mi mejilla y lo miré.
- ¿Vamos gorda?
- Dale.
Nos levantamos y fuimos a cambiarnos para dormir, nos acostamos en la cama y él se tiró sobre mí, besándome.
- Te juro que me desarmas de amor. –Me dijo mientras me besaba.-
-Sonreí.- Es que no puedo amarlos más.
- Y nosotros a vos tampoco. –Dijo besando mi cuello.-
-Suspiré.- ¿No sentís como de a poco todo duele un poquito menos?
- Es exactamente lo que me pasa.
- Siempre hablábamos de que estábamos un poco rotos, y lo estamos, nunca vamos a dejar de estarlo, pero con ustedes todos cuesta menos, incluso lo disfruto.
- No podes ser más hermosa.
-Lo abracé por el cuello y reí.- ¿Cerraste la puerta?
- Ajam… -Dijo acariciando mi panza.-
- ¿Seguro?
- Muy seguro.
- Mejor así entonces.
Giré para quedar sobre su cuerpo y lo besé.
- Amo cuando te pones así. –Dijo acariciando los costados de mi cuerpo.-
-Reí.- Me hablas como si te tuviese a pan y agua nene.
-Largó una carcajada.- Te amo tanto que no te das una idea.
- Arreglala ahora, dale.
-Rio.- Sos una tarada.
- Seguí sumando, dale.
- ¿Para qué estoy sumando?
- Mmm… -Dije acercándome a él y mordí su cuello.- Cuidado como te portas.
-Rio y me abrazó por la cintura.- Vos también cuidadito eh.
- ¿Con qué?
- Con todo… -Dijo sacándome la remera del pijama.-
- No te tengo miedo eh.
Reímos y nos besamos, sus manos subieron por mi espalda llenándome de caricias que me enloquecían.
- Ahora si me gusta por un rato sentirme tu putita. –Dije en sus labios.-
-Sonrió.- Todavía no entiendo como te bancaste tanto.
- Por amor uno hace muchas locuras.
- Vos hiciste demasiadas.
- ¿Pero sabes qué?
- ¿Qué?
- Hoy no me arrepiento de nada.
Sonreímos y nos besamos, terminamos de desnudarnos sin dejar de besarnos porque realmente no podíamos hacerlo.
Quedé encima suyo y una vez más me sentí su mujer.
Salí de encima de su cuerpo agitada y me tapé con la sábana, cerré mis ojos y suspiré.
- No sabes lo que amo salir de encima tuyo y no sentirme rara ni incómoda.
-Me besó.- Te amo mi amor.
- Y yo te amo a vos.
- Gracias, de verdad.
- A vos, por hacer que me sienta menos rota.
-
Particularmente amo mucho como quedó este final, asique espero que les guste a ustedes también.
Si leyeron este corto, me gustaría que me dejen un comentario, por favor ♥
Me mato de amor salvador!❤ muy lindo el corto!
ResponderEliminarGracias Flor ♥
EliminarHermoso, hermoso! Lo ame♡
ResponderEliminarGracias ☺
EliminarAme este corto !!!
ResponderEliminarFue el más lindo que escribiste
Muchas gracias ♥
EliminarMe costo entender el xq de sus roturas! Diferente a los demas pero siempre con el mismo amor! ;)
ResponderEliminarAy, perdón si no se entendió mucho ;(
EliminarMe encanto este corto!!!muy diferente a los demas...escribis genial
ResponderEliminarMuchas gracias, de verdad ♥
EliminarAy q lindo 💕 es tan emocionante, llega al alma.
ResponderEliminarGracias, gracias ♥
EliminarHermoso corto y Salvador el gran broche de oro!!!
ResponderEliminarHermoso corto y hermoso como escribís Cami
ResponderEliminarMuchas gracias ♥
EliminarQ bueno q hayan podido mejorar y amé a salvador! mimiroxb
ResponderEliminarGracias ;)
EliminarMe gusto mucho el corto! que lindo lo se Salvador! escribís hermoso!
ResponderEliminarMuchas gracias Emi ♥
Eliminar👏👏👏👏 genial!!
ResponderEliminar