sábado, 16 de enero de 2016

Encuentros y desencuentros III.


Salí de la casa de Paula completamente abrumado y hacia horas que no podía salir de ese estado.

Me daba cuenta que había reaccionado para la mierda, pero no lo había podido evitar y me odiaba por eso.

No podía dejar de llorar por varios motivos: me moría de miedo y me dolía haberla lastimado así.

Intenté mil veces comunicarme con ella, pero entendía que quizás no era el momento.

Mi hermana había llegado a mi casa y me encontró llorando en la habitación, la realidad era que necesitaba hablar con alguien y nadie mejor que con ella.

- Tranquilo Pepe. –Dijo Rochi a mi lado.-
- No puedo estar tranquilo.
- Reaccionaste como pudiste.
- Como el orto reaccioné.
-Suspiré.- No te castigues.
- No entiendo nada, no sé qué hacer.
- Primero tranquilizate, sino no vas a poder solucionar nada.
- ¿Y si está embarazada? ¿Qué hago?
- ¿De verdad no te harías cargo?
- Me da mucho miedo.
- ¡Pedro, no seas pelotudo! ¿De verdad le harías a tu hijo lo mismo que nos hicieron a nosotros?

Y que me pregunte eso fue como una daga en el pecho.

- No entiendo por qué reaccioné así. –Dije temblando.-

Mi hermana me abrazó y yo sentía que me desarmaba.

- ¿De verdad lo harías?
- No…
- ¿Y para qué la trataste así?
- De pelotudo que soy.
-Suspiró.- Deja de temblar.
- Tiene razón en haberme mandado a la mierda.

Rochi se separó un poco de mí y secó mis lágrimas.

- ¿Vos te das cuenta que siempre reaccionas como el orto, no? Ante cualquier situación.
- Sí, pero con ella de verdad que estoy cambiando.
- Lo sé, esa chica te hace muy bien. –Hizo una pausa.- Pero no podes seguir reaccionando como un nene siempre.
- Me cuesta mucho.
- Lo sé, porque a mí me pasa lo mismo… Vivimos a la defensiva porque no queremos que vuelvan a lastimarnos. –Asentí.- Bueno, pero no todas las personas son iguales y dudo muchísimo que Paula haga algo que te haga mal.
- Pero yo sí soy capaz de lastimarla. –Suspiré.-
- ¿Intentaste hablar con ella?
- Hablé, pero me mandó a la mierda.
- Tiene razón.
- Lo sé, pero no puedo volver el tiempo atrás.
- La vida sería muy simple si eso se pudiera. –Reímos.- ¿Queres que salgamos a caminar un rato?
-Sonreí.- Me conoces mucho pendeja.
- Dale, vamos. –Dijo parándose.-
- Bancame que voy al baño.
- Dale.
-Le dí un beso en la mejilla.- Gracias por estar siempre Ro, de verdad.

Nos abrazamos con fuerza y suspiramos a la par.

- Haría cualquier cosa por vos hermanito.
-Sonreí.- Sabes que yo también por vos. Te adoro.
- Y yo a vos Pepe. –Se separó un poco de mí.- Por eso te reto.
-Reí.- Lo sé. Voy al baño y salimos, necesito seguir charlando pero no acá.
- Te espero.

Nosotros éramos hermanos de sangre y nos había adoptado la misma familia. Era un año y medio más grande que yo y la amaba con locura.

Estábamos en la misma plaza de siempre, caminando alrededor de la misma.

- No puedo imaginarme con un hijo.
- Capaz sea otra cosa.
- ¿Qué otra cosa?
- Nervios, stress, algo médico… El cuerpo de una mujer no es matemático.
- Estoy cagado en las patas.

Mi hermana me abrazó por el costado y apoyó su mejilla en mi hombro.

- Tranquilo, va a estar todo bien.
- En este momento está todo como el orto.
- Lo sé, pero confía.
- ¿En qué confío? ¿En lo idiota que soy?
- No nene, confía en que se aman.

Yo suspiré y seguí caminando con mi hermana.

-

Mi vieja salió a hacer compras y yo aproveché para ir a una farmacia, al menos para tener un test en mi casa.

Lo escondí entre mi ropa y lo dejé allí. No me animaba a hacérmelo y me sentía una pelotuda. Tampoco me animaba a hablar con nadie y me odiaba por eso. Necesitaba un abrazo, más que nunca.
“Gorda… ¿Salimos esta noche con los chicos?”

“No me siento muy bien Tef.”

“¿Pasa algo?”

“No, nada…”

“Te conozco, es raro que te niegues a una salida.”

“Me peleé con Pedro y esta vez no es una gilada.”

“¿Qué pasó?”

“No importa gorda.”

“Sí, importa.”

“No tengo muchas ganas de hablar.”

“¿Estás en la cama llorando, no?”

“Me conoces eh.”

“¿Queres que vaya un rato?”

“No, no hace falta.”

“Dale, así no estás sola.”

“Seguro me quede dormida.”

“Estoy saliendo para allá, no te vas a negar a abrirme.”

“Jajajaj, sos tremenda. Gracias.”

“¿Qué agradeces boluda?”

Yo reí y la esperé.

- ¿Me contas que pasó?
- ¿Me prometes que no se lo contas a nadie?
- Obvio nena, soy una tumba.
- En serio te lo digo Tef.
- Te lo prometo boluda. Sabes que podes confiar en mí.
-Suspiré.- Tengo un atraso.
- ¿Qué?
- Eso boluda.
- ¿Estás segura?
- Sí nena, no me viene.
- ¿Y te hiciste un test?
- No me animo.
- No seas boluda, hacetelo y te sacas la duda.
- ¿Y si da positivo?
- ¿Y si da negativo?
-Suspiré.- No sé…
- ¿Por esto te peleaste con Pedro?
- Reaccionó horrible, lo desconocí. –Hice una pausa.- Me dijo que un hijo le arruinaría la vida, justamente él que tanto sufrió y sufre. Me quedé helada.
- Bueno, capaz reaccionó así porque no supo que hacer.
- Te juro que con un abrazo me conformaba.
- ¿Y si te abrazo yo?
- Ay, por favor.

Tefi me abrazó y acarició mi espalda.

- Tranquila amiguita.
- Me muero de miedo.
- Con el miedo no vas a llegar a ningún lado. Dale, hacete el test… Yo me quedo con vos.
- No, ahora no. –Sentencié.-
- ¿Y cuándo?
- No sé. –Suspiré.-

Ella se separó un poco de mí y tomó mis manos.

- Dale gorda…
- No me animo.
- Pero…
- Prefiero quedarme sola.
- No quiero dejarte así.
- Te prometo que si necesito algo, te aviso.
- ¿Te vas a hacer el test?

3 comentarios:

  1. AYY pobre Pau en una situacion asi que Pepe reaccione como reacciono. Estoy segura que va a poder arreglar las cosas ♡

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  2. espero que puedan hablar en algun momento, pobre pau y que feo como reacciono pepe!

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  3. Ay q se haga el test ya! Como aguanta la incertidumbre! ! Yo no podría manejar la ansiedad jaja mimiroxb

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