domingo, 17 de enero de 2016

Encuentros y desencuentros IV.


Era de noche y yo seguía en mi cama, sin decir ni hacer más que estar allí.

- Hija, está la comida.
- No quiero mami.

Mi mamá se acercó a mí y acarició mi pelo.

- ¿Qué pasa chiquita?
- Nada ma.
- Te conozco Pau.
- No pasa nada, solo me siento mal.
- ¿Te peleaste con Pedro? –Suspiré.- Siempre es lo mismo, después se arreglan…
- Esta vez es distinto.
- ¿Por qué?
- No importa por qué.
- ¿No queres hablar?
- No.
- ¿Y si te traigo algo de comer acá?
- No ma, gracias, pero no quiero.
- No puedo verte así hija.
-Sonreí, un poco.- Prefiero estar sola mami, de verdad.
- ¿Ni un té queres?
- Mmm….
- Dale, te traigo un té.
- Gracias mami.
- No me lo tenes que agradecer hija. –Ella me dio un beso en la frente y yo tomé su mano.-
- Tengo miedo ma.
- ¿De qué hija?
-Suspiré.- Papá no está. ¿No?
- No, tenía una cena con el laburo.

Yo me senté, más nerviosa que nunca y tapé mi cara con mis manos.

- No quiero que te enojes.
- ¿Qué es lo que pasa hija?
- Nunca tuve tanto miedo en mi vida. –Dije temblando.-

Mi mamá sacó las manos de mi cara y las tomó entre las suyas.

- Soy mamá, podes confiar en mí.
- Lo sé.
- Entonces contame.
- ¿No vas a enojarte?
- No hija.

Yo suspiré y cerré mis ojos.

- Tengo un atraso y te juro que no sé por qué. Nos cuidamos siempre. –Hice una pausa y sentí que mi cuerpo se aflojó.- No me animo a hacerme un test, no sé qué hacer mamá. –Dije ahogada en lágrimas.-

Mi mamá no reaccionaba y yo no me animaba a mirarla. Sentí que me abrazó y suspiré aliviada.

- Tenes que hacértelo hija, capaz sea una falsa alarma.
- ¿Y si no lo es?
- Y si no lo es… No lo es. –Besó mi mejilla.- Pero, tranquilizate. ¿Sí?
- Tenía miedo de que te enojes.
-Me abrazó más fuerte.- Mamá está con vos chiquita.
-Sonreí.- Gracias, de verdad.
- Sh…

Me quedé un rato en los brazos de mi mamá, tratando de tranquilizarme.

Me separé de ella sin decirle nada y me acerqué a mi ropero, saqué al test de allí y la miré a mi mamá.

- ¿Me acompañas?

Mi mamá se acercó a mí y secó mis lágrimas.

- Obvio hija. ¿Queres un poquito de agua primero?
- Sí, por favor.
- Esperame acá que ahora vengo.

Yo asentí y mi mamá fue a buscarme un vaso de agua, yo volví a sentarme en la cama y sequé mis lágrimas con los puños de mi buzo.

Tomé un poco de agua y mi mamá se sentó frente a mí.

- ¿Pedro lo sabe?
- Sí, y se enojó. Me trató horrible. –Suspiré.-
- ¿Por qué?
- Me dijo que ni loco tendría un hijo. –Cerré mis ojos.- Pero, quiero hacerme el test ahora.
- Está bien. –Secó mis lágrimas.- Veni…

Mi mamá agarró el test y me tomó de la mano. Fuimos juntas hasta el baño y yo no podía dejar de temblar.

- Tranquila hija, va a estar todo bien.
- Ojala. –Suspiré.-
- Yo te espero acá, dale.

Mi mamá besó mi frente y yo entré en el baño.

Salí peor de lo que entré.

Los minutos se hicieron eternos y yo caminaba de un lado al otro.

- Tranquila hija. –Dijo parándose frente a mí, impidiéndome el paso.- Si da positivo no es la muerte de nadie, más bien todo lo contrario… Y si da negativo, sigue todo como siempre.
- ¿Cómo haces para estar tranquila? ¿No te enoja?
- ¿Te olvidas que yo te tuve a los 20? –Negué con mi cabeza.- Estaba igual que vos, pero sos lo mejor que me pasó en la vida.
-Sonreí y la abracé.- Sos la mejor del mundo, te amo mami.
- Yo también te amo hija, muchísimo. –Besó mi mejilla.- Tranquila. ¿Sí?
- Eso intento. –Reí.-

Nos separamos y ella acomodó mi pelo detrás de mi oreja.

- Ya pasó el tiempo. ¿Entramos?
- Anda vos.
- Vamos juntas.
- No quiero ma.
- Dale hija. –Tomó mis manos.- Yo estoy con vos.
-Suspiré.- Me siento una nena.
- Sos mi nena. –Besó mi frente y yo sonreí.- Dale, veni…

Me abrazó por el costado y me hizo ir al baño.

- Miralo vos. –Dije con mis ojos cerrados.-
- ¿Segura?
- Sí y rápido porque me voy a morir.

Me apoyé contra la pared porque no podía mantenerme en pie y esperé a que mi mamá diga algo, sinceramente no podía hacer más que intentar respirar. Tenía el corazón en la boca, me temblaba el cuerpo y transpiraba demasiado.

Mi mamá tomó mi mano entre las suyas y suspiró.

- Tranquila chiquita, dio negativo.

Y suspiré como nunca en la vida. Dejé que mi cabeza se chocara contra la pared y abrí mis ojos, tratando de sacarme el susto de encima.

- Ya está, no pasa nada. –Dijo y me abrazó.- Tranquila, no tiembles.
- Gracias mami. –La abracé con fuerza.- No hubiese podido sola.
- Nunca vas a estar sola che.
- Te amo. –Dije ahogada en lágrimas.-
- Te amo mi chiquita.

Sonreí y dejé que mi mamá me abrazara, era lo que necesitaba.

- Lavate la cara que te espero en la cocina y comemos. ¿Queres?
- Mmm…
- Dale. –Se separó un poco de mí y secó mis lágrimas.-
- No sé si voy a comer mucho.
- Al menos un poco. Te espero. ¿Sí?

Yo asentí y mi mamá se fue. Hice un rodete con mi pelo y lavé varias veces mi cara.

Saqué el celular del bolsillo de mi buzo y le escribí a Pedro.
“Por si te importa, dio negativo, digo así no sentís que hay alguien que va a cagarte la vida.”

“¿Podemos vernos?”

“No Pedro.”

“¿No vas a ir a la escuela mañana?”

“No sé, no creo.”

“Necesito verte.”

“Yo no quiero.”

“Me fui al carajo.”

“Al menos te das cuenta.”

“De verdad, necesito verte.”

“No quiero hablar, solo te avisé porque me pareció que tenías que saber.”
 

Y apagué mi celular. No quería seguir hablando con él, menos en ese momento.




-

Este corto lo hice para dejar de hacer Pedros tiernos y comprensivos, soy sincera. Asique sí, es bastante forro.

3 comentarios:

  1. Bastante? Yo diria demasiado! No puedo imaginarlo asi ja!
    Este corto no tiene final feliz?

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  2. Aay se me hace q este corto no va a tener final feliz. Admiro tu forma de escribir ❤

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  3. Amo como escribis! Y me gusta mucho este corto... No siempre todo es color de rosa ...

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