viernes, 1 de enero de 2016

Año nuevo.


“No sabes cuanto me gustaría poder estar en este momento con vos mi amor.”

“No me digas eso que me matas, sabes que a mí también.”

“¿Nos podemos ver después de las doce? Por favor Pepe.”

“No tenes que pedir por favor. ¿En dónde nos vemos?”

“En mi casa no va a haber nadie hasta mañana, mis viejos se quedan a dormir en lo de mis tíos para no manejar con alcohol encima.”

“¿Queres que vaya a buscarte?”

“Dale, me da un poco de miedo andar sola por la calle una noche como hoy.”

“Brindo y voy a buscarte.”

“Te voy a estar esperando mi amor.”

“Te amo, mucho.”

“Te amo lindo.”


Suspiré y dejé mi celular a un lado. Miré hacia la mesa y volví a suspirar. No sé qué hacía ahí, con gente que casi no conocía. Esos familiares que ves una vez al año, porque son las fiestas y hay que pasarlas en familia. ¿Familia? ¿Qué son los afectos? ¿No son aquellos con los que tenemos una relación fluida? ¿Aquellos que queremos de verdad? ¿Qué forman parte de nuestra vida cotidiana?

A mis tíos los veía una vez al año, literal. A los primos de mis viejos también. Y con mis viejos no estaba en el mejor momento, no aceptaban a mi novia y eso me molestaba mucho. ¿Tanto les costaba entender que esa mujer me hacia feliz?

¡Claro! Como tenía 17 años y aún no había terminado el secundario no tenía derecho a enamorarme.

Me acerqué a comer, sin ganas.

- ¿Qué pasa hijo? –Me preguntó mamá.-
- No preguntes cosas que ya sabes.
- ¿Qué cosa ya sé?
- Que no me gusta estar acá con toda esta gente que no conozco y que me gustaría estar con mi novia, ya pasé navidad con ustedes.
- No es gente que no conoces, es tu familia.
- Sí, mi familia… La veo una vez por año mamá. Dejate de joder.
- Bueno, calmate un poco.
- Vos me obligas a estar acá.
- Yo no te obligo a nada.
- ¿No?
- No.
- ¿Entonces puedo irme?
- No, te quedas acá.
- No vas a seguir manejándome la vida como se te canta.

Me puse de pie y me fui hacia un costado.

“Gorda. ¿Puedo ir a la casa de tus tíos?”

“Obvio, sos más que bienvenido. ¿Ahora?”

“Sí, me cansé de este caretaje.”

“¿Seguro?”

“Sí, quiero abrazarte a las doce.”

“Ay, sos más lindo. Te espero, avisame cuando estés en la puerta porque con este bardo no vamos a escuchar el timbre.”

“Dale, pasame la dirección.”

“Jajaja, tenes razón.”


Pau me pasó la dirección y me acerqué a la mesa.

- ¿Me escuchan un minuto por favor? –Grité y todos se callaron.- Gracias. –Dije y comencé con lo que de verdad quería decir.- Hoy es la cena de año nuevo, está bien… Todos dicen que hay que pasarla en familia. ¿Pero en qué familia? ¿Cuántas veces nos vemos al año nosotros? ¿Cuánta relación tenemos? –Hice una pausa.- ¿La familia es la de sangre o la que uno elige? Si les soy sincero, en este momento me muero por estar con mi novia… Porque sí, hoy es ella la persona más importante para mí. Me importa poco que me digan que soy chico, que soy un pendejo o lo que sea. –Rasqué mi sien.- Hoy quiero festejar de verdad que tuve un buen año gracias a ella, de verdad quiero abrazarla a las doce, agradecerle, decirle que la amo y que quiero que pasemos otro año más juntos.

Y me quedé algunos segundos en silencio.

- Sigan con su festejo, yo me voy a donde tengo que estar.

Revisé que mi billetera y mi celular estuvieran en mis bolsillos y busqué mi bici que estaba en el garage, porque estábamos en mi casa.

Llegué a la dirección que me había pasado Paula y le avisé que estaba en la puerta.

- Hola mi amor. –Dijo con una sonrisa cuando abrió la puerta.-
- Hola. –Me dio un beso.- Estás muy linda.
-Sonrió.- Veni, pasa.
- ¿Puedo entrar la bici?
- Sí, dale.

Entré la bici y la dejé en el parque delantero de aquella casa, la abracé por el costado y besé su mejilla.

- Tenía muchas ganas de venir a estar con vos.
-Me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi hombro.- Sos el más lindo del mundo. ¿Sabías?

Quedamos frente a frente y nos besamos.

- Vos sos la más linda. –Volvimos a besarnos y nos abrazamos.-
- ¿Pasamos?
- ¿De verdad no hay problema con que yo esté acá?
- ¡Pedro! Sos mi novio. ¿Cómo va a haber problema?
- No sé, en mi casa mucho no te quieren… -Dije bajoneado.-
- Acá te aman. –Me besó y tomó mi mano.- Dale, veni.

Caminamos juntos hasta el comedor y saludé a toda la familia de mi novia. Nos sentamos uno al lado del otro y ella tomó mi mano.

- ¿Comiste?
- Sí, comí algo.
- ¿Queres?
- No, no te preocupes.
- ¿Seguro?
- Seguro, después atacamos la mesa dulce.
-Reímos y me dio un beso.- Tenes razón. –Volvió a besarme.- Permiso eh… -Y se sentó sobre mis piernas.-
- ¿Sigue en pie lo de ir después a tu casa?
- Obviamente, quiero estar solita con vos. –Y me besó.-
- Sos tan linda. –Dije abrazándola por la cintura.-
- Vos sos lindo. –Nos besamos.-
- Igual, me da un poco de cosa.
- ¿Por qué?
- Está toda tu familia.
- ¿Y? Mi prima también está con el novio.
- Bueno, pero igual.
- ¿Igual qué? Chapame y no pienses.

Yo reí y la besé.

- De verdad tenía muchas ganas de estar con vos hoy mi amor. –Susurró en mis labios.-
- Y yo de estar con vos. –Nos abrazamos muy fuerte.-
- No me quiero poner a llorar, pero gracias a vos hoy puedo sonreír y es en serio.
-Besé su mejilla y acaricié su espalda.- Te amo.
- Te amo Pepe, mucho.

Nos abrazamos aún más fuerte y allí nos quedamos.

- No llores, hey…
-Rio.- A las doce me vas a tener que abrazar con mucha fuerza.
- Es lo que más quiero mi amor.
- Gracias por estar acá, en serio.
- Estoy donde tengo que estar.

Me separé un poco ella y la besé.

- Dale, no llores.
- No, no lloro.
-Besé su nariz.- ¿Y tus viejos? ¿Cómo están?
- Están que es bastante… Con mis tíos la pasan bien.
- Si queres ir con ellos…
- Necesito estar un ratito con vos. ¿Se puede?
- Obvio, para eso vine.

Pau se acurrucó en mí y yo la abracé.

Hacia dos años que nos conocíamos y uno y medio que estábamos de novios. Ese año había sido muy difícil para ella, porque su hermano había fallecido en un accidente. Me costó mucho verla tan mal, pero no me moví un segundo de su lado. Necesitaba verla sonreír otra vez.

Pau se fue a ayudar con la mesa dulce y yo me quedé hablando con el novio de su prima, con quien había buena onda.

Comimos los turrones y servimos las copas, eran doce menos tres minutos y yo me acerqué a mi novia. La abracé por su cintura, por el costado y besé su sien.

- Gracias por estar acá Pepe.
- No me lo tenes que agradecer.
-Suspiró.- Sé que te debes haber peleado con tu familia.
- No me peleé, solo les dije lo que me pasa… Y lo que me pasa es que quiero estar con mi novia.
- Te amo, no sé cómo explicarte cuánto.
-Sonreí.- No me lo tenes que explicar, porque yo te amo de la misma manera a vos.

Sonreímos y nos dimos un beso. Buscamos nuestras copas y las levantamos para comenzar a hacer la cuenta regresiva.- Feliz año nuevo mi amor. -Dije abrazándola por la cintura y aferrándola a mí.-
- Feliz año. -Dijo con la voz quebrada.-
- No llores gorda.
- Es que... -Se separó un poco de mí y chocó su frente con la mía.- Si hoy estoy acá y así es por vos mi amor, no me voy a cansar nunca de agradecerte que no me hayas soltado la mano. -Decía con sus manos en mi pecho.- Te amo, no te das una idea de cuanto y estoy segura de que quiero estar con vos para siempre, te juro que sos más de lo que creo merecer y no te dejaría ir jamás. Te mereces tener el mejor año de todos, porque lo único que haces es dar cosas lindas y mereces que te vuelvan, todas.
-Sequé sus lágrimas y volví a posar mis manos en su cintura.- Voy a tener el mejor año, porque te tengo a mi lado Pau. -La besé.- Quiero que tengamos un buen año los dos, que disfrutemos de todo, del viaje de egresados, de las fiestas, del último año... De todo, y quiero que lo hagamos juntos. -La besé.- Te amo y sé que nuestras manos van a estar unidas para siempre.


Nos abrazamos con fuerza y luego de besarnos, ella fue a abrazar a sus papás y volvió cuando yo estaba mirando los fuegos artificiales. Posó sus manos en mis hombros y su mejilla en mi espalda.

- Veni gorda.

Hice que quede a mi lado y la abracé contra mi pecho, para quedarnos mirando los fuegos artificiales.

- Te amo. -Dije y besé su frente.-
- Te amo. -Respondió y besó mi pecho.- Abrazame un ratito.
-La abracé más fuerte.- Toda la vida.
- Gracias.
- ¿Qué agradeces?
- Que nunca me sueltes.
- Nunca.

Pau levantó su cabeza y nos abrazamos frente a frente, para poder besarnos.

- En las buenas y en las malas... -La besé.- Y en las malas, mucho más.
-Me besó.- Siempre.

Nos abrazamos y ella me habló al oído:

- ¿Llamaste a tu familia?
- No.

Se separó un poco de mí y sacó mi celular del bolsillo de mi pantalón para dármelo.

- Llamalos, dale.
- Me da bronca Pau.
- A tus viejos, dale amor.
-Suspiré.- No sé.
- Son tus viejos Pepe.
- Ya sé.
- Te dejo así hablas tranquilo.

Me dio el celular, me besó y se fue con sus papás. Yo me senté y llamé a mi mamá.

- Hola hijo. Feliz año. –Me dijo mi mamá del otro lado.-
- Hola vieja, feliz año. –Suspiré.-
- ¿Estás con tu novia? –Preguntó despectivamente.-
- Sí, estoy con ella. Necesito estar con ella en este momento. ¿Está mal?
- Lo que hiciste hoy sí está mal.
- ¿No podes entender que la amo mamá?
- Tu familia somos nosotros.
- De todos los que estaban en la mesa, a los únicos que siento mi familia es a vos y al viejo. –Suspiré.- Y si hoy necesitaba estar con mi novia, es porque además de ser mi novia y de amarla, sabes por lo que pasó este año y para mí era muy importante poder darle un abrazo a las doce. ¿Está mal? No entiendo.
- No reaccionaste bien.
- Eso puede ser, pero también tengo derecho a estar acá. Pasé Navidad con ustedes.
- Igual hijo.
- Ma, que vos pongas palos en la rueda, no va a hacer que yo deje de amar a Paula. Entendelo, porque estás gastando energías en algo que no vas a poder cambiar.
- ¿De verdad la amas?
- Con toda mi alma…
-Suspiró.- Está bien, pasa la noche con ella.
- Gracias… Y ojala te animes a conocerla, vas a darte cuenta de que es una persona hermosa.
- Que tengas buenas noches hijo y feliz año.
-Suspiré.- Igualmente ma.

Corté el teléfono y sentí un beso de Paula en mi nuca.

- ¿No te ibas con tus viejos?
-Rio y pasó sus manos por mi cuello, asomando su cabeza por mi nuca.- Quería asegurarme de que hablaras.
- No soy un nene que tenes que controlar. –Reí.-
-Rio.- Lo sé. –Besó mi mejilla y yo tomé sus manos.- Fue muy lindo lo que dijiste… Y que se lo hayas dicho sin enojarte.
- No sé cómo hacerle entender que sos mi mujer.
-Sonrió.- Ya lo va a entender, no te preocupes.
- Ojala. –Suspiré.- ¿Venís?
- ¿A dónde?
- Acá amor.

Pau rio y se sentó en mis piernas. Yo agarré un pedazo de su turrón preferido y se lo dí en la boca, ella sonrió y lo comió.

- ¿Está rico? –Reí.-
- Sí, igual siento que exploto y todavía falta el postre.
- Come que es una vez al año.
- Voy a ser una vaca este verano.
- Callate, sos hermosa. –La besé.-
- Mmm…
- Hermosa. –Y le dí otro pedazo de turrón en la boca.-
- ¡Pedro! –Se quejó.-
- Te mato si dejas de comer, necesito tener de donde agarrarte. –Dije abrazándola por la cintura y ella rio.- En serio eh.
- Sos un tarado.
- Y vos hermosa. –La besé y ella sonrió.- ¿Otro pedazo?
- De verdad nene, me voy a sentir mal después.
- Mejor, así yo te cuido.
- ¿Para eso queres ir a mi casa? –Preguntó riendo.-
- ¿Qué? ¿Vos tenes otras ideas?
- Sí, y mucho más interesantes. –Reímos y nos besamos.- Igual, ahora quiero que me abraces.

Ella se acurrucó en mí y yo la abracé, noté que estaba comenzando a llorar y la abracé más fuerte.

- No quiero llorar delante de mis papás. –Suspiró.- Pero, no puedo evitar sentir la angustia de que no esté.
-Besé su cabeza.- Quedate acá.
- Gracias, en serio.
- No me lo tenes que agradecer, y lo sabes muy bien.

Pau cerró sus ojos y se quedó conmigo.

- ¿Nos ayudas a servir el postre Pau? –Le preguntó su tía.-
- Ahí voy tía. –Dijo levantándose.-
- No llores chiquita. –Dijo frente a ella.-
- Me cuesta no llorar delante de mis viejos, y a veces necesito explotar un poco.
- Veni. –Dijo dándole la mano.- Anda a lavarte la cara y nos ayudas así te distraes.
- Gracias tía.
- Nada que agradecer… Gracias a este bombón que tenes como novio. Me mata de amor ver como te cuida.
-Sonrió.- ¿Viste lo qué es? –Me dio un beso y yo sonreí.-
- La cuido porque la amo.
- Mmm… Me parece que mejor te quedas con tu novio, nosotras servimos.

Todos reímos y se fue.

- Mejor, no te quería soltar. –Dije abrazándola.-
- Sos más tierno.
-Llené de besos su mejilla.- No llores más.
- No…
- Mmm… Mira que te hago cosquillas.
- No seas malo. –Dijo abrazándome por el cuello.-
- Bueno, pero no llores. En serio. –Dije acariciando su espalda.-
- ¿Podemos comer el postre e irnos?
- ¿No queres estar acá?
- No es eso.
- ¿Y qué es?
- Que estar acá me angustia, siento que falta mi hermano y me hace mal. Y sé que mis viejos con mis tíos van a estar bien.
- Entonces comemos el postre y vamos… Igual, es en bici la cosa eh.
- Me da un poco de miedo, no va a haber nadie en la calle.
- ¿Y cómo vamos gorda?
- ¿Remisería?
- ¿Va a haber?
- La de la esquina de casa…
- Entonces dale.
- Mejor.

Más tarde, en su casa…

- Amor… -Dije entrando a su cuarto.- Dale gorda. –Me senté a su lado.-
- Lo extraño mucho. –Dijo ahogada en llanto.- Todavía no entiendo lo que pasó.

La abracé e hice que se acostara y apoyara su cabeza en mis piernas.

Al rato, comencé a masajear su cuello y ella sonrió.

- ¿Preparamos algo para tomar?
- No sé si hay algo.
- Tengo un Clericó del que te gusta en la mochila.
- Uy, sí… Quiero, con hielo porque va a estar caliente.
- Y sí. –Reímos.-

Pau se sentó frente a mí y nos dimos un beso.

- Anda a lavarte la cara que yo preparo.
- Dale, gracias. –Me besó.- Necesitaba llorar un poco, pero ya está.
-Besé su frente.- Nada que agradecer, anda dale…

Ella sonrió, me dio un beso y se fue al baño. Yo me dirigí a la cocina y busqué la licuadora, saqué frutas de la heladera, hielo e hice un trago con el Clericó.

- Apa, no pensé que era con tanta producción. –Dijo acercándose a mí y me abrazó por la espalda.-
- Pretendo ponerte en pedo así sos toda mía.
-Largó una carcajada.- No hace falta que me pongas en pedo.
- ¿No?
- No, ya soy toda tuya. –Besó mi mejilla.-
- Me gusta mucho saber eso.
- ¿Lo dudas?
- No tonta, pero me gusta mucha la idea de que seas mi mujer.

Pau se sentó en la mesada e hizo que quedé frente a ella. Rodeó mi cintura con sus piernas y mi cuello con sus brazos.

- Toda tuya. –Dijo y me besó.-
-La abracé por la cintura y reímos.- Quiero que seas mía para siempre.
- Va a ser así… ¿Y vos vas a ser todo mío?
- ¡Todo!

Sonreímos y nos besamos.

- Igual, quiero probar eso que hiciste eh.

Yo agarré los vasos y le dí uno. Tomamos un poco del sorbete.

- ¿Y? –Pregunté.-
- Está muy bueno eh.
- ¿Sí?
- Igual, vos estás más bueno. –Y me besó.-
- Ah, menos mal. –Reímos y volvimos a besarnos.-

Terminamos el trago en medio de besos y cuando dejamos los dos vasos en la pileta, la tomé por la cola e hice que quedara colgada de mi cuerpo. Caminé besándola hasta trabarla contra la pared y ella rio.

- Hey, tranquilo…
- No, no me puedo tranquilizar con vos. –Dije llenando de besos su cuello.-
- Me hiciste mierda la espalda.
- Perdón, perdón…
- Vas a tener que hacer mucho mérito para que te perdone.
- Con todo gusto señorita…
- Me hiciste poronga de verdad. –Dijo riendo.-
- Perdón… -Dije acariciando su espalda y la besé.-
- No sé…
- ¿Qué no sabes?
- Si voy a perdonarte.
- Mmm… -Dije besando detrás de su oreja.- Yo sé muy bien como hacer para que me perdones.
- ¿Estás seguro?
- Muy seguro. –Dije comenzando a caminar hacia su cuarto, con ella colgada de mi cuerpo.-
- Te tenes mucha confianza.
- Demasiada.

La dejé caer en la cama y yo caí sobre ella, besándola. Sus piernas seguían rodeando mi cintura.

- ¿De verdad te lastime?
-Rio.- No tarado, solo me aprovecho de la situación.
- ¿Te aprovechas?
- Ajam… -Dijo y me besó.-
- ¿Y yo me puedo aprovechar de vos?
- Con todo gusto mi amor…

Sonreímos y nos besamos.

- Te amo… -Susurré en sus labios.-
- Yo también te amo. Veni. –Me tomó por el cuello e hizo que nos besemos.-
- Estoy acá. –Dije riendo.-
- Haceme olvidar de todo, por favor. –Suplicó.-
-Susurré en su oído.- No pienses en nada malo.
- Te juro que hago el intento.
- Dale mi amor…
- Perdón.

Choqué mi frente con la de ella y nos miramos fijo a los ojos.

- Es hora de que empieces a soltarlo.
- Sí, ya sé. –Suspiró.- Pero, no quiero pensar ahora.
- ¿Me prometes que no pensas por un ratito y disfrutas de este novio hermoso que tenes?
-Rio.- ¡Sos un tarado!
- Pero, te hice reír. –La besé.- Dale…
- Te lo prometo.

Y ahora fue quien ella me besó y quitó mi remera. Llené de besos su cuello mientras ella acariciaba mi espalda y me acerqué a su oído.

- Permiso eh… -Dije abriendo los botones de su camisita.-
- No tenes que pedir permiso. –Dijo con los ojos cerrados.-
- ¿No?
- No, no es necesario.

Yo sonreí y abrí aquella prenda, para poder besar su pecho mientras llenaba de caricias su panza.

- Ni se te ocurra dejar de comer que sos hermosa. –Dije y besé su ombligo.-
-Rio.- ¿Por qué sos tan lindo?
- Vos sos linda. –Mordí su piel.-
- ¡Aia!
- Sh… -Dije besando en donde la había mordido.-
- Estás muy violento Alfonso.

Llevé mi dedo índice a su boca para callarla, pero ella me mordió el dedo.

- ¿Y vos Chaves? –Pregunté riendo.-
- ¿Y yo qué?

Me tomó por el cuello y se tiró sobre mi cuerpo, besándome. Bajó con besos por mi cuerpo y me llenó de mordiscos, yo reía y la disfrutaba. Hice que vuelva a mi boca, sosteniéndola por su espalda y quité el top que tenía por debajo de su camisa.

Sin despegar nuestros labios, terminamos de desnudarnos y la dejé caer sobre la cama. Amaba llenar su cuerpo desnudo de mis besos y sabía que ella lo disfrutaba también.

Caí sobre su cuerpo y ella sonrió con sus ojos cerrados, busqué sus manos y entrelacé nuestros dedos.

- Sos tan hermosa. –Dije besando su cuello.-
- Vos sos hermoso. –Dijo suspirando.-
-Mordí su oreja y ella rio.- No te relajes que todavía falta.
-Rio.- Das muchas vueltas amor.

Yo reí y comencé a hacerlo, amaba estar así de unido con ella.

Cerca de las cinco de la mañana, Paula se puso su bombacha y mi remera. Fue al baño y volvió con un rodete en el pelo.

- ¿Qué me miras así?
- Sos muy linda. ¿Sabías?
- Anda, soy un desastre.
- Cuando estás así, es cuando más me gustas.
- Estás loco. –Dijo sentándose en la cama.-
- Sí, por vos.

La abracé por la espalda y ella se acomodó sobre mi pecho, flexionó sus rodillas dejando sus pies sobre la cama y unimos nuestras manos en su abdomen.

- Te amo loquita linda. –Besé su mejilla.-
- Y yo te amo a vos. –Dijo y cerró sus ojos.- Fue muy importante que estés hoy conmigo, de verdad. Gracias.
- Voy a estar para siempre con vos y lo sabes.
- Pero… Que hayas estado hoy fue especial e importante para mí, año nuevo siempre fue una fiesta que siempre organicé con mi hermano y no sé… Gracias.
-Besé su sien.- Me vas a tener siempre mi amor.
- Y vos a mí, te lo prometo. –Besó mi mano y suspiró.-

Pasó un ratito y estábamos allí aún.

- Dormí eh…
- ¿Tanto se me nota que me estoy quedando dormida?
-Reí.- Por eso te digo que duermas.
- ¿No estás incómodo?
- No amor, no te preocupes.
- No, dale. Veni.

Se acostó en su cama y yo me acosté frente a ella.

- Feliz año mi amor, te amo. –Susurró.-
-Besé su frente.- Feliz año, te prometo que este va a ser feliz. Te amo, lo sabes.

Ella sonrió y cerró sus ojos.

- Dale, descansa. –Y comencé a llenar de besos su cara.-
- ¿Y vos?
- Quiero que te duermas mientras te lleno de besos. ¿Está mal?
-Sonrió.- Sos muy tierno, pero estás loco.
- Cumplime el primer deseo del año.
-Rio.- Está bien… Pero después descansa.
- Sí, vos no te preocupes. Descansa…

Y así fue como estuve más de 20 minutos llenándola de besos, hasta que se quedó dormida.

5 comentarios:

  1. Q lindo regalo de ano nuevo! !! Espero ansiosa la nueva! mimiroxb

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  2. Que lindo!!! me encanto este corto

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  3. Lindos como siempre tus cortos!! Me encanta que se amen así!
    Feliz año! Por un 2016 lleno de amor, paz y felicidad!!
    Te sigo leyendo siempre...

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  4. Lindos como siempre tus cortos!! Me encanta que se amen así!
    Feliz año! Por un 2016 lleno de amor, paz y felicidad!!
    Te sigo leyendo siempre...

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  5. Vengo con slow leyendo jajaja. Me encanto el capitulo, pase por varios estados. Gracias por este regalito y por el de navidad. Siempre me gusta leer lo que escribis.

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