Yo intentaba por todos los medios no engancharme con esa mina, pero no solo que se partía sola, sino que me buscaba todo el tiempo y yo no era de madera… Más bien, todo lo contrario.
La vi junto a sus amigas ingresar en su habitación y suspiré, al menos hasta el día siguiente estaría liberado de sus tácticas. Tenía pinta de que no iba a parar hasta conseguir lo que quería.
Ingresé en la habitación y me quedé en bóxer, me metí en la cama, me acomodé y cuando cerré mis ojos lo primero que se vino a mi mente fue su imagen.
¡La puta madre! Pensé para mis adentros. Todavía sentía su olor impregnado en mi piel. Llevé mi mano a mi cuello, sintiendo el chupón que había dejado y mi zona íntima se hizo eco de eso. Iba a ser demasiado complicado resistirse.
Me quedé dormido (sin poder quitarla de mi mente) y yo siempre era el encargado de despertar a los chicos del tercer piso… Y allí estaba Paula, en la habitación 304.
Desperté a todas las habitaciones y por último fui a la suya. No solo estaba durmiendo toda destapada, sino que lo hacia en ropa interior. ¿Tan difícil me la vas a hacer Paulita? ¡Para colmo era la única en la habitación!
- ¡Buen día! ¡Hay que levantarse! –Dije desde la puerta, sin poder quitar mi mirada de su cola.-
- Mmm… -Dijo haciéndose un bollito, dándome la espalda.-
- No, dale. No puedo entrar Paula, levantate.
- Veni, por favor.
- No me la hagas más difícil.
- Mis amigas se fueron para dejarnos solos, dale entra un ratito.
- Está el desayuno.
- ¿Y?
Yo suspiré y me fijé que nadie estuviera viendo, cerré la puerta y ella giró.
- ¿No venís?
- ¿Qué queres?
- Sabes muy bien que quiero.
- No, no sé.
- Mi beso de buenos días, por si te importa, ya me lavé los dientes.
- Vestite, dale.
- Si no me das un beso, no me visto.
- Paula, no seas chiquilina.
- ¿A vos te parece que una chiquilina espera a un hombre así? –Se sentó en la cama e hizo un rodete en su pelo.- ¿Tan mal estoy?
- Demasiado bien estás. –Dije mirando sus pechos.-
- Es un beso, no te podes negar.
Y la realidad es que negarme era imposible, me acerqué a ella y la besé, me tomó de los hombros e hizo que caiga sobre su cuerpo.
- Para, acá no, de verdad te lo digo.
- ¿Y en dónde sí?
- Me llegan a agarrar así y me quedo sin laburo.
- Está bien, tampoco quiero poner en riesgo tu trabajo. –Me besó.- Pero, prometeme que esto no queda acá.
Me puse de pie y le dí la ropa que estaba a los pies de su cama.
- Te cambias y venís a desayunar.
- ¿Puedo desayunar con vos?
- ¡Dale Paula!
- No te vas a poder negar eh.
- ¿Queres perderte la excursión?
- A vos no te quiero perder. –Mordió su labio inferior y suspiré.-
- Te espero abajo.
- ¿A mí?
- ¿A quién va a ser?
Paula me sonrió y me asomé por la puerta, al ver que no venía nadie, bajé hasta el comedor y me quedé con mis compañeros. Al rato, bajó Paula y se sentó con sus amigas, me buscó con la mirada y me sonrió pícaramente cuando me encontró.
Cuando terminaron de desayunar, debíamos ir a la excursión de ese día que era el culipatín. Pasaron todos por las tres pistas y luego, estábamos en la base esperando el micro, pero claro que nadie estaba tranquilo, habían armado una guerra de bolas de nieve. Sentí una en mi pierna y era claro que era Paula. Sonreí, porque no podía evitarlo y se la devolví.
- ¿Cómo le vas a pegar a una mujer? –Me preguntó quejándose.-
- ¡Vos empezaste!
- Para que me miraras, ni bola me diste…
- Digamos que sos más sexy en ropa interior que con ese traje. –Dije susurrando.-
-Largó una carcajada.- Este traje es horrible.
- Pero vos seguís siendo hermosa.
-Sonrió.- Me gusta escuchar eso.
- ¿Dudabas?
- No, no sé.
Caminó hacia atrás y me tiró con otra bola y eso hicimos un largo rato, olvidándonos de que alrededor nuestro había mucha más gente.
Claro que le tiraba con nieve para no tirarme sobre ella y romperle la boca de un beso.
-
Volvimos al hotel y luego de bañarnos, estábamos en la habitación. Yo ordenaba un poco las cosas de mi valija, cuando Luli se sienta en mi cama.
- ¿Y boluda?
- Lo estoy calentando hasta dejarlo en punto caramelo.
-Rio.- Sos tremenda.
- Te juro que me encanta.
- Nunca te vi así.
- Yo tampoco. –Reí.- Me siento bastante putita, pero me calienta serlo.
- Está bien boluda, si no lo haces en Bariloche. ¿Cuándo lo vas a hacer?
- Exacto.
Y en ese momento, escuchamos que nos llamaban a comer asique bajamos al comedor. Almorzamos y teníamos la tarde libre, con mis amigas decidimos ir a sacar fotos y merendar en alguna chocolatería.
Volvimos al hotel cerca de las seis de la tarde y dormí una siesta porque no podía más.
Me levanté cerca de las ocho y debíamos bajar a cenar, para luego prepararnos para la fiesta de aquella noche: la fiesta bizarra.
No lo encontré a Pedro en toda la noche y eso convirtió a la fiesta es una mierda total. Sí, así de temperamental soy.
Volví al hotel y me cambié, eran las dos de la mañana… Habíamos ido al boliche a las diez y ya me aburría allí, por eso volví. En fin, me puse un jean, zapatillas y una remera, me hice un rodete con el pelo y bajé al comedor en busca de un café… Allí estaba Pedro, sentado solo en una mesa.
- Pedro… -Sonreí.- ¿Puedo? Te prometo que no hago nada acá. –Dije bajito.- ¿Queres un café?
- Mmm… Dale.
- Quedate con este, yo me busco otro.
Fui en busca de otro café y me senté frente a él.
- ¿Por qué estás acá solo?
- Me tocaba quedarme hoy, siempre se queda uno por los chicos que se vuelven temprano, como vos.
- Ah… -Dije y tomé un poco de café.- Si molesto, me voy. Me encantas, pero de verdad que tampoco quiero que pierdas tu laburo por mí.
-Sonrió.- No, quedate Pau.
- Me dijiste Pau. –Sonreí.-
- Si te rechazo, es solo por mi laburo.
- Lo sé, no tenes que aclararlo. –Hice una pausa.- Hablemos de otra cosa.
- ¿De qué?
- Mmm… ¿Laburas de esto porque te gusta la joda? –Reí.-
- ¡Sos una tarada! –Reímos.- La verdad es que garpan bien, tengo 23 años y un laburo así, de invierno me viene bien.
- ¿Laburas solo en temporada alta?
- Sí, es mi primera vez igual.
- ¿Y no estudias?
- Hago cursos relacionados a la fotografía. ¿Vos?
- Por egresarme. –Reí.- Planeo estudiar Producción de moda.
- Tenes la pinta.
- ¿Qué queres decir con eso?
-Rio.- Nada malo, solo que muchas veces los perfiles de la gente hablan.
- Sí, es cierto.
- Si cuando sea fotógrafo famoso necesito alguien que me asesore con la ropa…
Los dos reímos y tomamos un poco de café.
- ¿Queres un chocolate? –Me preguntó.-
- Mmm… Sí, pero no está abierto esto.
-Rio.- Vos dejame a mí.
Pedro se levantó y pasó hacia la parte de atrás del mostrador donde nos daban la comida, volvió con varios chocolates en sus manos y yo reí.
- ¿Y esto no pone en riesgo tu trabajo? –Pregunté riendo.-
- Mmm… No.
Pasamos media hora más charlando, hasta que el comedor comenzó a llenarse y decidí irme a dormir. Subimos juntos y lo hice entrar a mi habitación.
- Un beso y te dejo ir tranquilo. –Supliqué.-
Pedro sonrió, me arrinconó contra una pared y me besó.
- Que descanses lindo. –Dije despeinándolo.-
- Vos también… -Dio un dulce beso en mi cuello y se fue.-
Suspiré y me dejé caer en mi cama.
Ahhhiiii tiernos.. d apoco va cayendo en la trampa. Muuuy bueno el cap @peturroalfonsoo
ResponderEliminarMas tierno este capítulo!!! Me encanto! ❤
ResponderEliminarGracias ♥
Eliminarse está aflojando Pedro!!!
ResponderEliminar☺☺
EliminarMe encanto ❤ sos lo mas escribiendo ☺
ResponderEliminarGracias♥
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