viernes, 8 de enero de 2016

Hacer lo que sentimos VII.



La busqué, por todos lados. Pero, no logré encontrarla.

Volví varias veces al cabaret, pero me dijeron que no sabían que había sido ella.
“Como si se la hubiera tragado la tierra” decían.

Intenté buscarla en Internet, pero no sabía su apellido. Fue en vano. Muy en vano.

Hoy hacía tres meses de esa última vez y no entendía por qué no podía sacarla de mi cabeza.

¿Tanto me había flasheando esa mina? Y la respuesta era: Sí, tanto.

El día que se fue, descubrí que en el baño se había olvidado su remera usada y allí la tenía, debajo de mi almohada, para dormirme sintiendo su olor, ese tan adictivo para mí.

Intentaba pensar en otra cosa, mirar a otras chicas… ¡Pero en todas encontraba algo de Paula! Era extraño, pero real.

Acomodé un poco mi casa, me quedé en bóxer y me metí en mi cama. Busqué su remera debajo de mi almohada y la dejé sobre mi cara. Inhalé profundo y me inundé de su olor. Cerré mis ojos y la imaginé delante de mí, la imaginé caminando con una sonrisa hacia mí y cayendo sobre mi cuerpo, para besarnos como si el mañana no existiese.

Mis manos la recorrían de punta a punta y mi lengua se encontraba con la suya. Suspirábamos y nos disfrutábamos.

Pero… Eso solo existía en mi mente.

Quité su remera de mi cara y la apoyé sobre mi almohada, para poder dormirme sintiéndola.

-

Había costado bastante, pero lo hice. Desaparecí, de un día para el otro y de todos lados. Bah, como si me conocieran en muchos lugares. ¿No?

Usé mis ahorros para viajar, no muy lejos, pero necesitaba alejarme. Era diciembre, asique me dirigí a la costa, en donde trabajé todo el verano en un local de juegos. Eso me permitió ahorrar bastante y por primera vez, sentirme digna con mi trabajo.

Pero… La temporada terminó y no había mucho más que hacer allí.

Había sido uno de los veranos más raros de mi vida, lo había disfrutado muchísimo, pero no podía sacarlo de mi cabeza. ¡Ni aunque hiciera la vertical!

Probablemente él ya ni me recordaba y estaba bien que así sea, solo fui una minita más que pasó por su cama, pero… Para mí él había sido tan especial.

Él fue el primer hombre que me trató como a una mujer y no, no podía olvidar eso. No podía olvidarme de su sonrisa, ni de sus ojos. No podía dejar de recordar lo hermoso que era sentir sus caricias en mi espalda o sus labios sobre los míos.

¡No podía cerrar mis ojos y no imaginarlo! Me sentía una completa idiota.

Me arrepentía de no haberle pedido, al menos su apellido, para poder localizarlo por algún medio… Sí, tenía la dirección de su casa, pero me daba pudor ir allí.

Como dije, seguramente él ya me había olvidado.

En fin, era momento de volver a Buenos Aires. Sin trabajo y sin casa. Esa era la realidad.

Alquilé una pensión, para quedarme allí al menos hasta que consiguiera algún trabajo. Pasé el primer día recorriendo negocios y nada… ¡Bienvenida a la realidad Paulita!

Sin darme cuenta (o sabiéndolo inconscientemente) terminé en la ciudad donde él vivía. Me bajé en la esquina de su edifico y suspiré profundamente, me senté en la esquina y saqué un cuaderno y una birome de mi bolso.
“Hola Pedro… Te estarás preguntando quién soy (y quiero que sepas que yo me pregunto quién soy todos los días). Soy Paula, o Roxy… O como prefieras, no sé. Seguramente ni te acuerdes de mí, pero yo sí me acuerdo de vos, es raro, pero ese día que pasamos juntos me hizo muy bien… Que me hayas dejado hacer lo que sentía por un día fue como si me hubieses desvenando los ojos.
Me animé y dejé todo, me fui todo el verano a la costa y estuve trabajando en un local de juegos. Fue la primera vez que me sentí bien en un trabajo y fue genial.
Ahora no me quedó otra que volver, llegué hace algunas horas y ya estoy buscando trabajo. También voy a anotarme para terminar el secundario…
Y nada, quería agradecerte. Sé que fui una minita más, pero en mí dejaste una huella.
Gracias, en serio. Te quiero.
Paula, o Roxy.
PD: Te dejo mi celular, por si queres responderme, aunque si no lo haces no me voy a enojar. Te entiendo.”

Metí la carta en un sobre improvisado y se la dejé al portero. Confié en él, parecía buena gente.

Luego, continué mi camino. Debía inscribirme en la escuela nocturna.

-

Llegué de trabajar completamente agobiado y me sorprendí al ver un sobre debajo de mi puerta, me extrañó porque no tenía ningún tipo de remitente. En fin, lo dejé sobre el sillón y me fui a bañar porque no podía estar tan transpirando.

Me serví un vaso de agua y me dirigí al living para prender la tele, pero me senté sin querer sobre aquel sobre.
“Uy, cierto.” Pensé.

Dejé el vaso de agua a un lado y abrí el sobre. No podía creer lo que leía. ¿Paula? ¿Mi Paula? Una sonrisa inmensa se dibujó en mi rostro y no me daban las manos para agendar su celular y responderle. Le envié un audio.
“¿Cómo me voy a olvidar de vos? ¿Estás loca? ¡Me encantaría volver a verte! Creeme que te pensé todos los días de este verano. Me alegra mucho saber que estás tan bien y que pude dejar una huella en vos. Te aseguro que vos también la dejaste en mí.”

“¿Puedo ir a tu casa? Perdón si soy muy mandada.”

“Te voy a estar esperando…”

Sonreí y me puse de pie al instante, ordené mi casa lo más rápido que pude y cuando sentí el timbre fui corriendo literalmente hasta a puerta.

Ni bien la abrí, no necesitamos más de medio segundo para unir nuestros labios en un beso infinito.

- Hola hermosa… -Susurré.-
-Sonrió.- Hola lindo.

Cerré la puerta besándola y la estampé contra la misma.

- Ay, no puedo creer tenerte acá otra vez. –Dije sin dejar de besarla.-
-Rio.- Y yo no puedo creer estar acá otra vez. –Me besó.-
- Te extrañé demasiado. –Confesé.-
- ¿De verdad?
- Te lo juro.
-Sonrió.- Yo también, pero pensé que era la única loca.

La abracé con fuerza por la cintura y la miré fijo a los ojos.

- Me enamoré de vos Paula.
-Suspiró como aliviada.- Y yo de vos Pedro, me tenes hasta las manos.

Reímos y volvimos a besarnos. No hacía falta decir más nada.

La dirigí hasta mi habitación e hice que cayera en la cama, yo sobre su cuerpo y sin dejar de besarla.

- Mira… -Dije buscando su remera debajo de mi almohada.- Dormí todas las noches con vos.
-Rio.- ¿Me jodes?
- Te juro que no.
- Ay, te quiero chapar entero.
- Chapame, te juro que no me niego.

Ella sonrió y dio media vuelta, para quedar sobre mí.

Y entre besos, me dejó completamente desnudo.

- Te extrañé más de lo que pensaba… -Dije tratando de volver en sí luego de que me había hecho enloquecer.-
- Mmm… Pero, yo sigo vestida.
- Como me tentas nena…  -Dije acariciando su abdomen.-
- Es la idea.
- ¿Es la idea?
- Ajam.

E hice lo mismo que ella hizo conmigo, la desnudé entera, la llené de besos y la enloquecí. Amaba hacerlo.

La cama ardía, su cuerpo estaba sobre el mío, nuestra piel transpiraba. No dejábamos de demostrarnos cuánto nos habíamos extrañado.

Cayó a mi lado, con sus ojos cerrados y buscó mi mano. Entrelazamos nuestros dedos y suspiró profundo.

- No te vayas nunca más. –Susurré en su oído.-
- No, no quiero irme más.

Besé su cuello y ella sonrió.

- Quedate, cerca de mí.
- Acá estoy mi amor. –Susurró.-





8 comentarios:

  1. ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!! qqqqqqqque lindooo finaaallllllllll <3 me enamore de este corto! por dios Camila tenes un don para escribir! avisame cuando saques tu libro! :) segui escribiendo cortos como este de verdad te lo digo!

    ResponderEliminar
  2. Buenisimo!!! La historia de este corto fue lo más!!!

    ResponderEliminar
  3. Hermosa historia y mejor final. Sos una genia. @dannyss14

    ResponderEliminar
  4. Que linndooo! Sos una genia escribiendo, subi otro corto.

    ResponderEliminar
  5. Simplemente me encantó esta historia! !! Gracias por compartirla!! mimiroxb

    ResponderEliminar
  6. Lindo final para este corto!!
    Escribis genial, no dejes de sorprendernos!! ;)

    ResponderEliminar
  7. Escribis genial cami! Ame este corto! De verdad.. Espero el próximo!!

    ResponderEliminar
  8. Ame este corto, ame que hayas usado al primer personaje de Pau. Me encanto leerlo y me encanto su nuevo comienzo, ella necesitaba ese cambio ♡

    ResponderEliminar