miércoles, 10 de febrero de 2016

Un poco rotos VI.


Todos estamos un poco rotos y sí, eso es cierto. Solo diferimos en que a algunos se les nota más y a otros menos… Pero, si nos detenemos a conocer a cualquiera vamos a darnos cuenta de que todos un poco rotos, estamos.

- Gorda. ¿Estás?
- Sí amor, ya voy. –Dije acomodándome el pelo.-
- No llegamos eh.
- ¡Ya voy!
- Mujer tenías que ser.
-Reí.- ¿Vas a dejar de bardearme o pensas seguir?

Él rio y entró al cuarto para besarme.

- No llegamos.
- Ya salgo.
- Te espero en el auto.
- Dale.

Me dio otro beso y se fue. Yo terminé de prepararme y fui hasta el auto.

Mientras él manejaba no podía dejar de pensar en eso que venía pensando hace años…
Todos estamos un poco rotos, pero a su vez todos tenemos a alguien que nos cure (al menos un poco) esas heridas.

Pedro frenó en un semáforo y posó su mano en mi pierna.

- ¿Estás bien gorda?
- Sí amor. –Dije mirándolo.-
- Estás muy callada.
-Reí.- Solo estoy pensativa.
- ¿Segura? –Preguntó arrancando.-
- Sí, segura.

Hacia algunos meses que había dejado de tomar pastillas y eso sinceramente me hacia sentir bastante mejor, sentía como mi cuerpo y mi mente se estaban limpiando.

Pedro estaba pasando por el mismo proceso. De a poco, los dos estábamos comenzando a sanar.

Mi marido estacionó el auto y bajamos. Me tomó de la mano e ingresamos.

- Estás re nerviosa.
-Reí.- Es que… Siempre soñé con estos momentos.
-Besó mi mejilla.- Entonces disfruta.
- Lo estoy disfrutando.
- Te amo. –Me besó.-
-Sonreí.- Te amo. –Nos besamos y nos abrazamos.-

Al ratito, ya estábamos en el salón de actos del jardín de nuestro hijo: Salvador.

Salva tenía 3 años y lo habíamos adoptado cuando apenas tenía 6 meses, llevaba con nosotros 2 años y medio. A decir verdad, había sido el tiempo más feliz de toda mi vida.

Como indicaba su nombre (que no se lo pusimos nosotros) llegó para salvarnos y sanarnos.

Verlo actuar junto a sus compañeros realmente me emocionaba… Y no, no me sentía diferente al resto de las mamás. Él era mi hijo, como el de cualquiera.

Ese nene me desarmaba de amor todos los días y era real que haría cualquier cosa por él.

Cuando el acto terminó, Pedro secó mis lágrimas y reímos.

- No llores gorda. –Me besó.-
- Es que… Es todo tan lindo que no lo puedo creer.
-Sonrió.- ¿Vamos a buscarlo?
- Por favor.

De la mano fuimos a buscar a nuestro hijo quien estaba con su maestra.

- Mira quien vino Salva. –Dijo su maestra haciendo que mi hijo me mire.-

Salvador sonrió y corrió hacia mí, yo lo tomé en brazos y lo abracé lo más fuerte que pude.

- Te amo mi amor, te amo. –Dije en su oído y lo llené de besos.- Sos el más lindo del mundo. ¿Sabías?
-Rio.- Te amo mamá. –Dijo abrazándome con fuerza.-

Y cada vez que me decía así,
mamá mi vida cobraba un poco más de sentido.

Pedro nos abrazó a los dos y le dio un beso a Salva en su mejilla.

- No llores ma.
-Reí.- Es que me emocionas mucho.
- ¿Qué les parece si nos vamos a tomar un helado así dejamos de llorar un poco? –Propuso Pedro.-
- ¡Sí! ¡Helado! –Dijo Salvador festejando.-

Nosotros reímos y luego de despedirnos de su maestra, fuimos hasta el auto. Tomamos helado en una plaza y volvimos a nuestra casa.

Lo bañé y le puse su bata para llevarlo a su habitación, lo acosté en la cama y comencé  a hacerle cosquillas con mis labios en su pancita. Él solo reía y no había nada que amara más que eso, escucharlo reír.

Luego lo cambié y fuimos hasta la cocina, en donde Pedro estaba preparando la cena. Comimos fideos con tuco y nos quedamos un rato jugando con él, eso hacíamos todas las noches.

Cerca de las diez iba con Pedro a prepararse para dormir y yo los esperaba en el cuarto, lo acostábamos y nos quedábamos con él hasta que se quedaba dormido.

Salvador estaba acostado en su cama, abrazando su muñeco preferido y Pedro y yo a sus costados, arrodillados en el suelo. Lo mimamos hasta que se quedó dormido y eran en esos momentos cuando me daba cuenta de que podía pasarme la vida mirándolo.

Sentí la mano de Pedro acariciar mi mejilla y lo miré.

- ¿Vamos gorda?
- Dale.

Nos levantamos y fuimos a cambiarnos para dormir, nos acostamos en la cama y él se tiró sobre mí, besándome.

- Te juro que me desarmas de amor. –Me dijo mientras me besaba.-
-Sonreí.- Es que no puedo amarlos más.
- Y nosotros a vos tampoco. –Dijo besando mi cuello.-
-Suspiré.- ¿No sentís como de a poco todo duele un poquito menos?
- Es exactamente lo que me pasa.
- Siempre hablábamos de que estábamos un poco rotos, y lo estamos, nunca vamos a dejar de estarlo, pero con ustedes todos cuesta menos, incluso lo disfruto.
- No podes ser más hermosa.
-Lo abracé por el cuello y reí.- ¿Cerraste la puerta?
- Ajam… -Dijo acariciando mi panza.-
- ¿Seguro?
- Muy seguro.
- Mejor así entonces.

Giré para quedar sobre su cuerpo y lo besé.

- Amo cuando te pones así. –Dijo acariciando los costados de mi cuerpo.-
-Reí.- Me hablas como si te tuviese a pan y agua nene.
-Largó una carcajada.- Te amo tanto que no te das una idea.
- Arreglala ahora, dale.
-Rio.- Sos una tarada.
- Seguí sumando, dale.
- ¿Para qué estoy sumando?
- Mmm… -Dije acercándome a él y mordí su cuello.- Cuidado como te portas.
-Rio y me abrazó por la cintura.- Vos también cuidadito eh.
- ¿Con qué?
- Con todo… -Dijo sacándome la remera del pijama.-
- No te tengo miedo eh.

Reímos y nos besamos, sus manos subieron por mi espalda llenándome de caricias que me enloquecían.

- Ahora si me gusta por un rato sentirme tu putita. –Dije en sus labios.-
-Sonrió.- Todavía no entiendo como te bancaste tanto.
- Por amor uno hace muchas locuras.
- Vos hiciste demasiadas.
- ¿Pero sabes qué?
- ¿Qué?
- Hoy no me arrepiento de nada.

Sonreímos y nos besamos, terminamos de desnudarnos sin dejar de besarnos porque realmente no podíamos hacerlo.

Quedé encima suyo y una vez más me sentí su mujer.

Salí de encima de su cuerpo agitada y me tapé con la sábana, cerré mis ojos y suspiré.

- No sabes lo que amo salir de encima tuyo y no sentirme rara ni incómoda.
-Me besó.- Te amo mi amor.
- Y yo te amo a vos.
- Gracias, de verdad.
- A vos, por hacer que me sienta menos rota.




-

Particularmente amo mucho como quedó este final, asique espero que les guste a ustedes también.

Si leyeron este corto, me gustaría que me dejen un comentario, por favor ♥

20 comentarios:

  1. Me mato de amor salvador!❤ muy lindo el corto!

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  2. Ame este corto !!!
    Fue el más lindo que escribiste

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  3. Me costo entender el xq de sus roturas! Diferente a los demas pero siempre con el mismo amor! ;)

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  4. Me encanto este corto!!!muy diferente a los demas...escribis genial

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  5. Ay q lindo 💕 es tan emocionante, llega al alma.

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  6. Hermoso corto y Salvador el gran broche de oro!!!

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  7. Hermoso corto y hermoso como escribís Cami

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  8. Q bueno q hayan podido mejorar y amé a salvador! mimiroxb

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  9. Me gusto mucho el corto! que lindo lo se Salvador! escribís hermoso!

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