miércoles, 27 de enero de 2016

No me olvides IV.

Finalmente, esa noche decidí ir al boliche y hacerme mierda. ¡No iba a arruinar Bariloche por un tipo!

Estaba tomando un trago en la barra cuando siento que alguien me apoya por la cola. Me dí vuelta y allí estaba, lo más tranquilo.

- ¿Qué haces acá?
- Hola Pau.
-Revoleé mis ojos.- ¿Me dejas sola?
- ¿No crees que dejamos algo por la mitad?
- ¡Vos lo dejaste por la mitad!
- Me tenía que ir.
- Lo hubieses pensando antes de calentarme así.
- No te enojes.
- Tarde.
- No seas caprichosa.
- Soy una pendeja caprichosa, vos eras mi capricho y ahora fuiste.
- ¿Solo un capricho?
- ¿Tanto te crees nene?
- No quise dejarte así.
- ¡Pero lo hiciste!
- Podemos seguir ahora.
- No Pedro, no soy un juguete. Yo sé que me pinté como una putita, pero no lo soy… Es un juego que me divierte y que hice solo con vos, porque es Bariloche. –Suspiré.- Te la perdiste, ahora jodete.

Quise irme, pero Pedro me agarró del brazo y me frenó.

- Para un poco Paula.
- ¿Qué queres?
- ¡Vos no sos solo un capricho para mí!
- ¿Me vas a decir que te enamoraste? ¡No me boludees!

Pedro no me respondió, solo me acorraló contra una columna y me besó.

- No, no me enamoré. –Dijo.- Pero por algo no puedo dejar de pensar en vos.
- Calentura se llama eso.
- No, es algo más.
- No me boludees, ya perdiste la oportunidad.

Pero claro, el señorito volvió a besarme.

- Si ahora te tengo que perseguir yo, lo voy a hacer.
- Te vas a cansar.
- No estés tan segura.
- ¿De qué?
- De que podes resistirte a mí.
- No te creas el ombligo del mundo.
- Por algo me miraste.
- ¡Por boluda!
- Vos y yo vamos a terminar juntos. –Volvió a besarme.-
- Me soltas o grito.
- No te la crees ni vos.
- ¿Seguro?
- Seguro.

Y obvio que intenté gritar, pero me calló de un beso.

- Te encanta que te chape.
- No estés tan seguro.
- ¿Tan mal estuve?
- No voy a responder eso.
- Eso es un sí.
- ¡Basta nene!

Quise separarlo de mí, pero me aprisionó aún más.

- No quiero que arruines mi viaje de egresados.
- No te vi pasarla muy mal hoy en la habitación.
- Eso ya pasó.
- Y te encantó.
- Pero, ya pasó.
- No lo negas.
- No creí que tenía que aclararlo.
- ¿Y no te gustaría repetirlo?
- No con cagones como vos.
- ¿Cagón?
- Si bajabas un rato después no pasaba nada.
- Tenía que bajar.
- ¿Ves? ¡Sos un cagón!
- No pensabas lo mismo cuando te estaba llenando de placer.
- Ahora sí lo pienso…
- Que rápido cambias de idea.
- ¿En qué iba a cambiar que te atrases diez minutos? ¡Explicame!

Y lo dejé sin palabras.

- ¡En nada! Bah, sí… En mucho.
- ¿En qué?
- Capaz ahora podríamos ir a garchar otra vez, pero así no. ¡No me van los tipos que usan a las minas!
- Vos no te pintaste como mucho más.
- Ya te dije que es un juego que me calienta, pero no soy una puta.
- ¿Estás segura de eso?
- Sé muy bien lo que soy, no te pases.
- Vos te pasas poniéndote en pendeja caprichosa.
- Eso sí lo soy… ¡Lástima! ¿No? –Hice una pausa.- La próxima, pensalo mejor.

Y salí corriendo del lugar, por suerte allí venía un micro y me subí para que me llevara al hotel.

¡No entendía que carajo me pasaba con él! Pero me gustaba demasiado.

No pude evitar largarme a llorar como una nena y golpeé con bronca el asiento.

- Paula ¿Qué te pasa?
- ¿Por qué me tuve que enganchar con él Luli?

Mi amiga me abrazó y acarició mi espalda.

- ¿No salíamos a romper la noche?
- Me encaró y me trató de puta. ¡Es un tarado!
- Te vendiste como eso, lo sabes muy bien.
- Fui una pelotuda.
- Bueno, ya pasó gorda.
- Me siento horrible.
- Ahora vamos al hotel y charlamos un ratito.
- No quiero cagarte la noche.
- No me cagas nada amiga, no digas boludeces.
- En serio Lu…
- En serio vos, dale.

-

La semana restante, la busqué todo el tiempo y ella se hacía la dura, la difícil… La histérica.

Me sentía un tarado, porque me gustaba de verdad. Me sentía un tarado por haberla dejado sola en la cama y por haberle dicho que era una puta. ¡La puta que te parió Pedro!

Era el ante-último día, yo ingresé en la habitación de Paula y ella, por primera vez accedió a hablar, les pidió a sus amigas que nos dejaran solos y eso hicieron.

Me senté frente a ella, quien estaba en su cama, con sus piernas cruzadas.

- ¿Qué queres?
- Arreglar esto. –Le respondí.-
- ¿Qué sería esto?
- No lo sé, pero algo es.
-Suspiró.- Me dolió.
- ¿Qué te haya dejado?
- Que me hayas dicho puta. –Y sus ojos se llenaron de lágrimas.- No me voy a hacer la recatada porque no lo soy, he garchado con pibes que conocí la misma noche, pero no soy una puta… Sí, busqué calentarte, no soy boluda eh. –Suspiró.- Pero, no quise parecer eso… Me siento horrible.
-Tomé sus manos y la miré a los ojos.- Yo tampoco pienso eso de vos.
- Dale Pedro.
- En serio… Que alguien disfrute de su sexualidad, no quiere decir eso.
- Es lo que me dijiste.
- Estaba enojado.
- ¿Y ahora?
- Ahora no.
- No sé si te creo.
- ¿Por qué?
- No sé.

Sequé sus lágrimas y le dí un beso.

- Por lo menos, no te vayas enojada conmigo, por favor.
- Ojala pueda…
- No llores.
- Me siento una tarada.
- ¿Te puedo abrazar?
- Mmm…
- Dale che, un abrazo.

Pau rio y la abracé contra mi pecho.

- Sos una mujer muy hermosa. –Dije y besé su frente.-



12 comentarios:

  1. pedro es un tarado pero me gusto porque la arreglo muy bien. @peturroalfonsoo

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  2. Ay que genial este capitulo! Amo este corto!!

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  3. Me encanta que ahora de ponga en dura!!!

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  4. Me encanto! Mano dura para Pedro carajo mierda! Jajaja. Por ser tan boludo de hacer lo que hizo merece que lo deje asi un poco.

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  5. Este corto tendría q extenderse x unos 50 capítulos más jajaja es muy bueno. Lo ame @andypauliter

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  6. Che y si lo haces novela larga? Jaja me encantaa 😍

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    1. jajajaja, a veces me cuesta un poco cortar las historias, pero últimamente me siento más cómoda con los cortos. Gracias!

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