sábado, 2 de enero de 2016

Hacer lo que sentimos I.


Muchos creen que lo tengo todo y de hecho… Lo tengo. 


Sábado a la noche, rumbo a mi lugar preferido. Me pedí mi trago preferido y la habitación de siempre. No, no era un hotel transitorio ni un prostíbulo. Era un lugar lleno de strippers, una mejor que la otra.


- ¿La misma de siempre? –Me preguntó el dueño.-
- Mmm… -Dudé.- No, sorprendeme.
- ¿Seguro?
- Sí, seguro.
- Hay una que está…
- La espero.

Agarré las llaves de mi habitación y me dirigí allí. Dejé el trago a un lado y me quité mi saco y mi corbata, los cuales dejé en el perchero. También me deshice de mis zapatos. Me tiré en la cama y comencé a tomar mi trago.

¡Qué empiece el show!

Vi la puerta abrirse y sonreí. Realmente necesitaba despejarme de la semana tan atareada que había tenido y ver buena carne. Las luces estaban muy tenues y no lograba ver demasiado. La chica cerró la puerta, trabándola y luego puso música… Una música muy sensual.

- Buenas noches… -Dijo acercándose a mí.-
- Buenas noches bebé. 
- ¿Qué estás tomando? –Se arrodilló delante de mí.-
- Un vodka.
- ¿Puedo tomar un poquito?
- Mira que es muy fuerte eh…
- Yo soy más fuerte.

Me quitó el vaso de la mano y tomó un sorbo. Se levantó de la cama y volvió sobre sus pasos. Vestía un tapado negro, por debajo de sus rodillas. Llevaba unos taco agujas tremendos y su pelo estaba completamente desordenado.

Comenzó a mover su cola al ritmo de la música, dándome la espalda. Cuando la música cambió, abrió su tapado de golpe y lo dejó caer lentamente por su cuerpo.

Wow. De verdad estaba buena.

Tenía puesto un portaligas negro y por lo que se podía ver, un corpiño de encaje.

Continuó meneando su cola por un largo rato y luego se dio vuelta. Al verla de frente me infarté. Literalmente.

- Bueno… Creo que estoy despertando a alguien. –Dijo mirando mi zona íntima y mordiendo su dedo.-
- Es que sos un fuego…
- ¿Sigo bailando?
- ¡Ni se te ocurra frenar!

Y así fue como aquella rubia estuvo más de media hora bailando frente a mí… Se subió a la cama, se paró con mis piernas en medio y comenzó a bailar allí arriba. Yo estaba a punto de estallar.

Me olvidé de las reglas, y subí mi mano para querer tocarla… Pero ella me frenó.

- No, no… Se mira pero no se toca. –Dijo quitando mi mano.-
- Un poquito. –Supliqué.-
- Sabes como son las reglas, me dijeron que sos un cliente de muchos años.
- Soy un cliente de muchos años, pero nunca me había tocado una chica como vos.
- No quieras quedar bien, somos todas un juguete para ustedes.
- Sos muy linda, de verdad.
- Gracias, supongo.
- ¿Podes seguir?

Ella suspiró y continuó bailando, sobre mí. ¡No tenía límites!

No podía no tocarla sintiéndola tan cerca.

- No me voy a espantar si te tocas eh.
- Me gustaría que me toques vos… O tocarte yo. –Le dije.-
- No quiero irme enojada.
- No, no te vayas por favor…
- Entonces no insistas.
- ¿Cómo es tu nombre?
- Acá me conocen como Roxy.
- ¿Y tu nombre de verdad?
- No importa.
- Voy a pedir por vos la próxima que venga.
- No vas a tocarme eh.
- Un poquito…

Ella se bajó de la cama y se puso su tapado.

- No, no… Por favor. –Dije siguiéndola.-
- Llamo al dueño.
- No quiero hacerte nada malo.
- Queres garcharme.
- ¿Está mal?
- ¡Sí! ¡Está mal!
- Nadie se entera… -Susurré en su oído.- Yo también te gusto, no te hagas la tonta…
- ¿Tanto se me nota? –Rio.-
- Estás húmeda, puedo verlo…
- Bueno, no importa.
- Por favor… Un ratito.
- Las reglas…
- Las reglas las podemos olvidar por un rato.

Ella caminó hasta la puerta, pero no la dejé abrir porque la apoyé por la espalda. 

- No te vayas. –Supliqué.-
- Esto está mal.
- Puede quedar entre vos y yo… -Dije tocando su cola por debajo de su tapado.-
- No hagas eso. –Suspiró cerrando sus ojos.-
- Te encanta que haga esto. –Dije yendo un poco más allá con mi mano.-
- No sigas.
- Por favor. –Dije ejerciendo presión de mi cuerpo con el suyo.-
- Por favor vos…

Y no le hice caso, besé su cuello apasionadamente y ella suspiró con fuerza.

- No sigas…
- Veni conmigo, te lo suplico.

Hice que diera media vuelta, abrí su tapado y la besé, apoyándola sin piedad contra la puerta.

- ¿Nadie se entera? –Preguntó.-
- Te prometo que no.

Y ahora fue ella quien me besó apasionadamente, tomándome por la nuca. Me hizo caminar hasta la cama y allí me hizo caer… Ella sobre mi cuerpo.

- ¿Tenes forros? –Me preguntó.-
- Tengo, no frenes…

Ella sonrió pícara y comenzó a besar y mordisquear mi cuello. Mis manos fueron directo a su cola y allí se quedaron… Visitando su piel. Sus besos y sus mordiscos acompañaron a sus manos mientras quitaba mi camisa y luego, mi pantalón. 

Me hizo poner de pie y bajó mi boxer, se arrodilló delante de mí y me hizo llegar al paraíso.

- Menos mal que no querías… -Dije tratando de volver en sí.-
- Nunca me tocó un cliente que esté tan bueno como vos. –Dijo de pie frente a mí, pero sin dejar de tocarme.-
- ¿Puedo yo ahora?
- Te lo suplico.

La tiré con fuerza sobre la cama y terminé de desnudarla en menos de un segundo… 

Mis labios y mi lengua recorrieron su cuerpo, de punta a punta… Nunca había estado con una mina así.

- Wow… -Dijo temblando y con sus ojos cerrados.-
- No te relajes que falta lo mejor.
- Ponete forro.
- No te preocupes, soy calentón pero no boludo.

Me puse el forro y sin previo aviso, comencé a hacerlo. Ella gritó y yo le tapé la boca.

- Nadie se puede enterar. –Dije en su oído.-
- Sos un forro. –Dijo con sus ojos cerrados.-
- Sh… -Dije comenzando a menear mi cadera.-

Y así fue como por fin pude cumplir con mi cometido.

Ella se estaba vistiendo sentada en la cama, yo ya estaba vestido.

- Esto no sale de acá. –Dijo.-
- Te prometo que no Roxy.
- Paula… -Dijo.- ¿Vos?
- Pedro.
- Un placer Pedro. –Y me besó.-
- Lo mismo digo. ¿Podemos repetir?
- Ah no sé… Fijate vos.
- ¿Estás todos los findes acá?
- Todos, pero pedí por Roxy. No por Paula.
- ¿Y ahora cuál sos?
- No sé.


Se encogió de hombros y luego de besarme por última vez, se fue.






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